Izuku's Dilemma 「ABO!Tododeku AU」

ʚ Thirty Six ɞ

Casi corriendo se dirigieron a la habitación del rizado, en donde, tras cerrar la puerta con seguro para no ser molestados, comenzaron a besarse con pasión desenfrenada. La lengua de Shoto buscaba con desesperación el contacto con la lengua de Izuku y cuando lo logró, se dieron cuenta de que ya no había vuelta atrás.
Mientras besaba el cuello del omega comenzó a desvestirlo, separándose de él sólo para quitarse su propia ropa. Al sentir la presión que hacía su erección contra su bóxer soltó un gruñido que hizo que las piernas de Izuku flaqueasen. Sintió la caliente mano del alfa apretar su nalga izquierda para luego sentir como sus dedos intentaban colarse en su interior. Tanteó la húmeda entrada del joven rizado sacándole gemidos con simples roces. Se aferró al cuerpo del alfa cuando sintió como sus dedos se introducían en su entrada, empapándose con los fluidos que salían de su interior.
Tuvo que recostarse en la cama para que los dedos de Todoroki entrasen correctamente y cuando estos ganaron velocidad, arqueó su espalda, cubriendo su boca para no gemir demasiado fuerte ya que Mineta, Aoyama y Tokoyami podían estar en sus habitaciones y sería incómodo que los escuchasen.
Shoto sacó sus dedos para alinear su pene en la entrada de Izuku y con lentitud comenzó a entrar, deslizándose con facilidad por lo mojado que se encontraba el omega.
Abrió las piernas lo más que pudo para hacerle espacio a su alfa. Este último atrapó los labios de su omega en un caliente beso mientras que sus estocadas se hacían más rápidas y más profundas con cada segundo que pasaba. Izuku apretó sus paredes haciendo gemir al alfa; durante el beso mordió el labio inferior del pecoso, logrando que abra un poco más la boca para poder introducir por completo su lengua en su cavidad bucal. Estaba desesperado, necesitaba más de Izuku, la temperatura de su cuerpo era anormal.
En algún punto, a Izuku dejó de importarle el resto del mundo y sus gemidos inundaron la habitación, rompiendo en la cabeza de Shoto y calentándolo más de lo que ya estaba. Dejó un camino de besos por su cuello hasta que llegó a uno de sus pezones para después lamerlo y morderlo tiernamente a pesar de lo rudo que estaba siendo con sus estocadas.
Tomó al omega por la cintura y lo elevó un poco, embistiendo directamente contra la próstata del omega, sacándole gemidos aún más fuertes que los anteriores y haciéndolo eyacular un poco.

-Es... Espera... S-Shoto- gimió, temblando. -Ahí...-

El semi albino pareció entender, por lo que cambió de dirección sus estocadas, finalmente golpeando el punto G de su omega.
Jadeante, salió del interior del rizado, lo ayudó a incorporarse, dándole a entender lo que quería. Midoriya se sentó con cuidado sobre el miembro de su alfa, escondiéndose en el hueco de su cuello mientras lo hacía. Cuando terminó de entrar volvieron a besarse, jugueteando con sus lenguas al mismo tiempo que comenzaban nuevas estocadas. Abandonó sus labios para atacar su cuello nuevamente, dejando chupones y mordiendo con cuidado de no hacerlo muy fuerte para no marcarlo por error.
Apretó la cintura del pecoso, sujetándolo para ayudarlo a moverse. Las mejillas de Izuku ardían, la ligera capa de sudor que envolvía sus cuerpos brillaba con la luz de la habitación y el calor de Shoto... El calor de Shoto era insoportable. Miró directamente al semi albino, dándose cuenta del porqué de su dolor. Las llamas de su lado izquierdo se habían activado y estaban quemando su mano.

-¿¡S-Shoto!?- se separó lo más rápido que pudo antes de que terminase con quemaduras graves.
-Lo siento...- jadeó, tratando de detener sus llamas.

Activó su hielo, tocando la quemadura que había dejado en la piel de su novio, congelando un poco su brazo.

-Iré por...- no pudo continuar hablando, se sentía avergonzado por lo que acababa de ocurrir.
-No... Estoy bien... Tu hielo es suficiente- murmuró apenado.
-En verdad lo siento, Izuku, no pude controlarme- volvió a activar su quirk derecho, tocando la zona afectada del pecoso.
-Ya me estoy sintiendo mejor- sonrió tímido, apoyándose en el semi albino. -¿Crees que podemos seguir?- ronroneó en su oído, notando la aún latente erección de Todoroki.
-No quiero quemarte otra vez- no se resistió cuando el pecoso lo recostó en la cama.