Capítulo 22

7.6K 774 165
                                    


Vladimir abrió los ojos bastante desorientado. Recordaba haberse sentido realmente mal mientras iban por el bosque, Izar se detuvo y todo se volvió oscuro.

Ahora despertaba en una enorme habitación, el lugar no era como esperaba que fuese el hogar de Ginger y su ahora esposo. Como pudo logró sentarse y luego fue con cuidado hasta una de las enormes ventanas, era de noche por suerte.

Al ver fuera descubrió que se trataba de Varnow, era una ciudad imposible de no reconocer. Retrocedió confundido y miró toda la habitación preguntándose cómo había llegado ahí.

La puerta se abrió sorprendiéndole y se tranquilizó demasiado cuando vio que se trataba de Izar, llevaba una especie de cuenco con un montón de comida dentro, especialmente carne.

— ¿Qué hacemos aquí? —preguntó Vlad acercándosele de inmediato.

—Te desplomaste en medio del camino. Por suerte, uno de esos demonios fue a buscarnos, no dudé en aceptar su ayuda, jamás había sentido que tu temperatura subiera como lo hizo.

— ¿De qué hablas? —se detuvo realmente extrañado, los vampiros no tenían aumento de temperatura de manera interna, solo el fuego o el contacto con otros podía causar algo así, pero no era demasiado notoria la diferencia.

—Cuando te desmayaste ardías en fiebre. Te estabilizaste pronto, pero no despertabas y una bruja te ha revisado.

— ¿Tengo algo malo?

—No..., no lo sé.

— ¿Cómo que no sabes? —cuestionó alarmado.

—Vlad, tenemos que hablar. Siéntate. —pidió dejando el cuenco sobre la cama. —Primero debes comer algo.

—Pero eso no, sabes que no puedo.

—Ahora sí, quiero que pruebes algo diferente, podrás alimentarte así de ahora en adelante. —explicó sentándose frente al vampiro que le miraba como si se hubiese vuelto loco.

—Ni hablar, no probaré eso, enfermaré más.

—No, enserio es seguro, puedes hacerlo, confía en mí.

— ¿Qué es lo que me pasa? ¿Quién te ha dicho que puedo comer esto? —comenzaba a enfadarse, Izar estaba pidiendo algo irracional e incluso peligroso.

—Bien, te voy a explicar ahora, pero debes prometer que no vas a alterarte, tómalo con calma y por favor, no te molestes conmigo, yo no tenía idea de que esto era posible, de haberlo sabido, te lo hubiese dicho antes de que esto comenzara.

—No entiendo... ¿quiere decir que lo nuestro...?

—No lo malinterpretes, te amo Vlad, desde que todo comenzó y no he dejado de hacerlo, pero, esto es algo delicado, no me concierne solo a mí, he afectado tu vida egoístamente por no saber lo que mi propia raza puede provocar.

—Me estás asustando, explícame lo que sucede. —pidió nervioso.

—No sé cómo empezar. —suspiró Izar y tras hacer a un lado el cuenco se acercó más al chico tomando sus manos, le miró a los ojos y trató de ordenar sus palabras lo mejor posible. —Vladimir, yo soy un lobo puro, se han escuchado decenas de mitos respecto a los de mi clase. Si un macho puro toma por compañero a un lobo también macho de la manada, éste pasa por cambios internos convirtiéndose en su pareja reproductiva, un lobo puede llegar a embarazarse después de algo así, es un proceso que se da de manera natural, y se entiende muy poco al respecto.

— ¿Eso qué tiene que ver conmigo? —se calló mirándole con sorpresa mientras su cerebro comenzaba a trabajar, creía saber la respuesta, pero, eso era imposible. —Soy un vampiro, en mi especie esas cosas no suceden.

EL REY DE VARNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora