Al principio correspondió mis besos solo por educación, se sentía culpable, lo podía deducir por cada roce de nuestros labios.
— Por favor, no pienses en él en este momento…—le rogué en un susurro.
Ella suspiró con pesadez, pero no contestó.
Acaricié su rostro, bajando por su cuello, su cintura, hasta llegar a su muslo. Separé un poco más sus piernas y me acomodé entre ellas.
Me sentía algo… extraño. Destiny no estaba correspondiendo a mis mortíferas caricias, cosa que antes solían derretirla al instante.
La sentía incómoda, distante…
— Destiny, de veras que necesito que colabores un poco… -expresé con fastidio separando mis labios de su abdomen.
— Tae…—me acerqué hasta estar a su altura, mirándola a los ojos. Tenía sus orbes húmedos— no creo que pueda seguir haciéndole esto…Suspiré y hundí mi rostro en su cuello.
— Bien, como quieras.
Me salí de encima de ella y me acosté a su lado, cara al techo. Su mano acarició mi pecho desnudo y acercó su rostro al mío.
— De verdad, de verdad lo siento…—sollozó en mi hombro.
— Lo sé.Apreté los dientes, sentía furia, decepción… Odiaba no poder ser él, no ser yo el que dormía con ella, abrazándola todas las noches, no ser yo el que se iba a casar con ella…
Sentí la mandíbula dura y un grito ahogado se refugió en medio de mi pecho.— ¿Qué piensas?—preguntó luego de absorber por la nariz y besar mi cuello.
— Nada. —contesté distante.
— No seas cruel… sabes que a ti también te quiero…
— ¡Pero sabes que no es suficiente! ¡Sabes que no puedo compartirte con nadie! ¡Odio sobremanera ser el número dos en tu vida, Destiny!—exploté golpeando con mi puño el colchón.
— Ya, cálmate…
— ¿¡Todavía no caes en la cuenta de que te amo con toda mi alma!?—Mordí mi labio y uní nuestras frentes en un intento desesperado de que comprendiera— Te amo, Destiny… no es broma, jamás te mentí en eso…
— Taehyung, no podemos…
— ¡Maldita sea!—solté su rostro y cerré mis puños en mis sienes, tratando de controlar la ira.
— Taehyung…
— ¡No puedes querernos a los dos! ¡Al menos no de la misma forma!
— ¡No! ¡No los quiero a los dos de la misma forma!—llorisqueó abrazándome y besando mis labios.
Inhalé y exhalé varias veces, buscando calmarme.Finalmente, la rodeé con mis brazos y apoyé mi mejilla en la coronilla de su cabeza.
— ¿Por qué juegas con mis sentimientos, entonces?
— No es mi intención… estoy muy confundida.La presioné contra mi cuerpo y me separé de ella.
— Será mejor que me vaya…
— ¡No! Por favor, quédate…Negué con la cabeza.
— Creo que por hoy tuvimos suficiente…
Se acercó a mí, suplicante.
— Necesito que te quedes conmigo esta noche.
Demonios.
— Taehyung, por favor…—me rodeó el cuello con sus brazos y besó mis labios.
No te dejes manipular. Me aconsejó mi subconsciente, pero, ¡claro!, a mí se me daba tan fácil decirle “no” a Destiny…
Cerré los ojos e inspiré aire.
— Quédate…—susurró mordiéndome el lóbulo de la oreja.
¿Quién la comprendía? Primero si, después no, ahora sí otra vez, y bien sabía ella que yo no podía negarme…
Como era de suponerse, decidí quedarme, claro que no pude contestarle ya que ella se había apoderado de mis labios de una forma tan particular que yo no pude emitir palabra alguna.
Llevó sus manos hasta mis hombros, por debajo de mi camisa, para luego quitarla del lugar. Enredó sus finos dedos en mi cabello y me guió hasta caer ambos en la cama. Al parecer, ella era la que mandaba, y eso era algo que no me desagradaba.
Me obligó a acostarme y ella se sentó en mi cadera, donde pronto comenzó a jugar con el cinto, abrochando y desabrochando la hebilla. Pronto el calor se apoderó de mi anatomía y la depresión y la ira se habían ido casi completamente. Besó cada centímetro de mi pecho, bajando por mi abdomen. La respiración comenzó a agilizarse y las ganas de tirármele encima aumentaban.
En el momento en que su mano pasó con énfasis por la parte más sensible de mi cuerpo, el animal que tenía encerrado escapó de su celda. De un segundo a otro, la empujé con desesperación, dejando a Destiny con la cara al techo sobre los pies de la cama.
— Eres… tan… bipolar…—dije agitado, arrancándole la ropa del cuerpo.
Nos besamos desenfrenadamente, empujándonos, arrancándonos la ropa del otro, con deseo y pasión.
Sentía el latido de mi corazón tamboreándome en mis oídos, mis bronquios no llegaban a tomar todo el aire que necesitaban, estaba hecho un huracán. Sólo se escuchaban nuestros agitados intentos de respirar. El calor de la habitación quemaba.
Mordí y lamí su cuello, haciendo que ella gritara de placer en mi oído. Casi con desesperación, la embestí logrando que la cabecera de la cama rebotara contra la pared. Destiny mordía mis labios y se aferraba con fuerza a mi espalda.
Luego, las energías comenzaron a aminorarse, y caí exhausto a su lado, expandiendo y contrayendo mi pecho de una forma indescriptible. Destiny suspiró y me abrazó con fuerzas para luego besar mi hombro. La rodeé con un brazo.
— No hay mejor sexo que el sexo después de una pelea—expresé.
— Ni que lo digas…—carcajeó Destiny dibujando líneas en mi pecho.
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Interlaced Ways
Hayran KurguNo creo en la casualidad ni en la necesidad, mi voluntad. -John Milton [ A D A P T A C I O N ]