Parte III

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—Tiene razón.- habló su madre de repente.

Beyond se volteó a verla con curiosidad. Su rostro, su torso, sus piernas estaban manchados en sangre y aun sostenía entre sus brazos el cadáver de su padre.

— ¿Podría, Samantha, ser más específica en su enunciado?... No comprendo a que está haciendo referencia.

Ella simplemente colocó el cuerpo de su padre en el suelo y lo miró en silencio unos instantes, antes de introducir dos dedos de cada mano en la herida provocada por la bala, para comenzar a desgarrarla.

—Ten cuidado con las heridas infectadas, para evitar contraer alguna enfermedad.

Beyond la observó anonadado.

— ¿Acaso, Samantha, ha perdido la cordura?

Ella le devolvió una mirada cargada de tristeza y desesperación, causando que el corazón le doliese repentinamente.

—Beyond, no va a fallecer aquí... haremos lo necesario para garantizar su supervivencia.

—No he de recurrir a medidas tan deses...

—Mientras yo viva... Beyond, me obedecerá.

—Samantha.

— ¡Acércate de una maldita vez! ¡¿Quieres?!- gritó ella con la voz rota por la angustia y él no se halló capaz de negarse a su pedido. Era la primera vez que su madre mostraba emoción alguna, la primera vez que maldecía y la primera en que gritaba. —Beyond, no va a morir aquí.

La carne era elástica y dura. Costaba arrancarla del cuerpo. La sangre manaba fría manchando sus manos y rostros, inundando sus papilas gustativas con su sabor metálico. Su estómago gruñía insatisfecho y dolía... su mente trataba de ignorar que lo que estaba comiendo era su padre, su garganta se esforzaba por regurgitar a causa del asco que sentía y él luchaba por evitarlo, tratando de serenar su tembloroso cuerpo.

El primer bocado, fue difícil... los demás, se volvieron un poco más fáciles de tragar.

-.-

El estado de putrefacción en el que el cadáver de su padre se encontraba era bastante avanzado y, por ende, el aroma que emanaba de él era nauseabundo. A pesar de ello, los secuestradores seguían insistiendo en que continuasen consumiéndolo. Los vómitos y la fiebre, por supuesto que no se hacían esperar, solo les daban medicina y paños húmedos cuando su madre colaboraba con la formula.

—B.- le llamó su madre, de repente y él tuvo que hacer un gran esfuerzo por fijar su atención en ella. No se sentía nada bien. —Hay un 80% de probabilidades de que nuestros secuestradores acaben con mi vida.

—¿Qué?- preguntó casi seguro de que ella había comenzado a desvariar. No podían asesinarla, era la única capaz de crear la formula... o por lo menos, eso era lo que sus secuestradores pensaban.

—Escúchame... lo más factible es que insistan con la aplicación de tortura. Comprendo que soportar el dolor es terrible, por más resistencia que tengas a él. Sin embargo, es de suma importancia que no colabores con su causa... cuando lo hagas, será tu fin.

—Samantha...-

A esas alturas, Beyond, ya había caído en la cuenta de que cada vez que la puerta se abría, nada bueno les esperaba, es por eso que su cuerpo se tensó cuando el hombre de la máscara blanca ingresó y se puso de cuclillas frente a ellos.

—Parece que papá ya no sirve para comérselo... -dijo con su característico tono de sarcástico —De algo tienen que alimentarse...- llevó su mano a su bolsillo y de allí saco su arma, comenzado a señalarlos con ella de manera alternada — ¿Cuál de los dos servirá para tan importante tarea?

Beyond miró estupefacto el cañon del arma. Ese era su fin... moriría allí adentro. Un escalofrío recorrió su cuerpo y el silencio en que se habían sumido, se tornó insoportable.

—Tic..., tac..., tic..., tac... creo que el niño tendrá que morir...-coloco la punta del revolver en la frente de Beyond.—Mamá puede crear la formula ella sola.

—B. También puede...- dijo ella tratando de ocultar su desesperación —Su coeficiente es muy elevado... ha ayudado mucho en el laboratorio.-

El tipo permaneció en silencio unos instantes, sin siquiera moverse de la posición en la que había estado antes, con el arma pegada a la frente de B. cuyo corazón comenzó a latir desbocado. Luego, simplemente, la guardó y se incorporó.

—Averiguaré sobre ello- dijo y se marchó de allí.

Cuando la puerta se cerró, Beyond cayó en la cuenta de que había estado conteniendo el aliento.

-.-

—Debes resistir B... por lo que más quieras, no puedes morir aquí. Espera a Elle, él vendrá.

—Es absurdo, Samantha el que protejas mi vida...No lo comprendo... ¿Acaso crees en la existencia de algún lugar en donde puedas reencontrarte con mi padre?

—Eres mi hijo B.... Sé que no he sido una madre convencional... ni siquiera he sido afectuosa con ustedes... sin embargo, si hay algo que siempre traté de hacer, fue protegerlos... No quiero fallar en ese propósito también. Siempre los he amado... a ti y a tus hermanos... díselo...a Nate y a Elle... que los amo.

—Samantha...

—Promete que lo harás... que se lo dirás, que no morirás aquí, porque me has hecho esa promesa y porque tu palabra tiene valor  y debes cumplirla.

—Sa... madre- Deseaba decirle que se salvara ella, que no importaba si él moría allí. Sin embargo, las palabras se atascaron en su garganta. ¿Tenía miedo? ¿Era un cobarde?

La puerta se abrió trayendo de regreso al hijo de puta de la máscara blanca.

—Al parecer mamá no mintió y el niño Beyond... es un genio... ¿No es eso grandioso?- dijo burlón.

—Beyond...-le llamó ella y le miró suplicante.

El simplemente asintió y el disparo sonó haciendo un estruendo en el ambiente que le aturdió. La sangre de su madre le salpicó el rostro y tuvo que cerrar los ojos para evitar que entrase en ellos. La bala le había dado en medio de la frente y ella sencillamente había caído haciendo un sonido seco al chocar contra el suelo.

Estaba completamente solo a merced de esos tipos y ni siquiera sabía que sentir al respecto. Quería que eso se terminase de una vez, estaba cansado... estaba... desesperado, angustiado, plagado de emociones que no sabía que podía experimentar, pero que provocaban en él una confusión que parecía pinchar su mente y lo llevaba al límite de la cordura...

Eso era...iba a enloquecer, allí, en ese instante.

Abrió los ojos y miró al secuestrador en silencio, sin ser siquiera capaz de reaccionar. El hombre, en cambio, pareció sonreír detrás de su máscara.

—Oye...no me mires así – dijo con un tono que, a pesar de ser amable, resultó macabro —No soy tan malo... tu madre no hubiese querido que murieras... y aquí estas.

Beyond se abalanzó sobre él sin saber del todo lo que estaba haciendo, dispuesto a atacarlo con las pocas fuerzas que tenía.

Él comenzó a reír y se lo quitó de encima con una rapidez que le resultó humillante... si tan solo se hubiese encontrado en buenas condiciones, aquello hubiese sido diferente.

—Espero que seas más inteligente que ellos y colabores... - habló poniéndose de pie —Ahora, te dejo para que comas... Buen provecho- Se fue, dejándole solo en aquella habitación inmunda, con los cadáveres de sus padres.

MíngwángDonde viven las historias. Descúbrelo ahora