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—No creas que lograrás... Librarte de mi... Ngh... Tan fácil... —había mencionado entre pequeños quejidos el científico demonio.

Su cuerpo no podía estar más que lastimado; la ropa completamente manchada con sangre, sucio y cualquier tipo de líquido que se hubiera botado en el laboratorio, también rasgada en varias partes.

Así había acabado tras haber peleado contra su pariente, y eso que el de ojos esmeralda se había limitado en fuerza tanto como podía, por más que odiara a su hermano... No quería matarlo, aunque se arrepentía de haberse dejado vencer de aquel modo.

Se alejó de la pared en un intento logrado de ponerse de pie por sí mismo. Comenzó a caminar a paso lento por la sala, llevando sus manos adoloridas detrás de su espalda lentamente.

—Sabes... De verdad me da gracia... Ver como aparentas ser tan fuerte... Invencible... Poderoso... Él más grande villano que podría existir, pero... —dictó con la voz rasposa e incrédula.

Paró su andar justo en frente de Flug, que le miraba expectante y preocupado por sus heridas.

—Tu sólo eres una escoria hambrienta de poder y fama... Que gusta de pisotear a los demás, pero para mi... Hermanito... Eres el ser más débil que he visto... —soltó con una pequeña risa tras decir aquello frente a la mirada confusa de todos los cansados villanos.


Ángelo mantenía su mirada fija en el suelo, apretaba fuertemente sus puños, poco notándose lo blancos que ponían sus nudillos por su clara tez. Estaba temblando.

¿Quién se creía ese inútil para decir todo eso...? Él era el mayor, era jefe, él es el más fuerte, y Ethan... No era más que su estúpido hermano menor... No le importaba qué puesto tuvieran en su verdadero hogar, él debía y seguía siendo quien dirigía a su altanero familiar.

—¿Qué pasa Angie...? ¿Ya no tienes más que decir...?

Interrogó el joven con una sonrisa triunfal, retomando su camino de vuelta la puerta para tentar al mayor a que le siguiera. Apenas tuvo tiempo de detenerse cuando sintió una fuerte patada en su lastimada columna que le sacó de la sala, con un peso extra encima suyo.

La pelea entre ambos hermanos demonio había sido retomada. Sacándolos de la vista de los cansados líderes.

Todos se había quedado en shock apenas vieron al azabache irse contra el peliazul cual toro al torero, en esos segundos pudieron notar como ambos hermanos mutaban su figura con la piel escamándose levemente antes de desaparecer con un estruendo por el umbral.

Black Hat reaccionó apenas ellos desaparecieron gracias a la fuerte punzada en su vientre; aquellos dolores que sentía en esos instantes, pese a ser pausados, eran insoportables para él. Un escozor tan agudo que se extendía desde su abdomen hasta la ingle, dolor que reconoció en sus momentos de lucidez como la metamorfosis sufrida para su parto.

Fijó su mirada en su pareja, que al parecer aun seguía anonadado por la repentina salida del ambos demonios. Con las pocas fuerzas que le quedaban gracias a su bebé, se arrastró por el suelo hasta llegar al rubio, Flug apenas sintió su presencia lo abrazó con firmeza y protección, acunándolo; las lágrimas del demonio negro no se hicieron esperar, soltó un sollozo que se ahogaba en su garganta por el dolor del parto que aún su cuerpo se negaba a dejar pasar.

-o-O-o-

Ángelo chocó estruendoso contra una puerta, volviendo a la compostura y corriendo contra Ethan de nuevo.

Ambos hermanos seguían en combate, sin señales de querer hacer tregua. Destruyendo habitaciones y pilares en su intento de acabar con la vida del otro; de hecho, él único que tenía ese objetivo en mente era el azabache.

Con todo su revoltijo terminaron en el salón principal, ambos agotados en las esquinas del lugar cada uno. Se veía claramente que en cualquier momento caerían del cansancio, pero, ninguno cedería a eso hasta ver al otro rendido.

Volvieron a arrematar el uno con el otro, soltando gruñidos guturales para intimidar al contrario.

Ethan había aprovechado el momento exacto en el que el demonio mayor corrió hacia él y se vulneraba, dándole un gancho bien puesto en la mandíbula y mandándole hasta un pared agrietada, en la cual el ojisangre recibió también un trozo pesado de escombro en su cabeza que cayó por el retumbar. Dejándole por fin inconsciente.

El científico jadeante se dejó caer al suelo de rodillas, apoyándose con sus manos en el frío piso. No habían palabras para describir lo cansado que se encontraba; en sus intentos de ponerse de pie que le habían fallido un par de veces, comenzó a caminar cojeante cual zombie por los derruidos pasillos.

La mansión estaba por derrumbarse, sus fuerzas de núcleo estaban casi agotadas. Tenía poco tiempo para sacar a todos de allí... Y eran muchas personas a las que debía alejar...

Con la poca energía que le quedaba desplazó habitaciones, incluyendo la sala en la que se encontraban la pareja y los compañeros de estos, lo más cerca del sótano.

Una vez hecho aquello, con un quejido extendió sus adoloridas alas azuladas y emprendió un errático vuelo por los pasillos.

Aun le quedaba algo que hacer... No dejaría que su querida gemela fuera condenada de igual forma que su hermano; por lo que se dirigió lo más rápido que pudo hacia el destruido laboratorio.

Apenas llegó buscó a la fémina, encontrándola inconsciente bajo una mesa tambaleante, al parece resguardándose de los pequeños escombros que salían.

Con cuidado la cargó, escuchando el pequeño derrumbamiento que iniciaba a lo lejos, giró su cabeza a todos lados, le era difícil ver con la capa de polvo levantada alrededor.

¿Que qué buscaba entre todo ese desastre? Pues la cabeza de su destrozado androide. El cuerpo podría reconstruirlo sin problemas, pero... La tarjeta madre que se hallaba en la cabeza de él... Si no la encontraba, toda la información aprendida y momentos recordados por Raptor se perderían.

Suspiró aliviado al localizarla finalmente en medio de unas repisas rotas. Aun con su inconsciente hermana en brazos se encaminó tambaleante hacia allí y tomó la cabeza por los cables con su fina cola azul que hizo aparición bajo su ropa, y salió de allí con su vuelo tambaleante.

Realmente, pese a todo lo ocurrido... Extrañaría su laboratorio y la mansión en general...

Pese a lo loco que se había vuelto su hermano, aún Ethan recordaría con cierto cariño los primeros momentos en los que quisieron triunfar en la superficie terrestre, los tres presos de una extraña inocencia sobre el mundo humano y sus ganas de expandirse allí.

Pero ya tendría tiempo para eso después, cuando todos estuvieran bien; sacudió levemente su cabeza y se encaminó al salón donde yacían los demás, mientras un pequeño temblor sonaba en la base de la mansión.

▶Consecuencias◀ [PaperHat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora