No todos los seres humanos son iguales. La mayoría de omegas prefieren ser protegidos por un alfa. Izuku quiere cambiar su cruel destino ya que no quiere convertirse en una máquina de parir cachorros, sin embargo, en su camino se cruza un alfa que a...
-¡Izuzuzuku! ¡Izuku!- Inko entró corriendo a la habitación de su hijo con una carta entre sus manos, lo suficientemente alterada como para pensar en que decir. -¡Llegó esto!-
Izuku se levantó de la silla en la que se hallaba sentado, dudando un poco del porqué recibiría una carta. Agradeció a su madre con una sonrisa y al notar que esta no era correspondida se apresuró a leer el emisor de la carta y el contenido de esta, cambiando su expresión a medida de que se acercaba al final.
-¿¡Una fiesta en honor a los héroes!? ¡Incluso estará All Might! ¿¡Pero por qué fui invitado!?- exclamó, preguntándole a la carta mientras la apretaba entre sus manos, asegurándose una y otra vez que era su nombre el que estaba escrito en el papel. -Y-Yo... Yo...-
Todo su cuerpo se había paralizado, había deseado ese momento muchas veces, el poder conocer a los héroes que admira... El poder conocer a All Might en persona y preguntarle si podría ser un héroe, aún si no nació con una singularidad. Su dinámica lo hizo volver a la realidad, si bien la dinámica de All Might siempre había estado en duda al igual que sus poderes, lo más probable es que le dijese lo que ya sabía. Lo que la sociedad no dejaba de repetirle.
-¡Izuku!- la expresión de su madre le decía que había estado murmurando cosas una vez más. De seguro la había preocupado. -¿Irás?-
¿Iría? ¿Debería ir? Siempre estaba presente cuando habían héroes en la ciudad solucionando algún problema, pero esto era algo muy distinto, no podía ir por ahí como un fan emocionado acercándose a todos los héroes y heroínas invitados. No, oportunidades como esa no se presentaban dos veces.
-Iré- contestó, sonriendo con nerviosismo en dirección a su madre. -Es el sábado, mañana podría ir a comprarme un traje después de clases- -Podrías invitar a Katsuki- podría jurar que se había atragantado con su propia lengua, su madre no tenía idea de la forma en la que ese chico lo trataba aún cuando los había visto "pelear" fuera de casa. -N-No... Estoy seguro de que tiene algo que hacer mañana por la tarde- tartamudeó, dándose la vuelta para dejar la carta en su escritorio, suspirando al pensar en el problemático Katsuki. -Hablaba de invitarlo a la fiesta, aún recuerdo cuando eran niños y jugaban a ser héroes- su madre llevó sus manos a sus mejillas con una sonrisa mientras el rostro de Izuku se colocaba de color rojo intenso. -De seguro a él también le gustaría ir- -Mamá...- murmuró apenado por sus vergonzosos recuerdos de él queriendo ser All Might hasta que su dinámica rompió sus sueños, los que fueron rematados al decírsele que no poseía singularidad. -Intentaré convencer a Kacchan, ¿Si?-
El joven pecoso cambió de tema, recordándole a su madre que era hora de cenar. Trataría de evadir el tema, incluso si estaba emocionado y quería gritar a los cuatro vientos que conocería al Símbolo de la Paz. Luego de una deliciosa cena, Izuku se encerró en su cuarto una vez más, con el estómago lleno de katsudon y la mente llena de palabras que podría decirle a Kacchan para invitarlo a la fiesta, después de todo, eran amigos... ¿Verdad?
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Se apresuró en llegar a su casa, en la mañana había olvidado el dinero para su traje y no había tenido la oportunidad de hablar decentemente con Kacchan, ya que este sólo le repetía que lo mataría si ambos iban a la U.A. No se molestó en decir que ya estaba en casa porque pensó que su madre estaría trabajando, pero realmente le sorprendió verla en su habitación. Ella lo recibió con una enorme sonrisa y besos en sus mejillas antes de dirigirse al armario de Izuku para sacar alguna prenda de ropa. Los ojos verdes del pecoso omega brillaron al ver un lindo traje que no sabía si era verde oscuro o negro, pero le gustaba.
-No tenías que hacerlo, mamá, pero gracias- sonrió en dirección a Inko. -Como olvidaste tu dinero esta mañana preferí ir a comprarlo yo, pruébatelo, quiero verte con él- el pecoso aceptó, esperó a que su madre saliese y comenzó a desvestirse.
Se miró en el espejo, dándose cuenta de que Kacchan le había dejado una marca en el hombro cuando había usado su quirkcontra él. No sabía porqué le sorprendía, muchos alfas eran agresivos, aunque el rubio parecía sobrepasar los límites. Desde que su singularidad se había manifestado había tomado a Izuku como saco de boxeo y cada vez que tenía oportunidad hacía algo para dañarlo. Sacudió su rizada cabeza y se centró en abrocharse los botones se la camisa, los cuales había abrochado mal por estar pensando en otras cosas. Un par de minutos después ya se encontraba con el traje puesto, no podía negar de que se veía bien, aunque le molestaba un poco que su cintura se marcase. Era una de las desventajas de ser omega, quisieras o no tener cintura la tendrías igual, daba igual si eras hombre o mujer, tus rasgos siempre serían delicados y tu omega interior sería una completa molestia frente a un guapo alfa.
Por más que quisiera no podía evitar pensar en todo y muchas veces eso lo hacía un raro. No le molestaba, en su escuela ya lo veían como un raro por no tener singularidad. Abrió la puerta para que su madre lo pudiese ver y ella no pudo evitar cubrir su boca con ambas manos, dándole un poco se drama a la situación, aunque lo cierto es que verlo con ese traje la hacía sentirse orgullosa de lo mucho que su hijo había crecido. Poco después se quitó el traje para no arruinarlo, se colocó ropa cómoda y optó por ir a dar una vuelta en las cercanías luego de avisarle a su madre. Quizás podría encontrarse con Katsuki y quizás podría hablarle un poco sobre lo de la fiesta. Había pasado un día y aún no se lo creía, ¿Por qué alguien tan invisible sería invitado a un evento así de importante? ¿Acaso alguien del mundo de los héroes lo estaba invitando? ¿¡Alguien de ahí lo conocía!?
-¡Oye, maldito nerd!- se detuvo en seco, ni siquiera lo estaba buscando y lo había encontrado. -K-Kacchan- tartamudeó con algo de nervios recorriendo su estómago. -Muévete, estorbas- gruñó el alfa, amenazando con usar su quirk contra el pecoso otra vez. -Y-Yo sólo quería preguntar s-si querías...- siempre se sentía intimidado por Katsuki, aunque esta vez era diferente, estaba nervioso por otra razón. -Si quieres ir...- -¡Suéltalo ya, maldita sea!- -¡Si quieres ir conmigo a un evento con los héroes de la ciudad!- exclamó, enseñando la carta que le había llegado y tapando su boca con su mano libre de hablar. -¿Ah?- Bakugo rio sin ganas. -¿Yo contigo? ¡No iría a ningún lugar con un maldito nerd como tú! Con sólo saber que quieres ir a la U.A me entran ganas de matarte-
Izuku palideció, sabía que Katsuki no lo acompañaría y aún así quiso intentarlo, quedando como un tonto. El joven de ojos rojos le quitó el papel y al igual que con su cuaderno de notas, usó su explosión contra este. No pudo reclamar, pero si lloriqueó un poco al ver como algunas cenizas caían de la mano del alfa.
-¿¡Por qué eres tan malo conmigo!?- Katsuki casi lo asesina con la mirada, sonriendo de forma siniestra y torcida, haciendo que el pequeño omega quisiese huir y esconderse en las faldas de su madre. -¡Ahora vete si no quieres que te explote la cara!-
