27. 99,9 % seguras

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Narra Coco🌙

Intento que Phoenix se calme, pero nada funciona. Sinceramente no sé cómo me sentiría si estuviese en su lugar, no quisiera ser ella.

La acompaño a todas partes porque creo qué va a caerse en cualquier momento, está tan nerviosa que ni siquiera ve por dónde camina o si va estamparse en alguna puerta.
La llevo hasta su facultad así que atravesamos los jardines del campus.

—Necesitas hacerte la prueba, Nix —susurro, ella sorbe por la nariz. Sus hombros están caídos y luce pálida— ¿Nathan ya lo sabe?

Nathan tenía alrededor de veinticinco años, le llevaba unos cuántos a Phoenix, pero a ella no le importo.
Sus ojos vuelven a empañarse, no hace falta que niegue pues sé la respuesta.

—Tengo demasiado miedo, no sé cómo decírselo. Quizá no lo estoy, debería hacer la prueba primero, hasta que esté segura para contárselo, ¿tú qué crees?

—Tienes razón —Respondo soltando un suspiro.

Soy fatal para consolar a mi mejor amiga cuándo cree que está embarazada y no sabe decírselo a su novio.

No la dejo sola ni un instante, a la hora de la salida Phoenix deja las cosas en su taquilla y respira profundo un par de veces, aprieto su hombro pues no tengo ni idea de qué decir para animarla y decir que todo estará bien, no puedo asegurar nada. Siempre se ve fuerte, sarcástica y manda todo a la mierda, es doloroso observarla así: triste, apagada y llorosa.

Salimos apresuradamente por la puerta, dónde Izzy abre la boca y luego la cierra.

—Phoenix... —La llama.

Nos volteamos ambas y nos encontramos con él y no sólo, también Axl.

Hago una pequeña sonrisa y él me guiña un ojo.

Phoenix nota ese gesto y parece animarla, después me interrogará.

—¿Qué te pasa? —Pregunta el pelinegro alarmado y con una mueca de preocupación, acuna las mejillas de Phoenix limpiando alguna lágrima.

—Eh... nada —Intervengo— dolor de estómago y de cabeza, quizás tiene fiebre —Agrego.

Axl me echa un vistazo y sabe que no digo la verdad, le hago una mueca para después contárselo más tranquilamente, sabe que estoy ocultando algo.

Después de eso, paramos en una farmacia y deambulo por los pasillos hasta que Phoenix se arma de valor y se acerca al mostrador. Una señorita de moño alto y una sonrisa nos ayuda con lo que necesitamos.
Me aclaro la garganta cuándo compramos la prueba y salimos de allí.

—Me han aceptado el curso en Sydney —Murmuro.

Phoenix por fin sonríe feliz —¡Eso es genial! Pero, ¿no quieres ir? —Pregunta después de analizar mi rostro.

Trago saliva —Quiero ir, pero es que no lo sé aún —Digo confundida— Axl y yo... —Callo.

—¿Axl y tú...? —Prosigue esperando a qué continúe la oración.

—Estamos saliendo —Confieso.

Mi amiga me mira compasiva y me abraza con fuerza.

Nos dirigimos a su casa.
Afortunadamente, sus padres están trabajando y sus hermanos en actividades extraescolares, llamo a Blake para avisarle de qué Phoenix está con fiebre y le pedí con un montón de favores que le cubriese su turno, gracias al cielo, no pregunto nada. Blake Carver siempre fue una persona discreta.

En su habitación, se sienta en el borde de la cama y observa la prueba cómo si de Satanás se tratase. Se levanta y se encierra en el baño, mientras me siento en la silla de su tocador y veo una tira de fotos del fotomatón en la que sale Phoenix con Nathan. Contemplo las fotografías y cualquiera diría qué es la pareja perfecta pero por lo que sé, no es así o por lo menos lo que Freeman me ha contado.

Moonlight «Axl Rose» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora