Dos asuntos de gran importancia

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-Tengo que hablar contigo.-Dije entrando a la habitación y sentándome junto a Rupert, que estaba leyendo.

-Yo también.-Dijo sonriendo y cerrando el libro.-Sobre dos cosas.

Suspiré profundamente y hundí mis uñas en las palmas de mis manos.

-De acuerdo. Tú primero.

Él sonrió y me palmeó una rodilla.

-Es sobre la fiesta de cumpleaños de los mellizos. ¿Quieres que le pida a mi hermana y Dan que vengan? Podrán ayudarte a mover los muebles y hacer lugar en la sala, ya que yo no puedo ayudarte.

Suspiré aliviada. Él, sin saberlo, acababa de encontrar una solución a uno de los problemas que yo tenía en mente.

-Sería genial.-Dije con sinceridad, un poco más tranquila.

-Hablaré con Bonnie mañana temprano, entonces. También estuve pensando en los obsequios. ¿Qué vamos a regalarles?

No se me había ocurrido. Pero no era tan difícil, luego tendríamos tiempo para discutirlo en detalle. Me encogí de hombros.

-Yo escogería un regalo para Madeleine que tenga que ver con la literatura. Puede ser un libro, yo podría escogerlo sin problemas. Y para Jack...

-Un videojuego.-Dijo Rupert sonriendo ampliamente.

Negué con la cabeza.

-No, no, no. Basta de videojuegos. Se pasa todo el día con la consola y nos ignora a todos desde que no puedes jugar con él. Yo pensaba en un libro para él también.

Rupert hizo una mueca.

-Jack no lee. No es como Madeleine. Si no quieres que sea un videojuego, un libro tampoco. Mejor un equipo nuevo de tenis. A propósito, no es que no quiera bajar a jugar, es que no puedo.

Sonreí y besé su frente.

-Lo sé, tesoro.

Rupert me miró sonriendo y tomó mi mano.

-Sobre lo otro que quería decirte...

-Creo que puede esperar.-Dije, dando por sentado que sería algo relacionado con la casa nueva.

Hablar de los niños me estaba poniendo miles de dudas e inseguridades en la cabeza, y necesitaba sacarme el secreto del pecho antes de explotar por dentro.

-De acuerdo. Te escucho.

-Yo...

Rupert tomó mi mano, la que tenía el anillo, entre las suyas, pero la aparté, pensando cómo diablos decirle lo que ocurría.

Él pareció preocuparse por mi frialdad y suspiró.

-Vas a dejarme. Está bien, lo entiendo. Debí saber que esto era demasiado bueno para durar.-Dijo apenado.

Lo miré fijamente. Parecía en verdad creer lo que me había dicho.

-No voy a dejarte, no seas ridículo.

Me acosté a su lado con un suspiro y me rodeó los hombros con el brazo, esbozando una media sonrisa.

-¿De verdad no vas a dejarme?

Evité mirarlo fijamente a los ojos y se me hizo un nudo en la garganta.

-No, no voy a dejarte.

Rupert besó mi frente y me atrajo hacia sí para comenzar un beso, pero me aparté, sabiendo que si no lo decía en ese momento, luego no lo haría.

-Ahora escúchame.-Acaricié su mano al oír un suspiro decepcionado.-Tengo que presentarte a alguien.

Alcé mis ojos hacia los suyos, que se veían muy confundidos.

Reencuentro [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora