Capítulo 24

8.6K 793 224
                                    


Baltazar entró a la improvisada enfermería que se formó en una de las habitaciones más amplias del palacio, siguió de largo dejando atrás a algunos demonios que presentaban apenas un par de lesiones, entonces cruzó una puerta más que llevaba a una habitación más pequeña y privada, Yamil iba a su lado tomándole del brazo bastante inquieto, y apretó más cuando encontraron a aquel vampiro y su acompañante.

Izar se puso de pie ante la intromisión, no esperaba que alguien entrara de esa manera, pero en cuanto vio a Baltazar y con una expresión totalmente seria, además en compañía de Yamil, supuso que algo sucedía.

— ¿Cómo se encuentra? La bruja me ha dicho a grandes rasgos lo que pasó. —dijo Baltazar acercándose a la cama donde reposaba el vampiro. — ¿Ya lo han hablado?

Vladimir estaba dormido, así que el demonio se tomó la libertad de decir aquello pensando que no sería escuchado.

—Sí, lo ha tomado mejor de lo que pensé. —respondió Izar observando brevemente a Vlad.

— ¿Estás preocupado por lo que pueda ocurrirle?

—Si Margot habló contigo, seguro imaginas las consecuencias.

—Por supuesto. —Baltazar suspiró y miró a Yamil. — ¿Puedes esperar afuera?

El chico asintió de inmediato y salió de ahí, no quería incomodar, pues también sabía lo delicada que era la situación de esos dos, no los conocía bien, pero cuando Baltazar le envió lejos para mantenerle a salvo, aunque fue realmente poco tiempo, ellos le resguardaron y cuidaron, Vladimir incluso le explicó lo que ocurría para que mantuviera la calma. Verlo colapsar de la nada fue totalmente extraño.

—Izar, tú no tienes nada que ver en esto que ha sucedido. —comenzó Baltazar. —La información que nos diste fue de ayuda para entrar a Varnow. Sin embargo, para mí esta guerra no tiene ningún sentido, Durfen no puede vencernos, está derrotado y...

—A mí no me interesa lo que suceda con ese demonio. —intervino Izar. —Preferiría no haber venido aquí.

—Lo sé, arriesgas a tu pareja estando en Varnow, sé de lo que Durfen es capaz, y si sabe que perdió su reino porque tú nos avisaste, es probable que busque vengarse. Yo pienso dejar este lugar, igual que ustedes, tengo alguien a quien proteger, y Yamil no podría lograrlo solo. Continuar con esta guerra solo ocasionaría pérdidas, aunque mis hermanos han decidido quedarse.

— ¿Cederás después de invadir esta ciudad? He escuchado mucho de ti, pero nunca que dejaras de lado tus propósitos.

—Mis propósitos han cambiado. Igual que los tuyos. Vine aquí a ofrecerte una salida, me marcharé cuando anochezca y supongo que no querrán estar aquí, el embarazo será delicado, y la estabilidad en Varnow seguramente no durará.

—No hay otro sitio al que podamos ir. Un ángel caído, miembro de la Orden, nos encontró antes de todo esto, asesinó al cachorro que mi hermano nos pidió cuidad, y si sigue en el bosque, apoyando a Durfen, no será fácil.

— ¿Un ángel? Creo que sé de quién hablas. —meditó Baltazar un momento. —Dudo que haya sido por orden de Durfen, ordenar que asesinara a un cachorro y dejarlos ir a ustedes, es ilógico.

—En realidad no es importante por qué lo hizo, Vladimir no está en condiciones de tolerar un enfrentamiento.

—No lo hará. No serán solo ustedes los que vayan al bosque, algunas de las brujas han decidido salir de aquí también, los demonios que me han apoyado querrán seguirme de igual manera, y no es como que un ángel vaya a atreverse a atacarnos estando solo. Si decides dejar Varnow, te aseguro que buscaré una forma de llevar al vampiro sin que tenga que caminar.

EL REY DE VARNOWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora