- Realmente no me parece una buena idea, Lottie... - dijo por cuarta vez Anthony mientras terminaba de guardar lo que necesitaría en mi mochila.
- Ya te dije que son sólo ocho horas, será una buena experiencia y sabes que lo necesito. - colgué mi mochila en mi hombro y camine hasta él para envolver mis brazos en su cuello, él puso los suyos en mi cintura. - Cuando vuelva estaré contigo todo lo que resta del día. - susurré mientras mordia levemente el lóbulo de su oreja, sentí como se tensó y su agarre a mi cintura se hizo más fuerte.
- Sabes que así no te dejaré ir, ¿cierto? - empezó a besarme hasta que sonó el alarma que había puesto justamente para no retrasarme.
- Parece que sí. - dije mientras me separaba - ¿Me llevas? - asintió y me volvió a besar. ¡Ah caray! Que señores besos está dando este hombre hoy, ¡eso es golpe bajo!. Me separé a duras penas porque de lo contrario no iría a ningún lado y realmente no me arrepentiría.
Llegamos al campus justo en el momento en el que todos estaban subiendo al bus, le di un rápido beso y bajé despidiéndome con un: hasta más tarde, luego corrí hasta la fila.
Me senté junto a Bianca, quién cayo dormida apenas el vehiculo se puso en movimiento, yo por mi lado me puse los audífonos y solo me los saqué cuando tuve que ir al baño a vomitar, el camino tenía un buen de curvas y me dejaron mareada.
Cuando llegamos fui la primera en bajar ya que de verdad necesitaba aire y la circulación de mis piernas estaba estancada. Me estire mientras el profesor guía nos daba las indicaciones pertinentes, ser amables, no hacer comentarios inadecuados, no hacer estupideces y sobre todo apreciar la verdadera realidad vivida aquí.
Antes de entrar empezamos a caracterizarnos, como son niños el maestro dijo que sería bueno pintarnos o ponernos accesorios infantiles, la mayoría iba de payaso pero como yo los abomino saque una tiara de unicornio de mi mochila, también algunas piedritas de esas que se pegan en el rostro, algunos de los más aplicados trajeron ropa completa, yo no sabía qué ropa usan los unicornios así que traje un tutú de colores.
Entramos y algunos de los niños que estaban jugando cerca de la puerta empezaron a gritar emocionados, todos corrieron a abrazarnos, obviamente el hombre araña junto a Iron Man eran los más populares, sonreí abiertamente al ver sus ojitos brillando mientras los miraban embobados.
La doctora nos explicó que vinimos en un buen día ya que hoy vinieron los niños que no tienen la necesitada de estar internados aquí todo el tiempo, sólo vienen a hacer la quimioterapia una vez al mes, también nos dio algunas clases.
Pasada la parte didáctica nos dieron treinta minutos para simplemente pasar tiempo con los niños, estaba ayudando a darles refrigerio cuando sentí que alguien me jalaba el tutú, mire hacia abajo y vi a la niña más adorable del mundo.
- Unicornio, ¿de dónde vienes? - pronto vinieron un par de niñas más junto a ella.
- Pues vengo de una tierra mágica y distante llamada Equestria... - les dije cuando estuve a su altura.
- ¿La de My Little Pony? ¡¿Es real?! ¿Dónde es? ¿Podemos ir? - chilló una y yo sonreí, lo que más me fascina de los niños es su inocencia.
- Claro que es real, pero shhh - me acerqué más y ellas igual, cómo si fuera el mayor secreto ya revelado - queda en la unión de dos cascadas, al final de un arcoíris, y pueden ir, pero sólo si siguen siendo niñas buenas. -ellas se miraron entre ellas y empezaron a dar saltitos, morí de amor.
- ¿Podemos ir ahora? - dijo otra.
- Ahora no, primero debo ir y avisar que tendremos a hermosas humanitas de visita, pero sólo pueden ir si prometen que no dirán donde es ni que es real, ¿sí? - asintieron efusívamente.
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In the silence of the night.
Novela JuvenilNecesitaron solamente tres piedritas. _________________________________________ Prohibida cualquier copia y/o adaptación por cualquier medio sin previa autorización POR ESCRITO de la autora. Obra protegida. ~Ada Cent.