Final Alternativo.

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Nota de la Autora:
Este final alternativo está escrito pensado luego del capítulo 33 y 34, hagan como que la conversación de Frank y Gee no ocurrió o algo así (es mi primera vez haciendo un final alternativo 🤭) …Eso
Es alternativo porque… ay, ya verán, mejor lean, ¡adiós!

*********       

Se ajusta la humita de color burdeos sobre su camisa blanca.
Observa los detalles, el traje gris oscuro, casi negro, se le amolda perfecto, como una segunda piel sin ser obsceno u ordinario. Comprueba que sus colleras**- burdeos igual que su humita, que el pañuelo que tiene en el bolsillo del traje y que el botonier**- estén bien puestas, acaricia el botonier de rosa roja con una hoja de “oro” que se encuentra perfectamente colocado en la solapa, del lado izquierdo.
Se mira de nueva cuenta al espejo.
Esta perfecto.
No puede ser de otra forma de todos modos, va a casarse con el amor de su vida, no merece nada más que perfección este día.
Suspira para retener las lágrimas, no es un llorón, pero es inevitable recordar lo difícil que ha sido o que fue todo. En un comienzo, ni en sus sueños más locos habría soñado con esto, pero aquí esta, 5 años después del torbellino que fue para él conocerlo, dispuesto a dar un paso totalmente significativo con el hombre que le robo el aliento desde la primera vez que lo vio, con el uniforme del colegio mal arreglado, con su cabello negro alborotado, hablando de un amor que ya no estaba más.
Y él estuvo ahí, estuvo ahí para rogarle amor y para rendirse cuando pensó que ya nada podría hacer, cuando considero que ya no era buena idea seguir arrastrándose de esa manera, perdiendo el poco amor propio que le quedaba.
Y decidió ser su amigo…
Pero la vida tenía otros planes. Cuando lo vio luego de tener a sus mellizos, sintió que podría morir, tenía los celos abrazando su corazón, apretándolo hasta dejarlo plano como papel, ¿Cómo podría competir con esas dos criaturas?, ¿Cómo podría siquiera quererlas, si eran igual a su verdadero padre?
Cuando dejo la habitación de hospital ese día, jamás pensó, el cielo sabe, que jamás pensó recibir consuelo de aquel que tenía su más profundo odio, quizás si hubiera sabido lo que sabe ahora…
Recuerda como el enano ese lo abrazo y, con un café de por medio, le conto su triste historia con la mujer de sus pesadillas, el cómo la terapia lo había ayudado y el cómo había descubierto en medio de estas que Gerard no era más que una obsesión mal sana, una tabla de salvación, mas no amor.
Recuerda como con total candidez le dio pase libre para conquistarlo, porque en palabras de Frank: “Gee va a necesitarte más a ti que a mi”
No fue fácil, por supuesto que no, Gerard sí estaba enamorado del enano… pero la paciencia es una virtud que se cultiva- al menos eso decía su abuela- y con paciencia consiguió que después de un año, el hermoso pelinegro le diera su primer beso, consciente y queriendo y él aún se lo recuerda, celebrando la fecha como un aniversario.
No puede decir que de ahí en adelante todo fue felicidad, claro que no, Gerard tiene su carácter y él el propio, pero han conseguido llegar hasta donde están, porque se aman.
Vuelve sus ojos al espejo y se impresiona, porque en parte no se reconoce, en su mente aún tiene la imagen del chico de 18 años que jugaba futbol en la escuela. Ahora a sus 23 y terminando su carrera para ser abogado, se siente más hombre de lo que se ha sentido jamás.
Un golpeteo suave en la puerta lo saca de su ensoñación y antes de siquiera responder, tiene a su madre y padre entrando en la estancia. Ve a su progenitor sonreír satisfecho y como su hermosa madre lleva ambas manos a su boca, para evitar gritar de la emoción.
Se abrazan en silencio, queriendo decir tanto, pero sin encontrar las palabras.
- Hey bro, ya es la hora- se gira hacia la voz profunda y un poco ronca de Frank y le sonríe grande, si no fuera por él y sus muchos consejos, probablemente no estaría a punto de dar el paso más importante de su vida.
- Gracias Frodo, voy saliendo.
Camina por el empedrado de color hueso hacia el pequeño “altar” pasando las sillas de madera adornadas con hermosas flores violetas.
Gerard y su madre se lucieron en serio con la decoración y la organización.
Saluda a mucha gente, amigos y familia de ambos que han venido hoy a presenciar su enlace.
Saluda con la mano al cura que se encuentra en el altar, a sus padrinos y a los de Gerard: Mikey y Frank; Lindsey y Ray.
Nadie entendía al principio su extraña y para nada común relación con Frank, Gerard el que menos, pero a estas alturas de la vida, ya no es necesario dar explicaciones, es como es y ya está.
Aunque al inicio le valiera series discusiones con su amor, quien es un ardido y por supuesto que mantenía cierto rencor hacia el tatuado.
Pero gracias a una de sus muchas discusiones, que terminaban en sexo desenfrenado de reconciliación, hoy tienen algo con lo que soñó desde siempre. Al final parece que le debe al tatuado más de lo que aparenta.
Antes de poder seguir divagando en sus pensamientos y recuerdos, la marcha nupcial lo saca de todo y lo obliga a tomar aire y pasar saliva.
Llego el momento.
La pequeña Bandit de 5 hermosos años, ataviada en un hermoso vestido de encaje, como si fuese una mini novia, su cabello azabache peinado en suaves ondas, la corona de flores violetas y rojas asentadas en su cabecita. Sostiene la canasta blanca de cinta roja con fuerza en una mano y con la otra tira suaves pétalos de flores por el camino empedrado. La sonrisa es gigante y cuando lo mira, no puede evitar devolverle el gesto. Se ubica adelante, en la banca al lado de la madre de Frank.
A continuación, el pequeño- ya no tan pequeño- Miles, con sus pantaloncitos cortos, negros y con suspensores sobre una camisa blanca. Sus mocasines burdeos y su humita del mismo color que la propia. También trae una canastita en donde se puede ver una almohada que posee los dos sortijas de matrimonio de oro blanco. Le hace un gesto y le sonríe grande, para ubicarse frente a él, no duda ni por un momento en colocar la mano sobre el hombro de su- ahora hijastro- en señal de felicitación.
Los ojos se le llevan de lágrimas al ver a la luz de sus ojos ingresar con mucha dificultad por el camino. Trae un vestido muy parecido al de Bandit, pero más cortito- lo que deja que se vea un calzón burdeos cubriendo su pañal- la corona de flores se tambalea sobre sus rubios cabellos- se tambalea como todo ella. Colgando de su cuello y afirmándolo con sus manos, trae un cartel que dice: “Ahí viene el novio y papi más sexy del mundo”
Y no podría estar más de acuerdo.
Ya no puede contener las lágrimas cuando lo ve ingresar en su campo de visión. Se gira tapando la boca con sus manos intentando mantener dentro el grito de sorpresa que desea salirse de su cuerpo.
Gerard esta… despampanante.
Trae un traje burdeos que se le pega hermosamente al cuerpo, su sonrisa gigante y la emoción tatuada en la mirada. Viene del brazo de Cheech Iero, quien lo mira con infinito cariño y emoción.
Toma la mano que Cheech le tiende cuando le hace entrega de Gee en los pies del altar y luego tiene que contenerse para besar a su hombre, quien se ve maravilloso frente a él.
Poco le importa lo que dice el cura, solo puede mantener su atención en el chico de ojos verdes que a ratos le sonríe de lado y aprieta su mano como un mudo recuerdo de que sí, que esto está pasando, que no está soñando, ya no más.
- Robert…- la voz de Gee sale firme a través del micrófono y tiene que recordarse a sí mismo como respirar con normalidad y no hiperventilar. - Cuando nos conocimos yo no tenía cabeza para nadie más que un idiota en coma- Ve a Frank levantar la mano y sacarle la lengua a Gerard, quien suprime muy mal una carcajada- pero luchaste hasta que ya no sé pudo más, hasta que pensaste que no podías más. Nunca has querido decirme que divinidad te devolvió las ganas de luchar por mí, pero estaré eternamente agradecido por eso, porque gracias a que eres un testarudo, hoy por fin me siento completo, tengo todo lo que podría haber soñado y más. Eres un increíble hijo, maravilloso amigo, un padre que no cabe en ninguna descripción de lo bueno que es y un novio, amante y futuro marido excepcional. Hoy, ante Dios, nuestras familias, nuestros hijos y nuestros amigos, hoy te digo, mirándote a los ojos, para que no quepa jamás de aquí en adelante alguna duda, que yo te amo Robert, te amo con tu cabello revuelto en las mañanas, con tu mal genio cuando te estresas, con esas arrugas hermosas que se hacen bajo tus ojitos azules cuando sonríes, te amo cuando eres un padre dedicado con nuestros 3 bebés, te amo incluso cuando te vuelves un berrinchudo inmaduro. Te amo en cada una de las facetas posibles y te seguiré amando en todas las que aún me quedan por descubrir. Cariño, siempre has buscado hacerme feliz y yo lo único que deseo es hacerte feliz.
No sabe el momento exacto en el que ha roto en llanto, pero no le importa. Siente que el corazón se le va a salir, que está dentro de un sueño- otra vez- que esto no es cierto.
Observa el micrófono que Gerard le está tendiendo y haciendo acopio de todas sus fuerzas, lo sostiene con manos temblorosas.
- Ay cariño, no sé ni que mierda decir ahora- todo el mundo ríe y eso ayuda a que la tensión se vaya de él. Toma aire y se lanza- Te conocí y me dije: “Él tiene que ser mío”, la cosa es que, fue bastante difícil, pero ¿qué puedo decir? Me hechizaste, no pude conocer a nadie más, no pude estar con nadie más, porque todo lo que habitaba en mi eras tú, a donde mirara estabas tú. Maldición, creo que nací para ti Gee, no encuentro otra explicación y de verdad, de verdad perdóname por amarte tanto que a veces, sin querer, te daño; por mis celos, esos que aun después de este paso importante que estamos dando, seguirán ahí. Por querer más de 3 hijos, a pesar de que reclames sobre la perdida de tu cuerpo y otras cosas, que sinceramente, no escucho, perdón por eso también. - Gerard se ríe mientras niega, pero no veo molestia, solo felicidad- Te amo tanto que no voy a permitir que nada te dañe nunca, que nada te impida ser feliz, esa es mi promesa ante todos, solo estoy aquí para amarte y hacerte feliz.
El “Sí, acepto” cierra el trato y cuando el sacerdote le dice que puede besar a su amor, no pierde el tiempo y se abalanza sobre él, comiéndole la boca.

***   
Besa la cabecita de su chiquitita y observa a su madre, quien la sostiene contra su pecho.
- Vayan tranquilos, estaremos bien, Cleopatra es un dulce como Gerard, todo estará bien. - Asiente lento y se gira buscando a su amor. Lo encuentra hincado frente a sus mellizos, hablándoles despacio.
- Pórtense bien con papá Frank, nada de comer helados después de la cena- lo ultimo lo dice mirando al tatuado, quien se encoge de hombros y le sonríe inocente.
- Vamos cielo, ya es hora.
Gerard le toma con fuerza de la mano y luego de despedirse de todos, corren hacia la limosina que los espera.
El viaje se les hace corto, entre besos y conversación y cuando menos lo esperan, se encuentran fuera del hotel.
Suben a tropezones hacia la habitación y una vez fuera, con manos temblorosas busca la llave.
No entiende, no es la primera vez que harán algo, tienen una hija por el amor a Dios, no hay justificación para sus nervios… pero ahí están, como si fuese a hacer a Gerard suyo por primera vez.
El poder de asombro, el amor, el cariño, la excitación, todo, TODO, esta aun ahí, a pesar de que ya han pasado 5 años, todo sigue ahí…
Y entonces, mientras es abrazado por la cintura después del desenfreno y la pasión, cuando todo es tranquilo y en calma, se permite por fin cerrar los ojos y agradecer, porque al final, después de toda la trama retorcida, el final es este…

¿O es quizás el comienzo?...
Mientras sea al lado de su pelinegro, poco le importa, sabe que será feliz de cualquier forma.

❤️

Small BumpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora