Izuku's Dilemma 「ABO!Tododeku AU」

•ू♡Forty Eight

-No bromees así- rió nervioso, mirando al joven omega, quien trataba de conectar los puntos en su cabeza para averiguar la identidad de quien tenía en frente.
-¡Ah! ¡Eres el héroe de las ilusiones, Genkaku!- exclamó y soltando la mano de su pareja, buscó su cuaderno de notas en su mochila, sin quitar la emoción de su rostro. -¿Puedo tener un autógrafo y hacerte unas cuantas preguntas?-
-¿Todo bien, Izuku?- Mamoru pensaría que se trataba de una broma de no ser porque la expresión del pecoso realmente demostraba que no lo conocía, o más bien, que no lo recordaba, por alguna razón que le era desconocida.
-¿Cómo sabes mi nombre...?-
-Izuku, es mejor que nos vayamos- susurró su alfa, tirando ligeramente de la mano de su pareja. Algo le hacía pensar que era mejor mantenerse alejados de ese beta.
-Si... ¿Puedo tener tu...?- al abrir la página que tenía reservada para el joven héroe, se dio cuenta de que la firma de este ya se encontraba en la hoja. No entendía porqué ya que para él era la primera vez que lo veía, pero se lo guardó para sí mismo, evitando comentarlo. -Lo siento, debo irme, un gusto en conocerte-

La pareja de adolescentes siguió su camino, sin mirar atrás y volviendo a sus charlas sin sentido, olvidándose rápidamente del fugaz encuentro debido a los efectos del tratamiento de Kana. Como notaron que la desviación que tomaron no los llevaba al departamento de Inko y Toshinori, visitaron a Rei en primer lugar, teniendo una muy buena experiencia junto a ella. Rieron bastante y degustaron de algunos dulces que habían comprado antes de entrar al hospital. La mujer de cabello albino notó el cambio en el comportamiento de su hijo y su yerno, pero confiando en que el semi albino se lo contaría a través de una carta, lo dejó estar, disfrutando de la compañía que ambos le ofrecían.
La siguiente parada de los jóvenes fue la residencia de la madre de Izuku, quien los recibió con una alegría enorme y una deliciosa cena que a duras penas lograron terminar por los dulces ingeridos con anterioridad. Toshinori comentó acerca del cambio de los jóvenes, pero estos no parecían notar nada, por lo que no insistió más, aunque luego lo discutiría con su mujer.
Estaban cansados de tanto andar durante el día, así que cuando Inko les sugirió descansar un rato en el sofá, no lo pensaron dos veces. Ambos cayeron rendidos en el pequeño mueble, abrazándose para encajar mejor en el espacio que tenían. La mujer de cabello verdoso no tardó en taparlos con una manta, dejándolos descansar de lo que -suponía- había sido un día agotador, pero lleno de alegría.

Horas después, el joven de pecas fue el primero en despertar, moviéndose lo suficiente como para hacerlos caer a ambos. Confundido y aturdido, Shoto se aferró a la manta, negándose a ponerse de pie ante las peticiones de su omega. A pesar de encontrarse en el duro suelo, para él era bastante cómodo, Izuku pensó que tal vez se debía a que gran parte de su vida había dormido en futones.

-Venga, Shoto... Levántate para que podamos dormir en mi cama- habló ronco, moviendo con su pie a su alfa.
-No quiero, duerme conmigo en el suelo- invitó, escondido en la manta. Por lo menos el menor tenía bastante fuerza para cargarlo y llevarlo a su antigua habitación, lugar en el que descansarían mejor al hacerlo en una cama. -Noooooo-
-Siiiiii- lo dejó caer sobre el colchón, logrando que soltase la manta, pero apenas se descubrió, buscó las sábanas para envolverse en ellas. -No te quedes con todas las sábanas, Shō-
-Mm...- hizo un espacio entre las ropas de la cama, dejando que su omega se colocase junto a él.

Hacer que Todoroki lo soltase luego de recostarse fue imposible, por lo que su movimiento en la cama era reducido, aunque eso no lo detuvo y terminó apoyando su espalda en el pecho de su alfa para finalmente dormirse una vez más gracias a la calidez natural de su pareja.

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Estuvieron todo el domingo en el departamento de los Midoriya, descansando y dándose el cariño que no se habían demostrado desde su ruptura.
Al llegar el lunes, estaban de vuelta en la academia, hablando acerca de planear una nueva salida el siguiente fin de semana, olvidando que debían dar algunos exámenes de medio año.
El profesor Aizawa les informó que la siguiente semana comenzarían los exámenes, por lo que usarían la actual para entrenar junto a la otra clase de héroes como una forma de enseñarles lo que se les exigiría para pasar y adelantarles lo que se vendría en el examen de fin de curso antes de la graduación.