No todos los seres humanos son iguales. La mayoría de omegas prefieren ser protegidos por un alfa. Izuku quiere cambiar su cruel destino ya que no quiere convertirse en una máquina de parir cachorros, sin embargo, en su camino se cruza un alfa que a...
Shoto quedó internamente sorprendido luego de que el marcador de Izuku diese 705.3 metros tras tirar la bola de béisbol con su singularidad. Desconocía todo acerca del omega, incluyendo su quirk, pero le parecía algo extraño que un omega tuviese suficiente fuerza como lanzar así y alcanzar esa altura. Fuese cual fuese la razón, él no estaba ahí para juzgarlo, estaba ahí para convertirse en héroe. No tenía porqué fijarse tanto en el adolescente de ojos verdes. Su expresión seria y fría no cambió ni siquiera cuando Bakugo se lanzó encolerizado hacia Izuku ni tampoco cuando el profesor Aizawa lo detuvo con las cintas que rodeaban su cuello, impidiendo cualquier movimiento del impulsivo alfa. Nunca le interesaron ni le interesarían las peleas escolares, por lo que tampoco prestó atención a lo sucedido.
Quedó en segundo lugar en la tabla de resultados, siendo superado por Yaoyorozu. La había conocido en la fiesta que se había organizado en honor a los héroes, a la cual su padre le había obligado a ir y podría decir que ambos congeniaban en varias cosas. Ninguno había hablado mucho ese día, pero lo poco que habían conversado sirvió para entablar una pequeña amistad.
Shoto normalmente era muy centrado, pero ese primer día en la academia su vista era incapaz de prestar atención a sus profesores, sólo podía centrarse en la mata de rizos verdosos del chico que estaba unos asientos más adelante, en la fila a su izquierda. Durante esos diez meses se había olvidado casi por completo del rostro de Izuku Midoriya, pero su nombre y su sonrisa se habían quedado en su memoria. Lo repetía una vez más, no tenía porqué fijarse tanto en él, aunque tampoco podía evitarlo.
Desde las pocas palabras que habían cruzado en la mañana, el omega no había vuelto a hablarle y cada vez que lo miraba lucía molesto o dolido. Cuando le respondió, Izuku no dudó en preguntar el porqué estaba comportándose tan seco, pero Shoto no sentía que así fuese. Hablaba con todos así, ¿Por qué le había afectado tanto a Midoriya? ¿Tal vez se debía a lo que había escuchado sobre los omegas? Si era así se le sería realmente difícil hablar con ese chico.
Las clases terminaron y él aún no podía dejar de observar los rizos de Izuku. Aunque nunca lo admitiera, le gustaría hundir sus manos en esa cabellera para comprobar si era tan suave como pensaba. Era como un conejito esponjoso.
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Al siguiente día, luego de clases aburridamente normales, la acción por fin llegaba. Con All Might como profesor y "batalla" como objetivo de la clase, todos se dirigieron, vistiendo sus trajes de héroe, hacia el lugar en el que llevarían acabo la actividad. Volteó su rostro ligeramente para mirar de reojo a quien gritó desde el pasillo que acababan de abandonar, encontrando a Izuku con un traje verde y algo que parecían ser orejas de conejo o algo parecido al cabello de All Might. Suponía eso porque había observado los útiles que el omega usaba y todos ellos tenían relación con el Símbolo de la Paz. El primer grupo fue de Midoriya y Uraraka contra Bakugo e Iida. Toda la clase estaba absorta mirando las pantallas que mostraban el progreso de ambos grupos, mientras la cosa se ponía más seria y personal entre Midoriya y Bakugo con el pasar del tiempo.
Izuku por fin enseñó frente a toda la clase cual era su singularidad al destrozar varios de los pisos del edificio con ella. Shoto por primera vez podía considerar como rival a un omega. Esa era realmente una poderosa singularidad, un tanto parecida a la de All Might. Asombrosa quizás era una de las palabras que podían utilizarse para describirla. El alfa interior de varios de los presentes se sentía preocupado por el estado en que Izuku había terminado, pero se podía decir que había uno que sobresalía del grupo, siendo el más preocupado de todos aun cuando no lo demostraba abiertamente.
El resto de la clase se esforzó luego del espectáculo que dieron los dos primeros equipos. Todoroki no necesitaba eso. Él sólo necesitaba su lado derecho. Repudiaba su lado izquierdo con todo su ser y sólo lo usaría para deshacer lo que había hecho con su hielo. Nunca lo usaría en combate ni mucho menos le daría la satisfacción a su padre al usarlo. No le importaba ser tratado como un adolescente rebelde o como un niño haciendo berrinche, admitía que odiaba a su padre por lo que hizo a su madre.
En las últimas clases no pudo evitar mirar el asiento vacío de Midoriya unas cuantas veces, pero sólo eso. En ningún momento preguntó por él a nadie.
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Los días pasaban tan rápido que sentía que apenas dormía, pero eso no evitaba que su energía se recargase al recordar que era un estudiante de la U.A. Tal y como Recovery Girl había dicho, su brazo se encontraba mucho mejor tras unos cuantos días, aunque podía observar un par de cicatrices en el dorso de su mano. No le preocupaba, las cicatrices en su cuerpo no detendrían su gran sueño. Incluso si había perdido la esperanza muchas veces, ahora estaba mucho más seguro de su destino y futuro.
Al entrar al salón la primera en saludarlo fue Uraraka, con su gran sonrisa y energía. Los demás jóvenes de su salón aún seguían hablándole sobre lo grandiosa de su singularidad y parecía que por primera vez, a nadie le importaba su condición de omega. Eso hacia feliz a Izuku. No porque odiase ser omega, sino que porque por fin estaba siendo tratado como deseaba. Mientras conversaba con Kirishima y escuchaba los comentarios de Ashido, su mirada fue hacia el asiento de Katsuki. Se esperaba la mirada cargada de odio y ganas de matar que este le dirigía, mas nunca comprendería porque su amigo lo odiaba tanto. Luego de ese día lo había visto derramar una pequeña lágrima, pero no podía culparse, Katsuki tenía que aprender de esa experiencia, ambos tenían que hacerlo. Su mirada también fue hacia el asiento de Todoroki, quien yacía con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás. Sus oídos dejaron de escuchar los comentarios del pequeño grupo que lo rodeaba y al igual que el primer día, caminó hacia el lugar del semi albino, esta vez con naturalidad y sin exclamar ni hacer nada extraño.
-Uh... Todoroki- llamó con timidez. El ojo azul del alfa se clavó en su rostro. -El primer día me comporté algo extraño... Quizás fuiste frío conmigo porque te pedí explicaciones siendo que no debería haberlo hecho, no nos conocemos bien, por eso me disculpo-
Se inclinó ligeramente pidiendo disculpas. El joven de cabello de distinto color se sentó de manera correcta, suspirando.
-No te disculpes- Izuku abrió los ojos, incorporándose. -No soy frío contigo, hablo así con todos-
Pensó que eso era lo más que le había escuchado hablar. Su sonrisa volvió casi de inmediato.
-Tu rostro es tan inexpresivo que comencé a creer que me odiabas- confesó, acercándose más al joven sentado. -Deberías sonreír un poco-
Y con un dedo de cada mano y una enorme sonrisa plasmada en su rostro, posicionó cada uno cerca de las comisuras de sus labios para estirar un poco su boca en un intento de formar una sonrisa en el rostro de Shoto. Todo eso bajo la mirada de los demás en el salón, quienes sólo podían pensar en una cosa.
