▶Consecuencias◀ [PaperHat]

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El peliazul observaba desde dentro de la mansión, apoyando sus manos en la ventana.

No era el único observando aquella escena, sino que, el verdadero Black Hat se encontraba a su lado con una notable mirada de tristeza.

—Lo siento Black Hat... —murmuró bajo, más el demonio solo negó, incapaz de formar palabra—Lo siento Flug... —soltó un suspiro y ambos se alejaron de la ventana.

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Horas antes...

Ethan llevaba a Black hasta su nueva habitación, cuando detuvieron su andar, abrió la puerta y le dio paso a entrar.

Extrañamente la alcoba se parecía un poco (mucho realmente) a la de Hat, cosa que dejó un tanto sorprendido al demonio.

—Es una replica de tu habitación, me tardé un poco en hacerla, y como verás le faltan algunas cosas, espero te guste. —terminó con una sonrisa, cerrando la puerta detrás suyo.

Blacky estaba maravillado, de verdad estaba sorprendido por lo que su ojo veía. Se acercó a pasa lento hasta la cama y se sentó al borde de ésta. La misma textura y suavidad.

Se dejó caer de espalda, acurrucándose un poco, y acostándose de lado, sentía tan bien aquel colchón en el que se hallaba echado.

—Te luciste con esta copia de mi habitación. —dijo suavemente el embarazado, sentándose nuevamente, y con algo de dificultad en la orilla.

—Bueno, aparte de ser un científico brillante, soy muchas cosas más. —mencionó al mismo tiempo que se iba a sentar a su lado.

—¿Cómo qué?

—Espía...

—¿Espía, eh? Y dime ¿Qué tal? —preguntó un tanto retador.

—Bien, nunca me veías cuando te vestías en tu recamara o cuando cantabas en tu oficina. —sonrió divertido. Para después soltar un quejido ante el golpe en su brazo.

Hat estaba un tanto rojo por aquellos comentarios de parte de Kirkland, pues eso de que cantaba en su oficina, nadie lo sabía, y que lo espiara mientras se vestía, era perturbar su privacidad.

Ambos siguieron hablando un rato más, cuando el peliazul recibió una llamada a su móvil, el cual revisó, notando que se trataba de su hermano, se alejó un poco y contestó, escuchando de parte del ojirubí, que pusiera el escudo.

Una vez la llamada terminó, Ethan guió a Hat de vuelta al laboratorio.

Una vez ahí, le pidió de favor al embarazado que lo esperara un momento, y que tomara asiento.

—Volveré en un momento, tengo que hacer algo.

Dicho aquello se fue, perdiéndose entre las mesas llenas de objetos.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos, soltó un suspiro cerrando sus ojos, y volviendo a abrirlos, el tono esmeralda había cambiado a un tono ambarino, al mismo tiempo que un gran domo comenzaba a a materealizarse fuera del lugar.

Una vez hecho aquello, se recargó en una mesa, de verdad detestaba gastar energía importante en un maldito método de defensa tonto. Aun no se podía creer que él fuese el empleado y no su hermano. Si bien, Ethan podría conquistar el mundo por sí mismo mas, tenía limitaciones y esas, eran su familia.

Volvió donde el embarazado ser, encontrándolo frente a una ventana, el ojiesmeralda, se posicionó a su lado, y suspiró, observando fuera de la mansión.

—Lo siento... —repitió por ultima vez, ya llevando al de negro a su habitación.

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