21. Bipolar

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Narra Coco🌙

Han pasado cinco días exactamente desde la vez que Axl me besó y me trajo a casa.

No ha venido a molestarme, ni siquiera me ha saludado, en parte me sentía aliviada y por otra... le echaba de menos.

Sí, era bipolar. Pero, ¡eh no es mi culpa! Es ese jodido chico de pelo largo, voz ronca y sexy, y unos jodidos y calientes tatuajes.

¿Dónde ha quedado la Coco astuta que no se dejaba llevar?

Buena pregunta.

Salgo de la Universidad con Beck a mi lado, no hemos hablado nada acerca de los acontecimientos del viernes, dónde me confesó sutilmente que le gustaba.

—Te notó de extraña estos días, ¿buscas a alguien? —Me pregunta mirando a su alrededor.

—¿Qué? —Pregunto confusa— No, no... estaba esperando a la pesada de mi hermanastra —Justifico.

Él ríe suavemente y se acerca para depositar un sonoro y tierno beso en mi mejilla.

—Nos vemos mañana —Sonríe, me guiña un ojo y va directo con otros chicos a su camioneta.

Suspiro, y espero a la cascarrabias de Pixie mientras miro mi móvil.

—No mires tan de cerca la pantalla, te vas a quedar ciega —Advierte una voz femenina delante mía.

Guardo mi móvil en el bolsillo trasero —¿Dónde demonios te habías metido? —Espeto.

—Pues...—Balbucea, nerviosa.

Alzo una ceja y una sonrisa malévola aparece en mis labios.

—¡Dios! —Grito, exasperada— ¿Por fin te has decidido hablarle a Blake? —Susurro.

Ella me mira avergonzada —No...

Después nos subimos a mi coche en pleno silencio, sólo se oía una vieja canción de jazz de fondo.

Sentía dolor por Pixie, debe ser muy difícil hablarle al chico que te gusta. Aunque cada una tenía sus problemas; me gusta un chico que siente cosas por su ex y ella no tiene el suficiente valor de hablarle al chico que le gusta.
Varias veces le he oído llorar en su cuarto con una de sus mejores amigas.

Y también sé, que ya no se acueste con Albert Moore.

Una vez en casa, voy a mi cuarto y me pongo ropa cómoda para hacer ejercicio físico, después de una ducha y hacer mis deberes, decido ir a Lipa's para dejarle la comida a Phoenix. Mi padre no es muy buen cocinero, pero eso cambia cuándo hace postres de procedencia italiana.

Estaciono el coche el aparcamiento y desciendo de él mientras camino hasta la puerta principal.
Los viejos Lipa me sonríen y me dan un fuerte abrazo, me dan paso a la cocina y allí veo a Phoenix con todo su cabello amarrado en una coleta mientras amasa unas cuantas bases de pizza.

—¡Coco! —Sonríe animadamente Blake y se acerca para depositar un beso en mi sien.

Phoenix al oír mi nombre involuntariamente se voltea y me mira sorprendida.

Antes de que diga nada, alzo la bolsa de papel y muevo las cejas divertida.

—Tus fav...—Me interrumpe.

—¡Te amo! —Chilla exagerada y corre en mi dirección para abrazarme con todas sus fuerzas.

Después de separarse de mí, mira ansiosa la comida y sonríe.

—Tengo que atender unas mesas —Me informa mientras se quita el delantal— Luego nos vemos, ¿sí? —Asiento.

Me quedo un momento visualizando todo a mi alrededor, ese típico olor a salsa de tomate y queso derritido que me vuelve loca.

Moonlight «Axl Rose» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora