Cuando al fin estaba logrando caer en las redes de Morfeo, sonó el timbre.Me levanté tal y como estaba: el pelo revuelto, con solamente mis pantalones pijama y mi inevitable cara de dormido.
Abrí sin mirar por el ojo de gato de la puerta.
- Tae...-se tapó los ojos con una mano, yo sonreí- Taehyung...-dijo luego de aclarar su garganta.
- Hola Destiny...-contesté con mi voz mañanera.
- ¿Por qué no fuiste a la oficina?, teníamos mucho por hacer. -continuaba tapándose la vista.
- Oh, ¡por favor!, como si necesitaras mi ayuda...y quítate la mano de los ojos, como si no me conocieras con el torso desnudo...-la tomé de la mano y la obligué a pasar, ella entró tropezándose.
- De hecho, hace catorce años que no te veo, no presencié tu pubertad, Taehyung. Y no deseo ver los resultados ahora...Yo carcajeé y la quité la mano de sus ojos, pero estaban cerrados. Sonreí.
- ¡Qué boba eres! -rompí a reír.
- ¿Me harías el favor de ponerte una camisa, por favor?
Bufé.
- Bien...-giré los ojos y caminé hasta mi habitación, tomé una camisa que yacía tirada en el suelo y me la puse.Volví al living.
- ¿Contenta? -pregunté. Destiny dudó en mirar, pero a fin de cuentas quitó su mano para echar un vistazo.
- Mucho mejor...Sonreí seductoramente. Que bella estaba, me pregunto cuántos trajes debía tener... siempre vestía diferentes, aunque del mismo estilo.
Esos que son con falditas.Y su cabello, no estaba como lo recordaba. Siempre lo llevaba recogido en un rodete, perfectamente peinado sin un pelo rebelde que se escapara a la superficie, ahora lo tenía ligeramente suelto.
- ¿Deseas algo para tomar? -la recorrí con la mirada, mientras más la miraba, más me sorprendía de lo magnífico de su desarrollo. Su belleza dolía.
Ella lo notó y rápidamente la sangre se acumuló en sus mejillas. Sus grises ojos me miraron y noté, por primera vez en semanas, que todavía mantenía esos gestos de la niña de ocho años que yo conocía.
- Emm...n-no, gracias, estoy bien...-comenzó a jugar con sus dedos vestidos con millones de anillos.
- ¿Por qué estas nerviosa?
- No estoy nerviosa...-lo negó
- ¡Claro que sí!, mírate las manos...haces eso desde los cuatro años...- carcajeé, ella me observó sorprendida.
- De verdad que no te has olvidado de mí...-susurró con su vista pegada al suelo, avergonzada.
- Jamás lo haría, ¿por qué he de hacerlo? fuiste muy importante para mí...-me acerqué y le acaricié la mejilla para que me mirara -y lo sigues siendo...Sus preciosos ojos se mantuvieron en los míos, al fin algo le había tocado el corazón. Dudé por un segundo en acercarme más, pero a fin de cuentas lo hice. Lentamente fui acercando mis labios a los de ella, cerré los ojos y... Destiny corrió el rostro. Auch.
- Te traje la carpeta con el caso, ahora le añadí más hojas. La anterior estaba muy escasa de información...-comenzó a hablar, tomando la carpeta de la mesada mientras yo continuaba
mirándola.Al fin reaccioné y largué una carcajada amarga.
- ¿Qué sucede? - ¿Y encima tiene la cara para preguntarlo?
No contesté, sólo agite las manos en señales de que lo olvidara y bajé la cabeza algo decepcionado.
- Bien, ¿tienes preguntas?
- Sí, ¿qué te sucede?-tiré mi primera granada.
- Nada en lo personal, me refería al caso, Taehyung.
- ¿Por qué me llamas como si fuese un cliente y no tu amigo?
- Taehyung... ya hablamos de esto... - Golpeé la mesada con mi puño cerrado.
- ¡Demonios, no! -Ella instintivamente dio un paso hacia atrás- ¿acaso no te das cuenta de lo mucho que te eché de menos?, ¿de lo miserable que me sentí cuando te fuiste?... ¿Y de lo idiota que fui por esperarte?Eso no se lo esperaba, y yo tampoco. Ni bien terminé la oración sentí que un enorme nudo en mi garganta me impedía hablar.
- Pues...-sus ojos estaban algo brillosos- creo que será mejor que dejemos esto para mañana, te espero en mi oficina. Hasta entonces-asintió y caminó decidida hasta la puerta.
Cuando la cerró y escuché sus tacos golpear los escalones, me dejé llevar por la furia. Mis brazos se arrastraron por la mesada, barriendo consigo todo lo que había en ella. Las tasas, platos y comida aterrizaron sin piedad en el suelo.
- ¡¡Maldita sea!!- gruñí, enfurecido.
Me dejé caer en la superficie de la mesa, apoyando mis codos en ella para luego hundir mi cabeza entre ellos. Tironeé mi cabello y comencé a respirar para calmarme.Odiaba que fuera así conmigo, odiaba la forma en la que me hablaba, cómo me miraba y cómo evitaba enfrentar los sentimientos míos hacia ella. Cobarde.
Aquella noche no pude dormir, ahora no estaba enfadado con ella, sino conmigo. ¡Qué imbécil!, casi la hice llorar y todo porque hirió mi ego.
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Interlaced Ways
FanfictionNo creo en la casualidad ni en la necesidad, mi voluntad. -John Milton [ A D A P T A C I O N ]