Five.

3.3K 292 42
                                    

22 años de edad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

22 años de edad.

La pringada es terca, amargada, sin gracia, odiosa y malhumorada. Pero de alguna manera tenerla sentada en mi cama con esa tristeza, de alguna manera no sé, me hizo querer ayudarle, aunque no hay manera. Su padre manda y si él dice que ella se irá a vivir a Manhattan, algo grande debe de pasar para que la deje aquí.

Ella baja la mirada y se pone de pie ocultando su rostro, o eso cree.

Carraspea.—Bueno igualmente, gracias, Grey.—Dice y a paso rápido sale de mi habitación.

Suspiro pesadamente.

Esa mujercita tiene algo, algo que la hace "interesante" ante mis ojos. Siento que su carácter malhumorado y sus gestos son lo que más me hacen mirarla. Es una loca y desde que la vi aquella noche en la bahía supe que sería un problema con el que tendré que lidiar, solo que cuando me dijeron que debía cuidar de ella no imaginé que fuera una loca destroza huevos; porque lo es, y no sé porque, pero me gusta que no sea frágil, de alguna manera me excita.

Espero a que sea más tarde y salgo lentamente de la casa de los Lawrence, tengo cosas importantes que atender y ahora es tiempo de hacerlo.

Subo a mi camioneta y la pongo en movimiento, se me ha pasado el jodido tiempo y hace ya más de media hora que me han llamado para decirme que encontraron un sospechoso cerca del restaurante que explotó y que además es afgano. Lo que obviamente no es un punto a su favor.
Esos perros están unidos a los malditos rusos, los hijos de puta tienen en mente apoderarse de cosas y eso es algo que no voy a permitir y mucho menos mi padre.

Al llegar, bajo de la camioneta pero antes tomo mis guantillas de cuero color negro y me las pongo.

Masón y Chad se acercan a mí, ambos se ven cabreados.

—Venus ¿está bien?—Es lo primero que Chad pregunta.

Ella piensa que él la odia, pero ese maldito pelinegro moriría por ella mil veces si fuese necesario.

Asiento.—La he dejado en su habitación.—Soy cortante y continuó caminando.

—Tú padre ha tratado de sacarle más información pero nada funciona.—Dice Masón.

Aprieto mis puños y siento mi mandíbula tensarse, no soy racista, pero los afganos realmente me ponen de mal humor, sacarles información es tan difícil a los hijos de puta, realmente pueden llegar a ser leales.

—Mierda.—Es lo que murmuro.

—El maldito afgano no quiere hablar.—Masón dice de mala gana.

Es como un hermano para mí, el chico de cabello castaño prácticamente se crió conmigo y con mis hermanos.
Camino a paso rápido entre la gente y llego al lugar en donde se encuentran los demás, es un lugar que mi padre tiene aquí en la bahía cuando no quiere estar afuera con la gente, es como nuestro cuartel.

Te arrastraré a mi infierno. +18 {Parte 1} (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora