Te arrastraré a mi infierno. +18 {Parte 1} (Borrador)

Thirty-Eigth

Venus L.

Cuando abro mis ojos estoy en la habitación de Hades, pero el no está a mi lado, cubro mi cuerpo desnudo con la sábana color gris y busco -algo adormilada- aún, mi celular el cual está en la mesa de noche.

Hay mensajes.
Un mensaje de Hades.

Fui con mamá a hacer compras, lo sé, parezco señora, ¡No te burles Lawrence! Te amo.

Pero si me burlo, suelto una risita estupida porque el me conoce tanto que sabía que me iba a reír, y si, si parece señora.

Y un mensaje que no era de Hades.
Mi corazón late rápido al ver de quien es.

Número Desconocido.

¿Sabes que es gracioso para mí? Que aparentemente no me temes, ¿Dudas de lo que puedo llegar a ser capaz? Te fuiste de paseo con tu novio sin importarte lo que yo haría, yo podría ir a Virginia y matar a todos en esa casa... pero no lo haré, en cambio, si no vuelves hoy mismo, despídete de tu hermano.

¿Como demonios sabe que estoy en Virginia?

Cuando terminé de leerlo, busqué el numero de Chad y le di a llamar rápidamente.

La voz de un Chad adormilado llenó mis oídos.—Vee, ¿Como estas?—Pregunta, aparentemente lo acabo de despertar.

—¿Tú cómo estás? ¿Donde estas?—Pregunto algo alarmada.

¿En serio esto debe pasarme a mi? ¿Quien carajo me está haciendo esto? Y ¿porque?

—Ey ey... Cálmate, estoy bien...

Una voz femenina e igualmente adormecida se escuchó.

—Hola Venus.—Escuché a Karla.

—Bien, dile a Karla que hola y te llamaré más tarde, ¿va?

Apenas y escuché cuando dijo.—Esta bie...
Y colgué.

Me paré de la cama y caminé hacia el baño, hoy volvíamos a casa, no porque el psicopata ese me lo haya pedido, solo que ayer Hades me dijo que regresábamos hoy.

Mi teléfono comenzó a sonar.
Era Ambar, rápidamente contesté.

—Cosa dos...

—Cosa uno.—Hablé interrumpiéndola.

Bufó.—Conocí un chico, lo conocí en un café y saldremos hoy así que pensé qué tal vez tú... mi hermosa y talentosa hermana gemela la cual admiro mucho...

—Ambar Lawrence, no me halagues y dime que necesitas de mí.—La volví a interrumpir porque ya me imagino por dónde viene esto.

Bufó nuevamente y me la imaginé rodar los ojos.—Bien, ¿me prestas tu auto?

El mío Annabeth ya lo había llevado a casa y el que yo estaba usando de Hades el ya lo tiene de vuelta.

—Bien, pero regreso hoy así que no tardes ¿Por cuantas horas?—Pregunto entrando al cuarto de baño.

—He.... pues horas, así como, horas no serán...

—Al grano, atracadora.

—¡Bien! Serán unos días, máximo dos o tres.

—Estas loca...—Pongo el celular en altavoz y me meto a la ducha—¡En tus sueños!

—¿Estas en el baño?—Pregunta cambiando de tema, pero rápidamente vuelve a la conversación anterior— Ese no es el punto, ¡Por favor! ¡Lo cuidaré!

Tomo el shampoo y pongo un poco en mi mano para lavar mi cabello.

—¡Lo acabas de conocer, Ambar!—Digo en voz alta para que ella escuche a través del ruido del agua.