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Todos en aquella gran mansión, se encontraban en completa calma mientras dormían.

Todos a excepción de aquel felino de pelaje negro, el cual se encontraba frente a la ventana, tratando abrirla con sus garritas.

Al lograrlo, salió por esta dirigiéndose hacia el techo de aquel lugar, al estar en la cima. Se puso alerta, sabía que pronto llegaría su apoyo, y que mejor apoyo que su adorada y legítima dueña.

Una chica caminaba por los techos de aquellas casas, danzando con suavidad bajo la luz de la luna.

Al llegar a la última casa, tomó impulso y saltó hacia el vacío, extendiendo sus maravillosas alas de murciélago, volando hacia el techo de aquella mansión en forma de sombrero.

Bajó justo en frente del pequeño minino, agachándose para así tomarlo entre brazos y acariciar su cabeza.

—¿Todos dormidos? —preguntó suavemente la joven de cabellera azulada, sin parar aquellas caricias.

—Sin muros en la costa. —confirmó el felino, soltando algunos ronroneos, para después volver a ser puesto en el suelo por la chica.

—Muy bien a trabajar, sabes que a Ángelo no le gusta esperar. —decía la chica mientras se ponía unos guantes negros, los cuales le servirían para no dejar huellas —¿Y cuál es la ventana de la feliz pareja?

—Está a dos pisos abajo. —decía para después caminar hacia la orilla y bajar hacia la cornisa de la ventana que buscan, la ojiesmeralda solo le siguió, dando un paso al vacío y cayendo en el mismo lugar que el felino.

—¿Es esta? —preguntó mientras se agachaba y apoyaba sus manos en el vidrio.

—Sí

—Será fácil —se quitó un guante, sacando sus uñas cual felino, para después comenzar a hacer un agujero junto a la manija del ventanal. Una vez lo hizo, la abrió y entró rápidamente.

Ya dentro de la habitación, caminó a paso lento hacia la cama, siendo seguida por el gato.

—Oh~ señor Black Hat... Lamento tener que hacerle esto... —susurraba bajo para no ser escuchada.

De su chaqueta sacó un sedante, acercándolo hacia el brazo del de negro, cubriendo su boca por si acaso, cosa que alertó al demonio, mas fue cayendo poco a poco gracias al mismo sedante.

La chica descubrió poco a poco al embarazado, y con cuidado lo cargó en brazos; por supuesto, el felino fue quien devolvió la sábana a su lugar.

Una vez teniendo a Hat en sus brazos, como si fuera lo mas liviano del mundo. Se acercó de vuelta hacia el ventanal, que esta vez fue abierto por el felino, la chica salió. Justo cuando lo hizo, miró a sus espalda para ver al pequeño animal, para después sonreír suavemente y bajar.

Shadow se quedó observando como ella se alejaba, soltó una risa y se dirigió al techo para dormir, hasta la mañana siguiente.

La joven de cabellos azules, llegó volando hasta un balcón, de puertas de cristal, las cuales se hallaban abiertas, para cuando aterrizó, una sombra oscura se asomó, con sus brazos detrás de su espalda y una sonrisa victoriosa, mientras caminaba a un lento andar.

—Bien hecho, princesa, te mereces un premio~

El joven cabellos oscuros, terminó por salir de las oscura habitación, siendo seguido por otro joven de cabellos similares a los de la chica que cargaba al preñado demonio.

—Fue fácil, a pesar de que su mansión esté armada con una seguridad estúpida —soltó un suspiro la chica, mientras posaba su mirada sobre el rostro del inconsciente demonio.

▶Consecuencias◀ [PaperHat]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora