Reencuentro [Grintson]

Una broma que no es divertida

Madeleine y Jack parecían muy ocupados haciendo sus deberes, así que literalmente me obligaron a sentarme junto a la camilla de Rupert y sostener su mano mientras dormía.

De cualquier forma lo hubiera hecho.

Suspiré por vez número quinientos. Pobrecito. El yeso ya era como una parte de él, pero debía ser terriblemente incómodo.

Besé el dorso de su mano tratando de no echarme a llorar. Los niños no sabían la peor parte y era mejor si no me veían tan preocupada.

Alguien tocó la puerta.

-Pase.-Dije.

Una doctora bajita, de cabello rubio y ojos marrones, entró al cuarto.

-Disculpe. Soy la nueva médica de cabecera de Rupert Grint. Me llamo Sally Hale.

Me levanté con un suspiro y estreché su mano. Tendría unos cuarenta años, más o menos. Eso logró calmarme bastante. Tenía experiencia.

-Usted debe ser la señorita Watson, su prometida.

-Sí.

-Me gustaría hablar con usted unos minutos, si no le molesta.

Miré a los mellizos, sentados cerca de la ventana mientras escribían rápidamente.

-Niños. Salgo unos minutos. Si papá despierta, por favor avísenme.

Asintieron y salí con la doctora al pasillo.

Ella me hizo varias preguntas sobre lo que le había sucedido a Rupert y yo le expliqué de la forma más detallada que pude.

-Bien.-Dijo, revisando una carpeta con papeles.-Sí, eso dice aquí. Y esta debe ser la radiografía tomada desde el costado...

-¿Puedo verla?

-Claro. Esta es de la semana pasada, antes de la operación. Y esta es de hoy... Parece que todo está en orden. Quizás podamos darle el alta mañana por la mañana.

-¿Tendrá que pasar aquí la noche?

-Será lo mejor, sí. A no ser que usted quiera...

-No, no. Haremos lo que sea mejor para él.

-Me parece muy bien. Puede quedarse a acompañarlo esta noche si lo desea. Pero tiene que avisar a las enfermeras.

-Tendría que ver primero qué haré con los niños.-Suspiré.-¿Qué indicaciones puede darme respecto a él?

-No había comenzado rehabilitación, ¿cierto?

-No.

-Bien. El menor movimiento posible, en especial los primeros días. No debe soportar nada de peso. Reposo absoluto.

Asentí.

-Si el hueso se recupera en tres o cuatro meses, entonces se pondrá bien. Si no, bueno... Siento la incompetencia de mi colega en esto.

Suspiré.

-No es su culpa. ¿Alguna recomendación adicional?

-Sí. Sé que puede ser difícil, pero será mejor que por el primer mes suspendan las relaciones sexuales. Veremos cómo progresa y quizás pueda autorizarlas a partir del segundo.

Asentí y traté de figurarme cómo haría Rupert para soportar tres meses más en cama. Como mínimo.

-Le haré una carpeta médica para que presente en el trabajo.

-Por favor.-Dije.-Aunque hace un poco de trabajo desde casa.

Ella asintió y volvió a revisar los papeles.