Amarlo fue tonto...
Fue como intoxicarme...
Como perderme a mí misma...
Debería ser ilegal enamorarse del diablo... debería, pero no es así.
Y Venus lo sabe a la perfección.
Enamorarse es una mierda y ella vino a demostrarlo.
POV:Venus.
Mi arma apu...
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Brad le está contando toda la verdad a la Pringada, yo ni siquiera le quiero ver la cara a la loca esa cuando salga de esa oficina. Megan se acerca a mi sonriente, ella es una de las pocas personas con las que se puede hablar en este lugar y sentirse cómodo al hacerlo.
—Agente.—Saluda
Le doy la mano y con gusto la estrecha.
—¿Qué tal? Megan.
—Todo bien—Habla—¿Sigue Venus ahí dentro?—Pregunta, yo asiento.
Ella hace una mueca y la entiendo, imagino que Megan ya sabe más o menos el carácter de los mil demonios que tiene la Pringada, esa cría está loca.
Minutos después sale.
Hacemos contacto visual por unos largos segundos, sus ojos tienen un brillo distinto, pero Megan habla. No te lo agradezco Megan.
—Vee, ¿Estas pálida?—Le dijo, rápidamente colocó una mano en su espalda y la ayudó a tomar asiento.
—Estoy bien.—La escuché decir antes de entrar.
Vi a Brad con la cabeza entre las manos y afincando los codos sobre el escritorio. Al escuchar la puerta se incorporó y al verme se tranquilizó.
—Le he contado.—Se me bajó el corazón a los pies.
—¿Le has dicho de mí?—Pregunté rápidamente, pero él negó.
—Claro que no. Sabes que también es problema para mí.—Él tenía razón, toda la DEA busca a mi padre y el colmo sería que el FBI trabaje con él.
Sé que Brad está siendo corrupto en estos momentos y que no está bien, pero también entiendo lo que es perder a un ser querido, que te lo arrebaten de la nada y que al día siguiente ya no esté.
Al pobre hombre ya le han matado a la mujer y a la otra hija, solo le quedan dos y prácticamente solo la Pringada ya que Chad está más loco que una cabra.
—Sí, lo sé. Entonces, ¿Qué hacemos con el tío del hospital?—Le Pregunto, por mí lo matamos.
Pero a Brad se le ha ocurrido la gran idea de meterlo a trabajar para el FBI, el tío es hacker y ayudaría bastante la verdad. Pero a mí no me agrada y más por la manera en la que ha mirado a la Pringada.
—Viene a trabajar con nosotros a cambio de protección.—Declaró, mordí mi mejilla por dentro por la rabia pero asentí.
—Vale.—Fue lo único que dije.
Salí se la oficina y ella seguía con Megan, al verme se levantó y caminó hacia mí.
—¿Puedo hablarte?—Preguntó, sabía a qué se refería pero igual la quise molestar.
—Ya lo has hecho.—Me burlé, ella rodó los ojos, mierda eso si me jode.
