El embarazado pagó por todo los inconvenientes, cosa que le sorprendió al dueño del restaurante, pues Black Hat tenía una fama casi similar a la de un ministro para su ciudad.
Él era conocido por sus pocos actos amables y muchas formas de "defender" la utopía. En los pocos actos de caridad entraba la jugosa paga al gobierno que daba por problemas con sus prototipos (pagaba por obligación y para evitar multas del estado, principalmente).
—Señor Hat, no es necesario el cheque, de verdad... —persuadió el dueño.
—Tómelo igual, tarado. Aproveche que lo ofrezco de buena gana para pagar lo que ese imbécil hizo allá arriba. —gruñó, acariciando su abultado vientre.
El hombre aceptó con una pequeña sonrisa y bajó la mirada, viendo la cantidad de ceros en el papel.
—Estoy agradecido...
El demonio suspiró y se giró, buscando con la mirada a su pareja.
—Señor... —llamó—Felicidades por el pequeño... Espero con ansias que celebre alguno de sus cumpleaños en nuestro restaurante. Estoy seguro que la ciudad lo querrá mucho... —animó, haciendo una reverencia leve.
—No necesito que quieran a mi heredero. Con tal, él será malo igual que yo. —comenzó a caminar—Gracias de todas formas...
El hombre mayor lo despidió con la mano hasta perderlo de vista en la orilla.
Black Hat observó las olas chocar suavemente en la arena, con el brillo de la luna menguante sobre ellas. Encontró a su pareja, sentado sobre un tronco palmera caída.
Se sentó a su lado, viendo que él se rascaba mucho las mejillas, acostumbrado a hacerlo bajo su bolsa ya que siempre quedaba irritada su piel.
—Eh... No soy bueno en esto... —rascó su nuca y luego pasó ese brazo por la espalda del científico—No te preocupes, Flug... No fue tu culpa. Todo lo causó ese loco...
—... —respingó la nariz suavemente—Se supone que esto iba a ser la mejor noche para usted... Que... Que yo demostraría ser un perfecto padre y compañero y... —aguantó un suave sollozo. Se sentía muy decepcionado de todo.
—Flug... No te pongas así... Sabes, no necesitas una gran cena para demostrarme que serás bueno... Eso ya lo sé, desde que supe de este niño, deduje como serías... —el científico lo miró, con los ojos brillando por la luna—Además. La noche aún no termina...
Se levantó a la pobre velocidad que su espalda y barriga le permitieron, y animó al otro a pararse y caminar al cadillac.
—Aun puedes hacer que sea asquerosamente maravillosa. Vamos a algún local simple a comer.
—Pensé que no tenías hambre ya... —se colocó el cinturón y prendió el motor.
—No me refutes nada, estoy embarazado. —declaró. Y con la risa del doctor ambos salieron de la costa.
Fueron a lo primero que se les cruzó. Un KFC que estaba cerrando. Pero al ver a los nuevos clientes abrió de repente a recibirlos.
—Pensé que querías ir a un Burger King a por tu coronita de papel. —habló, mientras comía.
—Seh, pero. A ti te gustan las cosas picantes así que aquí era mejor. —sonrió. Y ambos siguieron comiendo en la paz del local vacío.
-o-O-o-
Hat fue el primero en despertar, levantándose un poco de su lugar, después acabar sentado, tallándose un poco su único ojo, al mismo tiempo que soltaba un pequeño bostezo, miró a su lado, encontrándose con la rubia cabellera de su pareja que lo abrazaba, la cual acarició con dulzura.
Apartó el brazo de encima suyo, y se levantó de la cama, estirándose un poco y con cuidado, para después dirigirse hacia el baño.
Una vez terminó sus necesidades, salió del mismo y se dirigió hacia su armario, para así, buscar algo que ponerse. El día parecía ser flojo.
Una vez todos despiertos, la pareja, junto la chica iguana y el oso, ya se encontraban en el comedor principal; Hat como siempre, mientras leía el periódico comía, costumbre suya.
El día pasó en completa calma para la pareja.
Flug estaba trabajando en prototipos y un par de proyectos mientras su pareja hacía cuentas y negociaba con algunas empresas.
—¿Qué quiere comer, señor Hat? —preguntó Roxy en completa calma.
—Mmm... Calzone napolitano...
—Oh la la~ —comentó con risa. Y fue a hacer su pedido.
El demonio miró por su gran ventanal la peculiar paz que reinaba. Sentía que tras haberle dicho sus cuatro palabras al demonio de ojos rojos, había triunfado.
Se dió un baño lentamente, tomando su tiempo en sentir a su bebé moverse dentro de él.
Por la tarde, Flug le hizo compañía. Mientras él leía un libro de Lovecraft.
—Oye Black...
—¿Hm? —respondió sin mirarlo.
—¿Qué nombre quieres para el bebé?
El demonio lo observó, anonadado.
—Se llama Parásito, Flug.
—¡Ese no es el nombre para un bebé! —reclamó aguantando una risa.
—Ya, ya... Según las ecografías... No se ve tan amorfo, claro es de esperar porque es mi hijo; pero lo del nombre... Te lo dejo a ti.
El hombre de bata sonrió, esperanzado en respuesta.
—¡Te juro que te encantará!
-o-O-o-
En la noche, la pareja se acomodó para dormir, o bueno, Black Hat se acomodó para hacerlo.
Flug cayó rendido en la gran cama apenas la tocó, y ha estado durmiendo cual oso sin que alguien lo despertara.
El de negro se acostó y acomodó de lado para no sufrir del peso de su vientre.
Cerró los ojos teniendo como última imagen al tranquilo de su amante.
★
Lazy days —toca el ukelele—
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▶Consecuencias◀ [PaperHat]
FanfictionEl reconocido villano Black Hat, pese a su aires de despreocupe y gusto por asustar a los empleados; es una persona que se estresa y frustra demasiado, bien sea por los inventos fallidos, los fastidiosos clientes, entre otros. No haya forma de distr...