No me llames "muñeca"

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-¡Cuarenta días! ¿Puedes creerlo? ¡Yo no! ¿Cómo se supone que...?

Crucé los brazos.

-Rupert, cállate.

Miré al médico en señal de disculpas.

-Usted no haga caso a mi prometido. Suele ser un poco difícil.-Dije lanzándole una mirada a Rupert que quería decir 'no seas infantil'.

-Como le decía. Los huesos necesitarán entre treinta y cuarenta días para recuperarse por completo. Durante ese tiempo, el señor Grint deberá permanecer en cama. Puede ponerse de pie más cerca de los últimos días, pero no por ahora. Necesitará ayuda para bañarse y es mejor aún si evita levantarse continuamente para ir al baño.

Suspiré profundamente.

-Comprendo. ¿Y luego?

-Luego debe regresar al hospital. Le haremos una radiografía y podremos quitarle el yeso y ponerle una bota para que comience a caminar. Tendrá que ir a rehabilitación... El tejido óseo se recuperará solamente en siete u ocho meses. Sin embargo, puede que vuelva a caminar sin ayuda de una bota o muletas en unos cinco meses. Quizás seis. Su fractura fue severa. Tibia y peroné. Además se dañaron los músculos de la pierna y algunos tejidos circundantes. Tomará tiempo recuperarse. Aún así, creo que puedo darle el alta hoy o mañana para que, al menos, se quede tranquilo en su hogar.

-¿Cómo se supone que haré el amor con mi prometida si tengo la pierna en este estado?-Protestó Rupert.

Yo sabía que me lo estaba haciendo a propósito, para hacerme sonrojar y protestar por haberlo hecho callar, pero aún así su pregunta me descolocó. Sentí mi rostro incendiarse y volteé hacia él dispuesta a insultarlo.

-Basta con que ella no se siente sobre su pierna y estará bien.-Respondió el médico, a quien evidentemente el asunto le había hecho mucha gracia.-Además, usted debe limitarse a que ella haga todo el trabajo.

Nunca en mi vida me había sentido tan avergonzada. Rupert soltó una risita y casi lo ahorco.

-¿Alguna otra duda?-Preguntó el doctor mirándonos.

-¿Es necesario que ella me bañe?-Preguntó Rupert poniéndose rojo.

-Sí, para que no se moje el yeso. Le daré una bota de plástico para ese momento pero debe debe hacerlo con ayuda.

-Está bien.-Acepté.

-Oh, y no puede volver a conducir por unos meses. En rehabilitación le indicarán cuando pueda volver a hacerlo, pero hasta entonces, tendrán que llevarlo.

-Dejar de ser taxista. Suena bien.

Puse los ojos en blanco. El médico rió y salió de la habitación diciendo:

-Iré a buscar los resultados de esa radiografía.

Rupert estaba en una habitación común ahora, pero las políticas de visita eran estrictas. Además, Madeleine y Jack no habían despertado cuando me fui. Les preparé el almuerzo-té y lo dejé en el horno (Jack sabría encenderlo sin incendiar la casa) para que lo calentaran al despertar.

-Te voy a matar.-Dije cerrando la puerta del cuarto y acercándome a la camilla.-¿Cómo osaste preguntarle...?

-Tranquila, muñeca. No te alteres. Sólo tenía curiosidad.-Dijo mirándome con diversión.

Estaba pinchándome aposta, sabía que odiaba que me dijera "muñeca". Ya me estaba arrepintiendo de todas las lágrimas que había llorado por él esa madrugada.

-Puedes meterte tu curiosidad por donde te quepa.

-Oye, no hay necesidad de ser agresivos. Sería un mal ejemplo para los niños.

Reencuentro [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora