Una antigua historia

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Jack se acomodó con las piernas cruzadas y me miró con atención.

-Sabía que este día llegaría alguna vez. Que preguntarías sobre Rupert. Pero no creí que fuera a ser ahora.

Él no se alteró.

-Cuando oigas la historia probablemente te enfadarás conmigo.-Suspiré.-Y estás en tu derecho de hacerlo.

-Vamos, mamá, dime. ¿Quién es la chica de la foto?

Me tomé el rostro con un suspiro.

-Es... Tu hermana. Madeleine Grint.-Dije.

La boca de Jack se abrió como si hubiera visto un zombi de los videojuegos que le gustaban, pero en la vida real.

-Pero... Creí que era hijo único... Como papá murió cuando yo era bebé...

Suspiré otra vez y miré el delgado anillo de oro y diamantes que colgaba de una fina cadena en mi cuello.

-Tu padre no murió.

Jack me miró frunciendo el ceño.

-Mamá...

-No murió.-Repetí tomando el anillo en mi mano y apretándolo con fuerza.-Y Madeleine es más que tu hermana. Son... Ustedes son mellizos.

-¿Qué es esto, mamá? ¿Una copia de la película 'Juego de gemelas'?

-Ojalá lo fuera, pero no es tan sencillo.

Miré el anillo otra vez y lo dejé caer sobre mi pecho. Tomé las manos de Jack entre las mías y lo miré a los ojos. Mis ojos castaños. Luego acomodé su cabello pelirrojo. El cabello de Rupert.

-Te contaré qué fue lo que nos ocurrió.-Dije con un suspiro.-Y entonces podrás decidir si odiarme o no. Tu padre...

Traté de pensar por dónde comenzar la historia. Sabía que algún día Jack descubriría todo, pero aún me sentía culpable por lo que había pasado con Rupert y me dolía mucho recordarlo.

-Tu padre y yo nos conocimos en la Universidad y enseguida nos hicimos amigos.-Comencé, con un nuevo suspiro.-Los dos éramos jóvenes, aunque él era dos años mayor que yo. Yo estaba cursando Arquitectura y él Diseño Gráfico, así que compartíamos algunas materias. Sobre todo porque yo había adelantado mucho mis estudios y estaba casi a su nivel. El punto es que nos volvimos cercanos. Yo tenía dieciocho y él tenía veinte. Estudiábamos juntos, asistíamos a conferencias y a reuniones, participábamos del Centro Estudiantil, salíamos a comer y a bailar... Una noche, Rupert y yo fuimos a una fiesta universitaria. Había varios tragos y el ambiente era hipnótico... Estábamos bailando cuando me besó. Era la primera vez que nos besábamos... Tomó mis muñecas y me sacó al jardín de la Universidad. Nos besamos otra vez, y me dijo que me amaba, que estaba loco por mí y que no quería seguir ocultándolo. Yo lo amaba desde hacía meses también, y entonces comenzamos a salir. Era... Todo era perfecto. Para mi cumpleaños diecinueve, él... Me obsequió...-Me sonrojé porque no quería contárselo a Jack, por más madura que fuera su cabeza no comprendería lo que había significado para mí que Rupert me obsequiara un conjunto de lencería fina.-Algo muy particular, y, entre besos y caricias, perdimos el control. Fue nuestra primera vez. Y fue perfecto. Además ,esa fue la noche en que me propuso matrimonio. Este anillo que cuelga de mi cuello, que siempre me preguntas qué es... Es nuestro anillo de compromiso.-Suspiré.

Jack estaba encantado con la historia. Yo nunca le había contado cómo había conocido a su padre, y él no recordaba a Rupert, así que supongo que para él sería como volver a tener a su papá en su vida.

-Respecto a tener relaciones, seguimos haciéndolo, con regularidad, y siempre nos cuidábamos... Pero una noche algo anduvo mal y me quedé embarazada de ti y de Madeleine. Nosotros no sabíamos que eran mellizos en ese momento, creíamos que sólo sería un bebé. Rupert estaba feliz pero yo no tanto. Tenía diecinueve años, estaba estudiando aún... No tenía trabajo... Cuando mis padres supieron sobre mi embarazo me dieron la espalda... Fue difícil. Y la primera vez que Rupert y yo discutimos. Pero logramos seguir con nuestra relación. Él... Me ayudó tanto durante el embarazo... El día en que nacieron fue de verdad el día más feliz de mi vida y de la de papá. Ustedes nacieron sanos y papá obtuvo un empleo para mantenerlos. Yo busqué trabajo también y seguíamos estudiando... Era muy intenso, trabajar, estudiar y cuidar de ambos... Por eso nuestras discusiones se volvieron más frecuentes y nos distanciamos un poco. Ni papá ni yo queríamos que eso ocurriera, pero no supimos manejarlo. Cuando ustedes cumplieron un mes de vida, precisamente cuando todo estaba mucho más calmado... Un médico nos autorizó a tener relaciones otra vez. Pero nos advirtió que debíamos cuidarnos porque si me quedaba embarazada otra vez, el bebé no sobreviviría. Por supuesto que no hicimos caso. El bebé no vivió más de una semana en mi vientre.-Dije tragando en seco.-Murió siendo muy pequeñito. Y después de eso, yo... Simplemente no quise acostarme con Rupert. Estaba muy triste y me sentía terrible porque sentía que la muerte del bebé había sido mi culpa. Para peor, entre los estudios, el trabajo y ustedes, no había tiempo ni dinero para una boda, así que Rupert y yo rompimos el compromiso... Fue muy difícil para mí, yo siempre había querido casarme con él... Y de pronto ya no lo haría. La situación se volvió insoportable. Me sentía terrible y él trataba de animarme todo el tiempo, pero me hacía sentir más y más culpable...

Reencuentro [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora