Interlaced Ways

Capítulo 33 - Una mala noticia

— Ya, Jimin, dime qué sucede...—ordené algo nervioso.
— Escucha, Tae...—suspiró, apenado— la abuela Mary...
— No...—negué antes de que él terminara la oración— no, Jimin, dime que no es verdad...
— ¿Todo se encuentra bien?—preguntó Destiny mirándome con ojos preocupados.
— S-si, debo salir a hablar, aquí no oigo nada. Espera aquí, ¿de acuerdo?
— Cl-claro...

Me dirigí hasta la entrada, aguantando el nudo en mi garganta y con la mirada preocupada de Destiny pegada a mi espalda.

— Por favor, Jimin, dime que la abuela está bien...

Otro suspiro.

— Lo siento, hermano. La abuela murió anoche...

El corazón me dejó de palpitar, se estaba quebrantando otra vez.

— N-no...—negué con los ojos inundados de lágrimas.
— Tuvo una muerte súbita mientras dormía...
— ¡No!—grité tomándome la cabeza— ¡Mierda! Me siento terrible, no la veo hace dos semanas más o menos...
— Taehyung, salvaste su campo, ella debe de estar agradecida...
— ¿Pero de qué servía salvarlo si ella no va a estar allí para disfrutarlo?
— Tú lo harás... con Destiny. Estoy seguro de que a ella le encantará.
— Tú sabes lo que me costará contárselo...
— Lo sé.

Quedamos los dos en silencio.

— La extrañaré muchísimo...—susurré sorbiendo por la nariz.
— Ella está en un lugar mejor, además, piensa en que no sufrió nada, se fue en paz...
— S-si, pero...—mordí mi labio y cerré los ojos— Dem...monios...

Traté de calmarme, mientras Jimin se encargaba de consolarme un poco del otro lado del teléfono. Corté comunicación y me quedé sentado en las escaleras fuera del juzgado.

— ¿Tae? ¿Qué sucede?—preguntó Destiny tocando mi hombro.
— Nada, linda...—fingí una sonrisa— todo está bien. ¿Ya se hicieron los papeleos y eso?
— Si, oficialmente el campo vuelve a ser de Mary, los del Departamento de Finanzas no molestarán por un tiempo...—sonrió y luego sus comisuras se volvieron hacia abajo—. ¿Seguro que está todo bien? Pareciera que hubieses visto a un fantasma o algo por el estilo...

Negué y relamí mis labios.

— S-solo...estoy algo aturdido y cansado. Fue como quitarse un peso de encima y ahora las noches de insomnio me pasan factura...

Me examinó con su mirada grisácea y entrecerró los ojos.

— Claro, debes de estar...cansado...—enfatizó la última palabra. No me creía en lo absoluto, no se me daba mucho lo de mentir, y menos mentirle a ella.

Levanté una de mis comisuras, formando una sonrisa algo apenada.

— ¿Te molesta si nos vamos a dormir un rato?—la tomé por la cintura y la acerqué a mi cuerpo.
— No, sólo déjame buscar algunos papeles que quedaron adentro.
— Bien, te esperaré aquí.

Destiny prácticamente desapareció en dos segundos y yo me dejé caer en las escaleras. Traté de inhalar y exhalar varias veces, para calmar las convulsiones que amenazaban con hacerme llorar. Tragué el nudo de angustia y pensé en como demonios darle la terrible noticia a Destiny.

— Listo, cariño, ¿vamos?
Me exalté y me incorporé de un salto.
— Estás con los nervios a flor de piel, Tae...—acarició mi rostro y depositó un beso en mis labios— Ya, cálmate, todo irá de maravilla a partir de ahora.
— ¿T-tú cómo te encuentras? Al desmayo me refiero...
— Oh, no te preocupes, no es nada que una siesta no pueda solucionar...—me iluminó son su dulce sonrisa y la imité— ¿Podríamos pasar por la oficina primero? De verdad que no pienso aparecerme por allí en una larga temporada, prefiero dejar mi maletín allí... unas vacaciones vendrían bien ¿no lo crees?
— C-claro...
— Sería lindo ir a visitar a la abuela Mary, le haría feliz vernos otra vez... la echo de menos...

Un golpe seco en el pecho me hizo estremecer.

— Taehyung, de verdad me asustas, ¿por qué no me dices que te sucede?
Negué repetidas veces.
— Estoy bien, necesito recostarme un rato, nada más.

Frunció los labios.

— Apestas mintiendo, pero está bien, si no quieres contármelo...

La miré y noté cuanto le molestaba el hecho de que yo no le dijera, traté de no derretirme ante su rostro de enfado y mantenerme firme. No podía decírselo, no en medio de la calle, donde podría volver a desmayarse, no, jamás.

Cuando llegamos a la oficina, saludamos a Amanda, la cual me quedó mirando algo preocupada y yo le dediqué una de mis más tristes sonrisas.

Subimos por el ascensor, hasta llegar al piso número quince, en donde estaba su oficina.

— Creo que debería decirle a alguien que mantenga esto limpio mientras no estemos... ¿Cuánto tiempo crees que nos iremos? Un mes, tal vez dos... podríamos llamar a tus hermanos para juntar toda la familia, como hicimos la otra vez...

Mi cabeza estaba en otro lado, repasando las palabras que estaba a punto de decir.

— Oh, muero por comer algo dulce, bueno, cuando lleguemos al departamento cocinaré algo, no lo sé...

¿Desde cuando Destiny hablaba tanto?

— Tae...—tenía que tener tacto al decírselo— Tae... — ¿Pero cómo decírselo sin lastimarla?— ¡Taehyung! Demonios, ¿en qué nube te encuentras?

Sacudí la cabeza y enfoqué mi vista en ella que estaba de brazos cruzados en frente de mí.

— Lo siento, linda...

Suspiró, tomó una silla y la enfrentó a mí, para sentarse en ella luego.

— Cuéntame.
— No tengo nada que decir, ya te dije que estoy cansado...
— Oh, sí, claro...—comentó sarcásticamente.
— Bien, me... he enterado de algo, y la verdad que es difícil decirlo...
— ¿Tus hermanos están bien?—tomó mis manos.
— Si...
— ¿La bebé de Noe?
— Ella está bien, la niña estará allí dentro un tiempo más...
— ¿Acaso es...—sus ojos chispearon y tragó ruidosamente—Mary?

Esquivé su mirada.

— Tae...—me llamó, pero yo no la miré— dime lo que sucede, ¿Mary se encuentra bien?

Hice una mueca. Destiny se puso de pie y comenzó a ordenar los papeles de su escritorio.

— Ella falleció, Destiny...—murmuré.

Su vista no se encontró con la mía, seguía ordenando las cosas, como si tuviese un ataque de nerviosismo o algo por el estilo.

— Jimin me llamó hoy para decírmelo. La abuela murió anoche de muerte súbita...—Todavía no lo comprendía, ¿por qué no estaba llorando?— Destiny, de verdad lo siento.

Las lágrimas amenazaban con salir, pero las limpié de mis ojos antes de que me delataran. Observé a Destiny, pero no, seguía igual de esquizofrénica.

Parecía como si hubiésemos vuelto en el tiempo, cuando ella era así de ordenada y fría. Me estaba comenzando a molestar.

— Destiny, ¿has oído lo que te acabo de decir?—apoyé mis manos en el escritorio y la enfrenté, ella no se percató, o fingió no hacerlo—. La abuela ha muerto, ¿entiendes?—estaba volviéndome un monstruo al refregárselo así en la cara, pero la mujer parecía no entenderlo—
¡¡Destiny!!—grité molesto.

Fue en ese instante en el que Destiny comenzó a temblar y cayó de rodillas al piso, largando un llanto ahogado y tirando todos los papeles consigo.
Llevó sus temblorosas manos a su rostro y gritó desgarrada de dolor.
Me arrodillé junto a ella y la abracé por los hombros, ofreciéndole mi pecho para consolarla.

Acaricié su cabello, besé su frente y tarareé una canción que solía cantarle cuando era pequeña.

— Ella está bien, más que bien...—le hice saber y cerré los ojos para dejar que el dolor me consumiera también.