El Instituto Kim Peek

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El Instituto Kim Peek para Mentes Brillantes definitivamente tenía un aire moderno.

Era un enorme edificio hecho completamente de cristal, con un parque precioso en el frente y muchos niños corriendo, haciendo yoga o gimnasia, pintando...

Una mujer vestida de púrpura nos salió al paso.

-Bienvenidos. ¿En qué puedo ayudarlos?

-Mis hijos y yo venimos por una entrevista...

-¿Los mellizos?-Sonrió con amabilidad.-Por aquí.

La seguimos por el camino principal. Jack y Madeleine iban unos pasos adelante mío, observando todo a su alrededor con intriga.

Sonreí y pensé brevemente en Rupert y qué le parecería la escuela.

La mujer vestida de púrpura iba explicando a los niños cómo funcionaban los proyectos al aire libre de los demás niños.

Los dos entraron al edificio de cristal con una sonrisa y yo los seguí, mirando todo a nuestro alrededor. El patio de entrada era enorme.

La señora vestida de púrpura despidió a los niños con cortesía y volvió a salir al jardín. Era algo así como la celadora del colegio.

Otra mujer, pelirroja, nos salió al paso.

-Mi nombre es Miranda Allister, soy la directora. Es un placer conocerlos.-Dijo estirando su mano hacia mí y hacia los niños.

Ellos parecieron sentirse adultos con ese saludo y sonrieron.

-Emma Watson. El placer es mío. Ellos son Jack y Madeleine Grint, mis hijos.

-Pasen, por aquí.

Una mujer oriental con una coleta nos saludó también.

-Profesora Amanda Woods.-Dijo estrechando mi mano.-Enseño Literatura. Estos deben ser los mellizos. Un placer conocerlos, señor...

-Jack.-Se presentó mi hijo con tono orgulloso.

-Señor Jack y señorita...

-Madeleine.-Dijo ella mirando a la profesora con curiosidad.

Me pregunté qué pasaría por su mente.

-Señorita Madeleine. Los acompañaré en la entrevista de hoy.

Apoyó cada mano en un hombro de los mellizos y los condujo al despacho de la directora.

-Las instalaciones son enormes.-Observé.

La directora Miranda asintió.

-Sí. Hemos recibido todo tipo de críticas por el vidrio, pero ver el jardín durante las clases los ayuda a estimular la creatividad.

-Comprendo.

-¿No ha venido el padre de los niños? El que llamó por teléfono. Parecía un hombre muy amable y estaba realmente interesado en matricularlos.

-Se rompió una pierna. Está en casa haciendo reposo.-Dije.

-Oh, es una pena.

-Lo sé. Dígame, ¿cuál es el horario de clases?

-De ocho a una, si los mellizos entran. Pero por cómo los ha descrito su padre, seguro lo harán bien. Les haremos un par de preguntas al azar y veremos qué responden. Tendrán que contestar un pequeño examen escrito también. ¿Cree que les importe?

-No realmente. Están ansiosos por entrar.

Ella asintió y pasamos a su despacho.

La oficina de la directora era bastante seria y tenía en las paredes notas adhesivas que los estudiantes le dejaban, con sugerencias para mejorar la escuela y las clases... Me quedé leyendo algunos mensajes mientras mis hijos se acomodaban.

Reencuentro [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora