Capítulo 33

413 27 12
                                    

Dos días. Dos días en los que Nicole todos los días iba a quedarse del otro lado de la puerta de la habitación en la que Fede se encontraba, no le permitían entrar aún y ella no tenía las suficientes fuerzas como para verlo luego de esto.

Unos golpes se escucharon en la puerta de la habitación en la que Nicole estaba descansando, si bien ella iba a dormir a la casa de su amigo Pedro, todas las tardes iba a la puerta de la habitación donde Federico descansaba y luego de eso se quedaba unos minutos en la habitación de al lado. Con muy pocas ganas, Nicole abre la puerta y se encuentra con la misma enfermera de siempre, ésta la recibe con una cálida sonrisa y un afectuoso abrazo. Ambas se conocieron en un momento que nadie querría pasar, pero la enfermera, que correspondía al nombre de Susan, siempre estuvo apoyando a Nicole y dándole ánimos cuando ya no los tenía.

-Ya puedes ir a verlo si lo deseas- Susurró Susan una vez se separaron e ingresaron a la habitación.

-No me siento preparada para verlo todavía- Dijo Nicole acariciando su brazo mientras mordía su labio inferior. Ella quería verlo, moría de ganas de entrar a esa habitación y abrazar a ese chico como si fuera lo último que haría en ese mundo. Pero sabía que cuando cruce esas puertas, vería la imagen del chico que tanto quiere acostado en una camilla, con muchos golpes en todo su cuerpo estando inconsciente. Ella quería hablarle, pero sabía que él no la escucharía y tampoco podría contestarle, ella quería verlo y decirle que todo estaría bien, pero sabía que los ojos del mayor estarían cerrados por un tiempo que nadie conocía, y eso le partía el corazón.

Saber que por su culpa está así le partía el corazón.

-¿A ti te gusta hacer algo en especial?- La pregunta de su nueva amiga le toma por sorpresa, trayéndola a la realidad.

-¿A qué te refieres?

-¿Te gusta bailar? ¿Cantas? ¿Actúas?

-Pues... me gusta bailar, hace algunos años comencé a asistir a una escuela de baile, pero este año la dejé al integrarme a un grupo nuevo- Los recuerdos de cuando comenzó la academia de baile llegaron a su mente, los nervios que sentía el pensar que quizás nadie la aceptaría por tener un cuerpo "inadecuado para una bailarina", recuerda las veces que se cayó y que todos sus compañeros la ayudaban, ella se sentía incluida en ese lugar, se sentía querida.

-¿Alguna vez bailaste frente a un escenario?

-Una vez, tenía trece años- Una melancólica sonrisa se dibujó en su rostro al recordar cada momento en el que solo era ella frente al público, todos los aplausos y silbidos eran dirigidos a ella.

-¿Cómo te sentiste antes de subir al escenario?

-Sentí mucho miedo, no quería subir porque tenía miedo que la gente se ría de mi o que me digan que no servía para el baile- Su sonrisa se esfumó y en su lugar una mueca se formó, no sabía a lo que quería llegar Susan.

-Y ahora dime... ¿No es la misma situación? Tienes miedo de ver a tu novio en esas condiciones de la misma forma en la que tuviste miedo antes de subir al escenario, tuviste amigos que te ayudaron a mantenerte de pie cuando te caías, ahora yo seré la encargada de empujarte hacia la habitación en la que se encuentra Federico cuando tu te detengas- Tomó las manos de Nicole con las suyas y le levantó de la camilla en la que estaban sentadas.

-¿Y qué debería hacer cuando esté ahí? Por mi culpa se encuentra en esas condiciones, por mi culpa quizás no vuelva a caminar- El llanto se hizo presente. -Le arruiné la vida.

-No tienes la culpa de nada, las cosas por algo suceden y si hay un Dios allí arriba nos va a ayudar y va a sacar a tu novio de esta situación- La abrazó para después acompañarla hasta la puerta de la habitación en la que descansaba Federico Vigevani.

-Sigo teniendo miedo- Susurra la joven sosteniendo el pomo de la puerta.

-Todo estará bien, yo te esperaré aquí- Y tras dedicarle una sonrisa se sentó en uno de los bancos que había al lado de la puerta.

"Tu puedes, Nicole" "No tengas miedo" "Es lo mínimo que le puedes ofrecer"

Tras unos largos suspiros y palabras de aliento de ella misma, Nicole abrió la puerta.

La angustia, el dolor, el deseo de llorar hasta dormirse llegaron a ella al verlo ahí acostado. Se encontraba con toda su cara vendada a excepción de sus ojos y su nariz, conectado a su brazo derecho tenía la guía que transportaba suero hacia su cuerpo mientras que el otro brazo se encontraba enyesado. Nicole no pudo más y corrió hacia él para tomar su mano y acariciarla, no hizo más, temía provocarle más daño del que ya le había provocado.

-Lo siento- Logró articular. -Lo siento por todo. Tu fuiste la única persona, a parte de Pedro y La Jose, que estuvo conmigo en mis peores momentos, aún sin saber los motivos por los que lloraba... tu siempre estuviste ahí, siempre me abrazaste y me hiciste sentir especial, aún cuando me sentía la persona más asquerosa del mundo. Siempre me respetaste y aceptaste mis decisiones, nunca te sobrepasaste conmigo aún cuando yo te lo permitía por miedo a que me dejes...

Flas back

-¿Qué te ocurre?- Preguntó Fede preocupado al que su novia tiraba toda su ropa al suelo mientras lloraba y gritaba cosas despectivas hacia su persona.

-Ámame- Suplicó Nicole después de darse vuelta, mientras tiraba de la camisa de su novio, atrayéndolo a la cama.

-¿Qué cosas dices?- Federico se puso serio, él la amaba, la amaba con locura, pero sabía que si algo pasaba esta noche, al otro día ella se arrepentiría.

-Demuéstrame cuánto me amas- Se quitó su chaqueta y luego comenzó a desabotonar su camisa. -Estoy dispuesta a todo con tal de seguir a tu lado- Se lanzó a los brazos de su novio, pero éste la frenó antes que se quite su brazier.

-Tu no quieres esto... ¿Qué tienes?- Se quitó su chaqueta y la envolvió con ella.

-Quiero sentir que me quieres... quiero demostrarte que por ti puedo hacer esto y mucho más, quiero que sepas que puedes hacer de mi lo que tu quieras, quiero que encuentres en mi lo que nunca encontrarás en otra mujer- Volvió a llorar, cubriéndose aún más con la chaqueta de su novio para que no vea su cuerpo. Volvió en si, volvió a sentir vergüenza de su cuerpo y su novio lo notó, por lo que la tomó de las muñecas y la obligó a verla a los ojos.

-Yo te amo, por ti haría cualquier cosa y por eso es que estoy esperando a que realmente estés lista para esto. ¿Te hubieras sentido bien mañana si te permitía avanzar en esto? No. Yo puedo esperarte, no voy a ir detrás de ninguna chica porque te amo solo a ti. Y la abrazó. La abrazó con tanta fuerza que temía romperla, él no sabía por lo que estaba pasando ella, solo sabía que iba a ayudarla a vencer ese miedo que tanto mal le hacía.

Fin Flash back

-Fede... te prometo dejar mis inseguridades de lado, prometo ser la mejor persona para ti y ayudarte a salir de ésta, por favor... despierta- Cerró sus ojos y permitió a la lágrimas mojar la camilla en la que su ex novio se encontraba. Se arrodilló y recostó su cabeza en la camilla sosteniendo, con un poco menos de fuerza, la mano de Federico. -Te amo, Federico Vigevani, ¿me oyes? Te amo, por eso tienes que despertar.

Una pizca de esperanza recorrió su cuerpo al sentir el pulgar del contrario acariciar su mano, por lo que rápidamente levantó al cabeza, encontrándose con los ojos aún cerrados del mayor, llevó su vista a sus manos y confirmó que había sido él quien había acariciado su mano. No pudo evitar sonreír al saber que no le guardaba rencores por todo lo que habían vivido antes y después del accidente.

Se quedó observándolo unos minutos más, hasta que un doctor le indicó que el horario de visitas había acabado, por lo que la joven se levantó del suelo y se encaminó a la puerta, no sin antes darle una última ojeada en dirección a donde se encontraba ese castaño que ella tanto amaba y sonrió. Sonrió al darse cuenta que ama y es amada por la persona más buena que conocerá en su vida.

-¿Cómo te fue?- Preguntó Susan al verla aparecer tras la puerta.

Nicole no contestó, simplemente la abrazó, agradeciéndole a través de él el haberle ayudado a visitar a Federico.

Ojos que no ven|| FedecoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora