Míngwáng

Parte IV

(El contenido de este capitulo puede herir la sensibilidad de algunos lectores. Se ruega discreción y discernimiento personal )

Observó a Matt cerrar los ojos lentamente y sintió un nudo en la garganta.

Así era mejor. Matt no podía interrumpir ese momento, había esperado toda su vida por él y ahora que había llegado, no podía retrasarlo más; las posibilidades de que Mikami Teru escapase, si permitía que eso sucediera, eran de un 87%.

El que Matt muriese era un precio que estaba dispuesto a pagar.

Se levantó del lugar en que se había arrodillado y observó la sangre que manchaba su pantalón, el pelirrojo se desangraba. Lentamente se alejó de él, sintiendo un pequeño alivio en su interior; no estaba preparado para que él lo viese actuar como el monstruo que era, en el que lo habían convertido. Miró a Mikami, quien aún permanecía inconsciente en el piso, y sonrió contento. El estúpido realmente había creído que podría escapar.

Beyond se relamió los labios gustoso y esbozó una media sonrisa. La noche acababa de comenzar.

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Los ojos de Mikami Teru se abrieron lentamente y miraron el lugar como tratando de reconocerlo, hasta que se detuvieron en el rostro de B. quien esbozaba una siniestra sonrisa, la cual se ensanchó cuando vió los vanos intentos de aquel hombre por escapar.

El lugar que había elegido le complacía bastante. Una piscina bajo techo, cuyas escaleras comenzaban en unas hermosas columnas, dos de las cuales había utilizado para atar a Mikami, de modo tal, que se ubicara entre ellas de rodillas con los brazos extendidos hasta su límite. El agua reflejaba sus pequeñas olas en las paredes blancas tiñéndolas de un suave azul, que dotaba el ambiente de un color casi fosforescente.

—Al fin has despertado. Ya estaba preocupándome por ti... Temía que te hubiese golpeado demasiado fuerte y ya no la contaras.

Mikami abrió la boca como para decir algo, pero las palabras aparentaban haber huido de su mente. Estaba aterrado y Beyond, quien permanecía de cuclillas frente a él, disfrutaba la expresión que se dibujaba en su rostro, hasta el punto en que creyó que podría saborearla si pasaba su lengua por él.

—He esperado muchos años por eso... ¿Creíste que no lo lograría, cierto?

—Podemos... podemos arreglarlo de otra manera- dijo desesperado, con voz rasposa y temblorosa.

Beyond soltó una risotada macabra.

—No recuerdo que las opciones que me hayas ofrecido antes, hubiesen sido gratas. Podría brindarte algunas de la misma índole, sin embargo, modificarían mi idea preconcebida... y he pasado un tiempo importante planeando algo que esté a tu altura. Aunque, lamentablemente, está por amanecer... Debo apresurar las cosas.

—Por favor... No. Perdóname, Perdóname...-Suplicó no pudiendo retener el llanto —Yo solo recibía órdenes-

— ¡No, no, no!... Mikami no debería subestimarme de esa forma- dijo de manera relajada. — ¿Acaso, él piensa que no me he tomado la libertad de investigar cómo se han sucedido los hechos?- acercó su rostro al de él, hasta que casi se tocaron —Sé que ha actuado por su cuenta. Su ambición, lo llevó a hacerlo.

— ¡Por favor! No sabía lo que hacía... Yo... era joven, me sentía presionado. Perdóname.

— ¿Ahora apelas a mi sentido de compasión?...Déjame confesarte algo, después de todo, no creo que vaya a salir de estas paredes... más tarde estarás muerto y por ello, sé que mantendrás la boca cerrada- soltó una pequeña y forzada risilla —Hay un muchacho, en tu habitación... desangrándose, probablemente, ya esté muerto... En fin... resulta, que estoy enamorado de él- sonrió sin ganas — ¿Puedes creerlo? Ni yo lo comprendo...