Eighteen

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Venus L.

Quité el seguro de mi arma, la tenía en mis manos y empecé a caminar hacia la puerta del restaurante, las personas adentro estaban bastante asustadas, los chicos intentaban calmarlos y yo intentaba salir.

Empujé la puerta del restaurante y salí a la calle, había polvo, demasiado y era obvio. Era como una niebla pero de polvo, como una tormenta de arena. La cual fue desapareciendo poco a poco, y cuando lo hizo empecé a escuchar los gritos de desesperación dentro del restaurante de enfrente.

Las personas en la calle que estaban cerca del lugar estaban heridas y cuando intenté acercarme a una chica de mi edad volvieron a disparar atravesando su cabeza, de inmediato supe que el tiro no iba dirigido hacia ella, si no, hacia mí.

En ese momento los chicos salieron del restaurante, Alec pedía refuerzos y Grey corría hacia mí.
Otro disparo justo detrás de sus pies, al notarlo corrió más fuerte.

—¡Francotiradores!—Gritó alertándonos.

Los disparos iban detrás de él, en segundos llegó a mi lado y me tumbó hasta quedar detrás de un auto.

—Quédate aquí.—Me advirtió, pero yo no lo haría—No salgas.

Pues técnicamente estoy afuera idiota. Pensé, solo pensé.

Las sirenas empezaron a escucharse, la policía se había involucrado, lo cual no me gustaba para nada, este no era su trabajo, es mi trabajo y quien va a mandar y a decir que hacer soy yo.

—Grey, hay que salir, si aún hay alguien vivo ahí adentro debemos salvarlo.—Dije poniéndome de pie.

Lo mejor de mi trabajo es ayudar, amo poder ayudar a las personas, poder salvarlas, justo como a Mikhail, no podría escuchar a alguien inocente gritar por ayuda y pudiéndolo ayudar no hacerlo, mi mente no estaría en paz.

Me ayudó y con cuidado inspeccionamos el edificio del cual provenían los disparos, estos ya se habían calmado.

Cinco camionetas blindadas en color negro se estacionaron frente a nosotros y supe que eran los refuerzos que Alec había pedido. Los oficiales salieron y empezamos con la investigación.

                                        •••

En la sala de juntas solo se hablaba de ese tema en específico, y todos me miraban a mí, se porque y no me siento nada bien por ello.

Resulta que los malditos rusos pensaron que yo estaba en el restaurante que explotó y por eso lo mandaron a volar. Siento impotencia, porque toda esa gente inocente murió por mí, dejando a sus familiares y amigos solos por alguien a quien no conocían y la verdad no sé si pueda con esto más, escucharlos hablar sobre el tema me esta alterando demasiado.

Muerdo la parte interna de mi mejilla y siento mis ojos aguados y de repente no veo nada, aprieto los puños y luego de dar un golpe fuerte a la mesa, salgo de la sala de juntas.

Aún no me cabe en la cabeza como diablos puede esa gente ser tan hijos de puta, ¿Cuantas masacres faltan? ¿Cuanta gente más debe morir? No es gusto, no lo es joder, gente inocente está muriendo. Juro que cuando los tenga enfrente no me va a temblar la maldita mano.

Cuando reaccioné, estaba en la azotea del edificio con lágrimas en las mejillas y en los ojos.

—No es tu culpa.—Escuché detrás de mí.

Me di la vuelta lentamente al reconocer la voz.

—Lo es, Grey.—Digo al estar completamente volteada—Cada persona que muera en manos de ellos en su intento de matarme a mí, será mi culpa.—Sollocé.

Te arrastraré a mi infierno. +18 {Parte 1} (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora