Pronto quedé con mi piel ardiente y sudorosa a la vista. Traté de pensar por solo un segundo y ser cuidadoso quitándole aquel precioso vestido, pero las manos me temblaban, era más fuerte que yo, la deseaba, ¡y la deseaba en ese preciso instante!
Sacudí mi cabeza para no dejarme llevar demasiado por aquel salvaje instinto que venía guardando hacía tiempo. Claro que mi cordura no duró mucho cuando a Destiny se le ocurrió meter la mano por mi pantalón.
Pegué un salto y me estampé aún más sobre la puerta.
Ella me sonrió seductora.
- No deberías hacer eso, yo puedo hacerte cosas peores, linda...-la amenacé.
Destiny comenzó a caminar de espaldas hasta toparse con la cama, para luego recostarse en ella.
- Es tu turno de seducirme...- ¿Qué ya no lo estaba haciendo?
Arqueé una ceja. ¿Qué tan malo podría ser yo?
Los nervios me subieron como escalofríos por la columna, ¿qué tal si a ella no le gustaba lo que le hacia?
¿Qué tal si nuestra primera vez terminaba siendo un desastre?
Abrí los ojos en par en par cuando la vi corriéndose los breteles del sostén. Al demonio los nervios. ¡¿A quién le importaba?!
Me sacudí de encima todo temor y caminé lento hasta la cama donde ella se encontraba. Entrecerré los ojos y la recorrí con la mirada. Era tan bella, tan perfecta, tan pura... y ahora toda mía.
Tomé uno de sus tobillos y presioné mis labios en él, recorriendo toda su piel suave con un ligero aroma a jabón. Comencé a arrodillarme en el colchón a medida que subía mis besos por su pierna. Al llegar al pliegue de la rodilla, Destiny comenzó a acelerar su respiración, además de que arrugaba las sábanas debajo de nosotros.
Aventuré acariciando su muslo mientras lo besaba, mi mano trazó todo un camino desde su muslo hasta su bajo vientre logrando que Destiny se retorciera en el colchón. Mi lengua rozó el borde de su ropa interior y levanté la cabeza para observarla. Ella estiraba su cuello hacia atrás, mientras con una mano se tapaba la boca para ahogar sus gemidos.
Me acomodé entre sus piernas y ejercí presión inconcientemente, sentí que la cabeza me daba vueltas y que se nublaba la vista.
Cuando volví a la realidad, Destiny estaba rasguñando mi espalda y apretándome más contra su cuerpo.
Me aplasté contra ella y besé su clavícula, rozando mi lengua en ella, hasta llegar a sus labios para devorarlos sin cuidado alguno.
No me había dado cuenta pero yo me movía a un ritmo repetitivo, embistiéndola. Tampoco me di cuenta que a los cinco minutos, tenía los jeans en mis tobillos. Me los terminé de quitar de una sacudida y volví a sus labios, colorados e hinchados.
No recuerdo con exactitud cuando nos quitamos las únicas prendas que nos quedaban por quitar. Mi mente comenzó a trabajar cuando me detuve a pensar en lo que vendría después...
Por más que me retorciese y temblase de deseo, tenía que ser cuidadoso. No podía comenzar violentamente para luego dejarla con un dolor terrible y que después ninguno de los dos pudiera disfrutar.
Ella era frágil, era mi muñeca de porcelana y yo debía cuidarla, debía tener cuidado de no dañarla. Suspiré y me acomodé bien entre sus piernas, para luego mirarla a los ojos.
- Sólo... respira hondo...-ella asintió, cerró sus ojos y aspiró aire, esperando.
Sin quitarle la vista de encima, la embestí lo más suave que pude.
La vista se me nubló otra vez y el mareo se sintió como un dolor de cabeza, pero no ese dolor que molesta, éste se disfrutaba.
Al segundo que recuperé la visión, observé atentamente su rostro.
Su reacción fue la que esperaba, sus ojos se cerraron muchísimo más, logrando pliegues en sus párpados y su boca se convirtió en una fina línea.
- ¿Estás bien?-le susurré dulcemente, algo preocupado de que mi intento de ser suave hubiera sido un total fracaso.
Destiny asintió y besó mi mandíbula.
Lo intenté otra vez, y ella hizo la misma mueca de dolor. Para ser sincero, me estaba preocupando, ¿qué tan doloroso podría ser para una mujer?
- Relájate...-le indiqué, sus músculos estaban muy tensos.
Me hundí en su cuello y deposité un beso en él mientras continuaba moviéndome a un ritmo que cada vez se aceleraba más y eso era algo que no podía controlar.
Destiny al rato se relajó y comenzó a moverse a mi compás. Sentía que la habitación se incendiaba al igual que toda la cama.
Sin mencionar mi cuerpo que ardía de igual o peor forma.
Pensé que jamás me cansaría, que mi cuerpo podría estar acoplado al de ella toda la noche, pero pronto mis energías comenzaron a apagarse. El cuerpo me temblaba de cansancio, pero no quería parar. Pronto caí al costado de Destiny que estaba agitadísima, al igual que yo.
Pasé la mano por mi cabello húmedo para quitármelo de la cara y luego poder mirarla a ella. Destiny se encontraba mirando el techo, con una expresión extraña. ¿No le había gustado?
El terror otra vez se apoderó de mi anatomía.
- Linda... ¿qué sucede?-me acomodé apoyando los codos en el colchón y acaricié su húmedo rostro.
- Yo... no... no debí haber hecho el amor contigo, Taehyung. - ¡Uf!, ¡que susto!, creí que no le había gustado... Un momento, ¿mal?, ¿¡Que estaba mal!?
- ¿Eh?- fue lo único que pude decir.
- No debimos... es... no, Taehyung-se llevó las manos a la cara.
- Pero... ¿te gustó?
- ¡Claro que sí!, ¡fue excelente, por eso es un error!Sonreí y llevé mis manos por detrás de mi nuca, acostándome otra vez. Me sentía un campeón.
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Interlaced Ways
FanfictionNo creo en la casualidad ni en la necesidad, mi voluntad. -John Milton [ A D A P T A C I O N ]