VII. No, por favor.

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Lo hago pasar. Lo miro de pies a cabeza y cierro la puerta.

- ¿Qué quieres?- mi tono es mordaz y frio, me molesta, me emputece, no lo quiero cerca.

- Explicar, solo quiero explicarte lo que paso hoy.- se lleva las manos a la sien y sin permiso se sienta.

- Habla rápido, no tengo tiempo para seguir escuchando tus mentiras.

- Gee... créeme por favor. – toma aire y me mira directo a los ojos- Termine con Jamia hoy, le dije todo, a mi familia entera... todo esto me lo hizo mi padre. – se apunta el rostro. - Lo hice después de que llamaste. Sentí que ya no podía seguir con una doble vida. Me golpeo y me hecho de la casa, ya no merezco llevar el apellido Iero. Además de que Jamia lloro y me maldijo en todos los idiomas que sabe, demás está decirte que ya no hay compromiso y que, espero, de corazón, que me creas y me permitas quedarme, aquí, contigo y con mi hija.



Lo miro y me levanto del sillón donde me senté. Voy al baño y busco el botiquín. Me devuelvo a la sala y escucho por el camino como Frank llora desconsolado y me parte el corazón.

En mil pedazos.

Le levanto el rostro y lo beso lento, con cuidado de no hacerle más daño. Me responde con amor, con pasión contenida.

Me separo lento en busca de aire y lo veo sonreír y como sus ojos se llenan de luz.

Abro el botiquín y comienzo a curarle las heridas. Hace muecas y sé que duele, pero debo hacerlo. Cuando termino de realizar las curaciones correspondientes, me levanto y lo tomo de la mano. Lo guio hacia mi habitación y cierro la puerta.

Lo empujo a la cama y me trepo encima, aunque lo escucho quejarse de dolor.

Lo beso en la boca y reparto besos por todo su rostro. Burbujita se mueve inquieta o quizás sean los dinosaurios bailando, mi ansiedad manifestándose por lo que estoy a punto de hacer.

Levanto levemente su polera y me entiende de inmediato, por lo que se sienta y me permite sacársela, revelándome hematomas gigantes en sus costillas y espalda.

- Dios mi vida, esto está muy feo – le beso cada uno de ellos y vuelvo a sus labios. Lo siento suspirara en el beso y como, mueve sus caderas contra las mías, sacándome gemidos de excitación.

Bajo por su torso repartiendo besos y chupetones. Quiero marcarlo, quiero que todos sepan que es mío, ahora que realmente lo es.

Llego a la hebilla de su cinturón y lo miro mordiéndome el labio.

- Solo hazlo... amor... te necesito...

No habla coherente, pero no importa. Nada importa.

Abro su cinturón con rapidez y bajo su jeans. Esto solo lo he visto en las porno, pero quiero hacerlo, necesito hacerlo.

Le beso el pene por sobre la tela del bóxer y siento que da un salto a la vez que Frank gime con fuerza. Con mis dientes bajo su bóxer y lo tomo por las  caderas. Frank lleva una mano a mi cabeza y me impulsa a chupárselo, meterme toda su gran extensión en mi boca.

Y lo hago.

Lo hago como si lo hiciera siempre.

Beso la punta y luego, con mi lengua juego en su hendidura. Lo escucho gritar de placer y como tirita bajo mi tacto. Con mis manos acuno sus testículos y luego comienzo con un vaivén de sube y baja sobre toda su extensión. Tomo su mano derecha y dejó su pene para lamerle los labios, sucio, excitado a mas no poder.

Small BumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora