"Near"

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Near observó los ojos azules de Mello, antes de regresar su vista al pizarrón frente a él. Era una de las pocas veces en las que el muchacho asistía a clases (probablemente por ello y por su comportamiento agresivo, estuviese repitiendo el curso, aunque, esas conjeturas no lo dejaban satisfecho) y por esa razón se había permitido la imprudencia de haberle estado mirando desde hacía ya un buen rato, de la forma más disimulada que logró conseguir.

Era más que sabido que Mihael lo odiaba, por el simple hecho de que no le agradaba que alguien le superase y él tenía la costumbre de hacerlo con las notas.

Suspirando, se puso a hacer garabatos en su cuaderno. Le molestaba sentirse así con respecto a él, le confundía y le frustraba que acaparase su atención de aquella forma, hería su orgullo, por eso cada vez que conseguía salir mejor calificado en los exámenes, era una pequeña victoria en aquella tacita y pueril competencia que ambos mantenían. Y Near se sentía mejor, porque eran esos los únicos momentos en los que aquellos ojos azules lo miraban a él.

¿Qué si Mello le gustaba? No podía decirlo en realidad. Nunca antes había sentido atracción física por nadie, aunque a decir verdad, tal vez, estaba en una edad en la que esas cosas simplemente se daban. No causaba en él ningún tipo de contrariedad el que la persona que llamaba su atención fuese hombre, los dilemas morales de esa índole y de muchas otras, eran algo que lo traía sin cuidado. Simplemente, aborrecía la forma en que su comportamiento se veía modificado por su presencia, podía ignorar a todos y a todo, pero a Mello... jamás.

Llevó su mano a sus blancos cabellos y comenzó a juguetear con uno de sus mechones. La verdad era que aquella clase le estaba aburriendo sobremanera. Si dormir no le resultase una tarea tan complicada, tal vez, en esos momentos no estaría despierto. La voz del profesor le resultaba bastante irritante, por suerte esa era la última clase del día y solo faltaban unos minutos para que...

¡Y ahí estaba la campana!

No se movió de su asiento. Esperó a que los atolondrados de sus compañeros se empujaran y salieran del curso antes de siquiera intentar levantarse. Odiaba las aglomeraciones de gente. Le molestaba que lo empujaran o que siquiera lo rozaran. El contacto físico era una de sus cosas menos favoritas y haría todo lo posible por evitarlo.

Lentamente comenzó a recoger sus cosas para dirigirse a la salida. Por una extraña razón, aquel día le parecía más aburrido que los demás. No era que su vida fuese muy emocionante, pero, algo dentro de él estaba especialmente inquieto en esos momentos.

Mientras caminaba, observó a las demás personas conversar entre ellas. Nunca antes había sentido interés por establecer relaciones sociales y en esos momentos no se arrepentía de su decisión, sin embargo, le daba curiosidad esa afinidad que tenían los humanos por rodearse de quienes consideraban sus pares. Aquellos que compartieran los mismos gustos, las mismas ideas o que tuviesen un nivel intelectual similar. Tal vez, esa era la razón por la cual no tenía amigos. Sus hermanos... eran inteligentes ¡y mucho! Pero, en esas cuestiones se asemejaban a él. Crear vínculos, era algo que estaba más allá de sus intereses. Aunque, no podía decir que Elle no lo hubiese intentado más de una vez, el comportarse como un hermano, solo que no era algo que estuviese hecho para ellos. Jamás serían una familia convencional.

— ¡Oye!... ¡Near!... ¡Near!... ¡Espera! -

Le pareció escuchar una voz a la distancia ¿Alguien estaba llamándole? Detuvo sus pasos con temor de haber oído mal y quizás, estar haciendo el ridículo, pero al oír nuevamente su nombre ser pronunciado se dio la vuelta y observó al muchacho que iba corriendo detrás de él.

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