Me encontraba en la casa de Chase, precisamente en la ducha. Me trajo aquí porque desde luego no podía ir a casa.
Estaba bajo el chorro de agua hace ya un buen tiempo, era un desperdicio impresionante de agua, sin embargo, todavía me sentía sucia, no llegó a tanto pero aún así sentía sus manos y boca en mi cuerpo y eso me daba asco. Yo misma me estaba dando asco.
Salí tras unos minutos más envuelta en una toalla, Chase me dió uno de sus boxers nuevos y algo de su ropa, momentáneamente me serviría hasta que pueda ir a casa.
Terminé de vestirme justo cuando tocaron la puerta, solté un "pase" y mi amigo entró tapandose los ojos con la mano.
- ¿Nada que pueda dejarme con un trauma?
- No a menos que te veas al espejo. - respondí y él sacó la mano de sus ojos antes de sacarme la lengua.
- ¿Te encuentras mejor, pequeña? - dijo tomando asiento en la silla del escritorio, ubicandola frente a mí. Asentí sonriendo levemente.
- Gracias a ti. - lo abracé sentándome en su regazo como niña pequeña y él besó mi cabello mientras le daba pequeños masajes. Aún me dolía el cuero cabelludo por los jalones, pero sus caricias apasiguaban el dolor. - ¿Crees que se librará? - alce mi vista a sus ojos.
- No lo sé realmente, es de familia influyente, pero confío en que por lo menos lo dejen esta noche en la cárcel y no se vuelva a acercar a ti. Mira nada más como te dejó. - pasó lentamente sus dedos por mi mejilla y labio inferior, cerré los ojos e hice muecas por el dolor. - Lo siento. - hice un gesto con la mano restandole importancia.
- ¿Cómo dejé que esto pasara, Cheese? Tú bien me dijiste aquella primera vez, y no te escuché, aún así estás aquí ayudándome y no me has soltado el clásico "te lo dije".
- Es que no me has dejado. - lo golpee en el pecho y él rió. - es broma, no podría burlarme de una situación así, lo que hizo no tiene perdón y entiendo que no quisieras crear discusiones con tus padres las demás veces.
Suspiré, porque efectivamente no era la primera vez que me golpeaba, solo fue la peor de todas. Cuando me levantó la mano me quedé tan sorprendida que terminé sin reacción, se disculpó tantas veces alegando ebriedad y no sé qué más, que opté por no darle más vueltas al asunto.
La segunda vez se lo conté a mamá, para intentar así que me dejara terminarlo, pero adivinen qué dijo, ¡que fue mi culpa! ¡mi maldita culpa ser golpeada! Ya que según él estaba coqueteando con otro, cuando simplemente le di el resultado de una ecuación, que visto desde su punto de vista era mi número de celular.
Me cago en la...
De ahí solo empeoró ya que mamá siempre lo defendió, papá también me "aconsejó" estar de lejos de otros tipos para no perder al partidazo que tenía. ¿Es en serio? ¿Un tipo que golpea a su única hija es un partidazo?
- Liam, enséñame a pelear. - solté sorprendiendo al chico frente a mi, elevó una ceja con curiosidad. - Ví como lo derribaste, eso es entrenamiento especial, y quiero que me lo des también, por favor. - lo ví dudar, pero al final asintió y yo sonreí.
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In the silence of the night.
Teen FictionNecesitaron solamente tres piedritas. _________________________________________ Prohibida cualquier copia y/o adaptación por cualquier medio sin previa autorización POR ESCRITO de la autora. Obra protegida. ~Ada Cent.