Míngwáng

Parte IV

Beyond alzó sus rojizos ojos hacía él y lo observó en silencio, tratando de analizarle. Había algo en su persona que le perturbaba. Siempre había sabido que sus visitas no tenían razón de ser, aunque, quizás, a pesar de su juramentado odio, Light Yagami sentía cierta afinidad con él; por momentos, dejaba de explicarse el porqué de su insistencia en ir a verle y por momentos, tampoco podía responder a la pregunta del porqué de que lo recibiera cada vez. Quizás, los unían los lazos de una retorcida amistad o probablemente, se respetaban el uno al otro. Lo que fuere que los unía, en esos instantes no generaban tanta curiosidad en él, como el saber las razones detrás de aquella expresión abatida en su fino rostro.

Y el silencio pesaba entre ellos, a medida que pasaba el tiempo.

—Dijeron que no has participado en el motin de la semana pasada... Una decisión inteligente de tu parte, aunque me cuesta creer que hayas permanecido imperturbable durante las 48 horas que duró- dijo tranquilamente y su tono de voz poco tuvo que ver con dicha expresión.

—Lo crea Yagami o no, ese tipo de cuestiones escapan a mi interés

— ¿La lucha por los derechos de los presos?

—Faltan tan solo dos semanas para mi ejecución- respondió con simpleza.

—Eres egoísta... 8 guardia cárceles y diez prisioneros han muerto.

—Una cifra baja.

Light guardó silencio nuevamente y B. estuvo tentado de preguntar por el objeto de su visita, sin embargo, pronto volvió a hablar.

—Elle está muerto... Yo lo maté- dijo al fin y alzando los ojos, esbozó una sonrisa de autosuficiencia.

Beyond permaneció unos segundos en silencio, tratando de asimilar la noticia. Elle... ¿Estaba muerto? Observó detenidamente la tristeza que se asomaba a los ojos de Light y supo que no estaba mintiéndole. Un escalofrío recorrió su espalda, entonces y trató de mantenerse sereno; aceptar que su hermano... había perdido.

—La hipocresía de Yagami ha llegado tan lejos, que no se ha dado cuenta que consigo mismo no debe fingir. Estas destrozado y eres patético.

La sonrisa en el rostro de Light se fue borrando lentamente, hasta tornarse una mueca de angustia.

—Si ese es el precio que debió pagar Elle por enamorarse de ti... Ya está hecho- dijo poniéndose de pie y teniendo que sostenerse del borde de la pequeña mesa al notar sus rodillas flaquear. —Vete de aquí- soltó antes de darse la vuelta y comenzar a caminar de regreso a su celda.

**

Dolía, maldita sea, seguía doliendo y sabía que no dejaría de hacerlo. Sus parpados pesaban terriblemente y no podía abrirlos. Quería despertar, escuchaba voces y deseaba hablar, pero su boca permanecía sellada.

Así, que así se sentía estar a punto de morir.

-.-

Elle se frotó los pies descalzos entre ellos y se colocó nuevamente su remera. La simulación había terminado hacía tan solo unos instantes. Buscando debajo de la almohada las galletas que allí mismo había escondido, continuó hablando de los planes que tenía para cuando la reunión con Light se diera a cabo

—Trataré de no tragarla, sin embargo, estoy seguro de que Yagami tendrá preparado un plan B. para mi

— ¿Estás seguro de que no quieres que vengamos a buscarte?-

Alzó sus ojos para mirar al agente Gevanni y se llevó una de las galletas de chocolate a la boca, el hombre le devolvía un gesto de preocupación. Luego volteó el rostro, para observar a Linder y a Hiurt, quienes se ocupaban de recolectar muestras de la inexistente escena del crimen.