Reencuentro [Grintson]

Rupert niega estar celoso

-Gracias por traerme.-Dije sonriendo con cortesía.

Busqué las llaves en mi bolso, pero no las hallé, así que toqué el timbre.

Habían pasado dos meses desde que Rupert usaba la bota ortopédica. Estábamos en cuenta regresiva de un mes para quitársela, así que esperaba que pudiera ponerse de pie solo para abrirme. Con algo de suerte, para el cumpleaños de los mellizos, más o menos en un mes, podría caminar normalmente ya.

Efectivamente, su rostro asomó por la puerta principal.

-Hola.-Me dijo sonriendo, pero su sonrisa se apagó al ver a Mason Grinne, un compañero de trabajo que me había llevado a casa.

-Mason.-Se presentó estirando una mano hacia Rupert.-Trabajo con Emma. Tú debes ser Rupert.

-Sí.-Repuso él estrechando su mano con firmeza.-El padre de los niños.

-Oh, qué suerte tienes.-Mason rió.-No sabía que Emma tuviera hijos.

¿Cómo podía mentir tan descaradamente? En la oficina, yo vivía hablando de los mellizos.

-Pues sí. Son mellizos.

-¿Entonces ella es tu esposa?

-No.-Dijo Rupert en un tono una octava más alta del que solía usar.-Vivimos juntos por los niños.

-Oh, comprendo.

Rupert me miró unos segundos y luego a él.

-No te invito a pasar porque hace un rato se marcharon mis sobrinos y está todo hecho un desastre.-Dijo.

-No pasa nada.

Mason me abrazó quizás con demasiada confianza, con sus brazos más abajo de lo que deberían estar. Lo aparté incómoda y me besó ambas mejillas.

-Buenas noches.-Dijo sonriéndome.-Que duermas bien.

-Adiós, Mason.

Él se subió a su coche y se marchó. El mío estaba en el mecánico porque había pinchado un neumático. Habíamos estado en una cena grupal del trabajo por el cumpleaños de Evanna.

Entré a la casa sorteando juguetes y más cosas en el suelo (al parecer era cierto que había habido visitas) y Rupert cerró la puerta detrás de nosotros.

-Emma.

-Dime.-Me quité el abrigo y lo colgué en el perchero junto a la entrada.

Rupert me devoró con sus ojos, mirando descaradamente el escote de mi blusa, pero no pude ofenderme, porque cuando me miró a los ojos parecía herido. Y enfadado. Muy enfadado.

-¿Desde cuándo trabajas con ese Mason?

-Es nuevo. Entró hará una semana o dos.

-¿Y qué trabajo hace?

-Diseña.

-No es tu asistente ni nada.

-No.

-¿Y por qué coquetea tan descaradamente contigo?

La pregunta me tomó desprevenida. ¿Rupert estaba celoso?

-Sólo fue amable en traerme a casa.

-Y desearte dulces sueños.-Dijo él con ironía.

-Tú lo haces cada noche.-Dije encogiéndome de hombros.

-Es diferente. Vivimos juntos. Pero no voy por ahí preguntando a las mujeres guapas si están casadas y tienen hijos.