No te hagas pasar por mí

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-¡Se me ha ocurrido una idea brillante!-Exclamó Jack entrando a mi habitación.

Había pasado una semana desde nuestra charla, y me costaba dormir por las noches. Pensaba en Madeleine y en Rupert... En él sobre todo, ya que llevaba años deseando ver a mi hija pero evadiendo el recuerdo del único hombre que me había amado.

La pregunta de Jack resonaba en mi mente todo el tiempo. ¿Lo amaba aún? ¿Era posible después de tanto tiempo? Claro que no. Era la respuesta obvia. Y, sin embargo, la duda seguía dando vueltas en mi cerebro, una y otra vez.

-Hijo, son las nueve de la noche. Ve a dormir.-Lo regañé.

Él se subió a mi cama y se acurrucó a mi lado.

-Quiero dormir contigo.-Dijo haciendo un puchero.

Suspiré y lo atraje hacia mí. Él tomó el anillo que colgaba de mi collar y lo miró, leyendo la inscripción gastada.

-Sobre mi brillante idea...

-A ver, cuéntame de qué se trata.

-Quiero conocer a Madeleine.

Palidecí y me temo que miré a mi hijo como si estuviera loco.

-Jack, no he sabido nada de ella en prácticamente once años. No sé ni siquiera si vive con tu padre, si están en Londres... Además, quizás Rupert tiene a otros hijos, otra pareja...

-Pero sigo siendo su hijo.-Dijo él.-¿Verdad?

-Dudo que a Rupert le molestes tú. Pero yo... Tuvimos una historia complicada. Más de lo que me habría gustado. No es como si pudiera hallarlo y aparecer en su casa para presentarlos.

Jack me sonrió.

-Oh, pero es que él se muere de ganas de verte.

Enseguida comprendí que Jack había cometido otra travesura y me dio el desagradable presentimiento de que yo tenía algo que ver.

-En nombre de los astros del cielo, Jack Grint Watson, ¿me quieres explicar qué demonios hiciste?

Sonrió de forma inocente y supe que había logrado contactar a su padre. Ante la simple idea, mi corazón se aceleró.

-Gracias a su nombre completo, lo hallé en Internet y le escribí haciéndome pasar por ti.

-¡¿Qué hiciste?!

Jack sonrió orgulloso.

-Mira, te enseñaré la conversación.

Tomé su teléfono y miré, sin poder creerlo, que mi hijo tenía el contacto de su padre.

Yo. 16:04.
Hola, Rupert. Soy Emma. ¿Te acuerdas de mí?

-Jack, ¿por qué te hiciste pasar por mí?

-Sigue leyendo.

Papá. 16:08.
Emma. Claro que te recuerdo. Han pasado casi once años.

Papá. 16:08.
¿Cómo estás?

Yo. 16:08.
Bastante bien. ¿Tú?

Papá. 16:09.
También. ¿Cómo está Jack?

Yo. 16:09.
De maravilla. ¿Cómo está Madeleine?

Papá. 16:09.
Genial.

Yo. 16:09.
Hace unos días le conté a Jack nuestra historia y quiere conocerte. A ti y a Madeleine.

Papá. 16:10.
Madeleine sabe que tiene un gemelo desde hace años y siempre quiso conocerlo. Estará encantada.

Yo. 16:10.
¿Y qué hay de ti?

Reencuentro [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora