Capítulo 7 - Una escapada al pasado

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A la mañana siguiente parecía un zombie. Fui a la oficina, claro. Golpeé la puerta como hacía todas las mañanas y ella me permitía entrar.

Cuando entré la encontré como siempre, sentada de piernas cruzadas con sus finas piernas luciéndose espléndidas bajo esa faldita de abogada sexy. Rápidamente traté de quitar todos mis deseos de animal de mi cabeza y tomé asiento.

- Buen día, Taehyung...-saludó sin mirarme.
- Hola, Destiny...-aclaré mi garganta- quería pedirte disculpas por lo de ayer...yo no...

Interrumpió.

- No tienes porqué disculparte, todo está perfecto. Ahora continuemos con el caso que es lo más importante...

¿Cómo?, ¿siquiera una mirada de perrito mojado me dejaba hacerle? ¡Já!... no, no, no... Esto sería un juego de a dos, ¿ella me trataba indiferente?, bien, yo podía hacerlo también.

O quizás... no debería pagarle con la misma moneda, debería seguir insistiendo y tratar de romper ese cascarón de hielo que la protegía.
Gruñí.

- ¿Qué sucede? -preguntó igual de desganada que siempre.
- Nada...-contesté tratando de imitar su antipatía.

Todo se mantuvo en silencio, ya me habían dado ganas de salir de allí, era evidente que ella no me necesitaba.

- Sabes...-me acomodé en mi silla, acercándome a ella- creo que me iré unos días al campo, a visitar a tu abuela...

Ella levantó la vista.

- No puedes irte, Taehyung...-contestó con tranquilidad- debemos continuar con esto, el caso no se resolverá solo...
- Escucha, Destiny... ¿ves a tu alrededor? eres una mujer atada al trabajo. Tienes veintidós años y actúas como una del doble de tu edad.

Abrió la boca para replicar, pero no la dejé.

- Ven conmigo al campo... y visita a tu abuela que no te ve desde los ocho años, no tienes idea de lo feliz que la harías...
- P-pero el caso...-tartamudeó buscando excusas.
- ¡Oh, por favor!, ¡mira cuanto adelantaste tú sola!-señalé su escritorio- ¿Y cuando es la sesión en el juzgado?, dentro de tres semanas, ¿no crees que estás un poco "muy" obsesiva con todo esto?

No contestó y fue ahí cuando supe que había ganado. Pensar que la creí impertérrita.

- Si no vienes de todas formas te secuestraré...-le advertí sonriendo maliciosamente. Adoraba ver su cara de perplejidad.

Largó un suspiro de rendición.

- De acuerdo, tú ganas...-sonreí- pero...-oh no, los "peros"- no me presiones...

Alcé una ceja y la miré con incredulidad.

- ¿A qué te refieres?
- Sé perfectamente lo que planeas. Me llevarás con mi abuela, a la cual no veo hace catorce años y con eso crees que volveré a ser la dulce niña que antes fui... - Sonrió irónica.
- D-de acuerdo...-tragué saliva- me atrapaste...rayos, ¡eres buena!-hice un ademán con la mano.

Volvió a sonreír y me percaté de lo diferente que se veía su rostro.

- La sonrisa te sienta mucho mejor...-la miré como tonto- me refiero, mejor que tu inevitable cara de amargada...-añadí burlándome.

Las comisuras de sus labios se volvieron hacia abajo y me miró con rabia.

- Lo tomaré como un cumplido...-otra sonrisa.

¡Vaya!, al fin después de tres semanas, me sonríe. Nada mal, nada mal.

- Bien, nos iremos mañana...
- ¿¡Mañana!? -abrió ampliamente sus ojos.
- Claro...-asentí.
- P-pero, hay tanto por hacer...
- Excusas, excusas...-murmuré.
- ¡Bien!, ¡como quieras!-su voz se volvió algo nerviosa y chillona- ¡ve tú y saca los pasajes para irnos!
- De acuerdo...-sonreí-. ¿Pero me haces un favor?-me miró, expectante- cálmate un poco, verás a tu abuela, no a Brad Pitt...-rodé los ojos.

Al día siguiente, ambos estábamos sentados en la terminal esperando al colectivo que nos llevaría de regreso al campo. Por mi parte estaba que saltaba júbilo, ansiaba regresar para escapar un poco de la locura de la cuidad.

Cuando miré de reojo a Destiny, ella se encontraba mordiéndose las uñas, tamboreaba los dedos en su falda o cruzaba las piernas cada tres segundos. Uní mi mano a la de ella, impidiéndole continuar con su acto de nerviosismo.

- Todo estará bien...-le prometí acariciando con mi pulgar el dorso de su mano. Ella me dedicó una sonrisa torcida.

Subimos al enorme ómnibus y tomamos asiento, decidí cederle el asiento de la ventanilla, para que ella viera cuánto había cambiado todo.

Para que tuviera una visita al pasado.
Captó mi intención al vuelo.

- Qué cruel eres, Taehyung...-me miró con cólera impreso en sus ojos. Yo sólo le sonreí.

Automáticamente, sus ojos se ablandaron y me miró como cuando éramos niños, tenía esa dulzura especial que yo tanto adoraba.

Comenzaba a creer que Destiny estaba volviendo a sentir, a volver a reír y quitar ese estúpido tono inexpresivo de su voz.

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