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- ¿Qué haces tan sola? Creí que siempre estabas con tus amiguitos

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- ¿Qué haces tan sola? Creí que siempre estabas con tus amiguitos. - soltó con su tono de despecho ya conocido.

- Me gusta mi espacio, no necesito de su compañía todo el tiempo. - me encogí de hombros.

- ¿Es sólo mía la impresión de que realmente no quieres estar con ellos? Pensé que encajabas bien. - enarque una ceja.

- ¿A qué te refieres?

- Eres una de las chicas mas conocidas en ese lugar, y el campus es enorme, desde que llegué he oído tu nombre tantas veces que hasta me aburrió. Pareciera que nunca tienen problema con nada. Sin contar que obviamente les gusta ser el centro, son superficiales de sobremanera.

- ¿Cómo puedes tener una opinión tan sólida sobre nosotros si llevas una semana en la universidad? ¿No crees que eres algo prejuicioso?

- Soy del tipo observador. - nuevamente enarque una ceja y ladeé una sonrisa. - Olvida eso, tú te apareciste de la nada, no cuenta. - rodó los ojos y reí, pero luego recordé el rumbo de la conversación y me enserié.

- Aún así, la forma en la que tú ves las cosas, no significa que sean así.

- Buen punto. - recostó la espalda en la silla y se cruzó de brazos. Mis ojos se desviaron a los músculos flexionados de sus brazos​. - Tienes una oportunidad de defenderlos entonces. - volví a sus ojos en cuanto habló.

- Nunca dije que quería defenderlos. - me sinceré. - Solo dije que deberías evitar juzgar, en esta ocasión no tengo nada para defender porque estás en lo cierto, somos "populares" - hice comillas. - Lo que sí, no estoy de acuerdo en que me metas en la bolsa con ellos, ¿realmente me ves de esa forma también? ¿En serio? - me sentí victoriosa cuando su cara de desencajo un momento, pero pronto recobró la compostura y apoyó los codos sobre la mesa, dejando descansar su cabeza sobre sus manos entrelazadas.

Señor Burns, ¿eres tú?

- Touché, entonces, cuéntame de ti.

- Sólo si tú haces lo mismo. - me puse en la misma posición que él y nuestras miradas quedaron realmente conectadas, creo que el verde azulado es mi nuevo color favorito.

- Okay, ¿qué quieres saber?

- Ehm, ¿cualquier cosa? - dije dudosa y luego sonreí. - No sé nada de ti, ¿qué te gusta? ¿Cuántos años tienes? ¿Qué estudias? ¿Vives solo? ¿Tienes novia? ¿Tienes emociones? - solté apresuradamente. Me sorprendería que me haya entendido.

- ¿Qué clase de pregunta es esa? - inquirió con cierta gracia, sentí mis mejillas levemente calientes y sonreí nerviosa, esa última salió de la nada. - Bueno, tengo gustos peculiares. - mi respiración se detuvo un momento y quise desviar la mirada.

¿Por qué tuve que leer Cincuenta Sombras?

- Deja de desesperarte, pervertida, me refiero a que prefiero libros a deportes y noches estrelladas a fiestas alocadas. - abrí los ojos como platos y sentí que ahora toda mi cara ardía, no solo mis mejillas.

- Leíste a Grey. - afirmé, él solo se encogió de hombros. - Continúa.

- Solo para aclarar, era mera curiosidad, no alcance ni la mitad del primer libro. Como sea, tengo 22, estudio derecho, sí, en un departamento aquí cerca, no tengo novia y..., reitero, ¿qué clase de pregunta es esa?

- Lo siento, es que..., bueno, siempre tienes esa cara de póker, es algo difícil saberlo.

- Eso es solo porque no hay nada que me despierte alguna emoción, o al menos, es lo que quiero pensar. - sus ojos me enfocaron aún más y se encogió de hombros.

Creo que la comida me cayó mal, siento una especie de nudo en el estómago.

In the silence of the night.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora