-Buenos días- Sonríe Nicole mientras acaricia el pelo de su novio, hace exactamente una semana ocurrió el accidente y hace una semana que ella no escucha una palabra de sus labios. -Es hora de despertar, mi amor- Pellizca sus mejillas, recordando las veces que él le hacía lo mismo, ganándose una sonrisa por parte de ella. -Recuerdo que mamá me hacía esto para que despertara por la mañana, quizás contigo funcione- Vuelve a pellizcarle, ésta vez depositándole un dulce beso en la zona donde, segundos antes, habían estado sus dedos. -Eres un dormilón, Vigevani- Vuelve a acariciar su pelo, sintiéndolo algo grasoso al tacto y lleva sus labios a su frente -Te dejaré dormir lo que desees, pero despierta alguna vez, por favor- Susurra contra su piel para después retirarse de la habitación, sintiendo que a cada segundo se hacía más pequeña, no quería dejarlo solo, pero sentía que si se quedaba un poco más en esa pequeña habitación, iba a enloquecer.
Decidió visitar a una persona muy importante para ella, la cual la había abandonado hace algunos años ya, pero que no dejaba de acompañarla a cualquier lugar al que ella fuera.
-Hola, abuela- Sonrió, agachándose frente a la lápida de Maria Carmen Corona, la mujer que no le dio la vida pero que cuidó de ella hasta su último suspiro y que siempre intentó darle lo mejor de si para que ella logre cumplir sus metas.
Su lápida se veía algo vieja, con el nombre de su abuela oxidado y repleto de polvo, sus flores ya marchitas y la tierra algo removida, por lo cual Nicole arremanga su campera y comienza a acomodar la tierra, para después limpiar con su pañuelo la lápida.
-Listo, abuela, ¿Estás mejor ahora?- Se sienta en el césped, sin importarte ensuciar su ropa, pues recordaba todas las veces que su abuela se llenaba de comida la ropa al cocinarle o se la ensuciaba al jugar con ella a la pelota. -¿Recuerdas que una vez te pregunté cuándo iba a encontrar el amor verdadero?- Y una lágrima recorre su mejilla, reviviendo los momentos en los que su abuela le abrazaba mientras ella lloraba por su amor fallido, el cual no solo le había dejado un dolor emocional, sino también físico. -Pues me alegra decirte que lo encontré- Y esa lágrima se transformó en un llanto incesante. -Pero... mi amor solo le trajo problemas. Yo se que tu me dijiste que soy hermosa... y él no dejó de decirme que lo era, pero- Su gran nudo en la garganta no le permitió continuar. -Él me trajo una felicidad enorme mientras que yo... yo le arruiné la vida.
Una mano se posó en su hombro por lo que ella volteó, encontrándose con la mirada de Sky.
-¿Qué haces aquí?- Limpia sus lágrimas, sintiendo que ella no se merece una confianza tan grande como para verla llorar.
-Creí que ya lo habían enterrado a Alejo- Se encoje de hombros, demostrando su desinterés por la vida de su amigo. Eso le demostró a Nicole que ella, aunque fuera muy bonita por fuera, era la cosa más horrible por dentro; y se sintió mejor, se sintió incluso más bonita que Sky porque ella si sufría, ella si tenía bondad en su interior y eso le hacía hermosa.
La bondad es la virtud más hermosa. Le escuchaba decir a su abuela todo el tiempo, ella nunca le explicó por qué se lo decía y hasta ahora lo había entendido. Puedes sentirte fea por fuera, pero siempre que seas buena persona serás hermosa por dentro.
-Quiero agradecerte, Sky- Soltó luego de unos minutos de silencio.
-¿Agradecerme?- Interroga la rubia sin entender la repentina actitud de Nicole.
-Gracias a ti... logré quererme un poco más a mi misma- Sonríe. -¡Soy hermosa! Y no me hubiera dado cuenta si no hubiera sido por ti- Toma su mano y le sonríe, recibiendo a cambio una expresión de duda- Gracias- Y se marchó, no sin antes saludar con una sonrisa a su abuela, la cual estaría muy orgullosa de ella si la viera en ese momento.
💢💢
-¿Quieres comer algo antes de ir?- Pregunta Agustina mientras termina de servir sus huevos revueltos.
-No. Solo quiero llegar temprano al hospital- Menciona Mathias, el cual se encuentra listo para visitar a su amigo, siendo impedida su acción al tener que esperar a su novia, la cual ha tenido comportamientos extraños; por la noche la ve que se escurre hasta la cocina y vuelve comiendo algo, a parte de que más de una vez la vio llorando, él quiso preguntarte qué era lo que le ocurría pero seguía con el pensamiento de que si ella se lo querría contar ya lo habría hecho.
-No has estado comiendo bien- Demanda, llegando a la mesa mientras hunde su tenedor en la comida.
-Estoy bien, Agustina, no te preocupes por mi- Exclama exhausto por los comentarios de su novia.
-Hace... hace una semana no han subido un video- Anuncia Agustina, intentando mantener una conversación con él. -¿Cómo se lo han tomado sus fans?
-Bien. Ellos entienden- Comenta tajante, haciendo que Agustina pierda el apetito.
-¿Podrías intentar hablarme bien?- Comienza a llorar, sintiéndose estúpida al derramar lágrimas por algo tan insignificante.
-¿Qué te ocurre?- Pregunta algo exsaltado, provocando que Agustina suelte algo de lo que, probablemente luego, se va a arrepentir.
-¡Estoy embarazada! Hace tres putos meses que me enteré que estoy esperando un hijo tuyo y vos me tratas como si fuera un peso para ti- Se levanta de la mesa, alejándose de él al no sentirse capaz de verlo a los ojos. -¿Ya no me quieres? ¿Me sigues amando como el primer día?
-Es... Agustina ¿me hablas en serio?- Se levanta aturdido por la información que había recibido ¿Él sería padre? ¿Él había recibido la bendición de ser padre?
-Lo siento, creí que si te lo decía te molestarías por tener otra carga más para tus hombros- Agacha la mirada, sintiendo sus piernas flaquear por los nervios.
-Te amo, Agustina Añon te amo más que a nada en este jodido y horrible mundo. No creí que la vida me iba a amar tanto como para permitirme formar una familia, y me pone más que feliz saber que tu serás la que me permitirá formarla- Lleva su mano a su mentón, haciendo que lo mire a los ojos. -Lo lamento, yo... sabía que te ocurría algo pero no me animaba a preguntarte qué era lo que te ocurría- La atrae a él, envolviéndola suavemente con sus brazos, sintiendo que la rompería su la abraza muy fuerte.
-Te amo, Mathias Sellanes- Se pone en puntillas de pie para besarlo, siendo correspondida al instante. Nada había cambiado, su relación era la mejor del mundo como siempre, solo que a partir de ahora algo más fuerte los iba a unir.
Ahora su amor iba a repartirse entre tres.
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Ojos que no ven|| Fedecole
FanfictionFederico Vigevani dice estar enamorado de Nicole García. Un día un nuevo programa de televisión capta la atención del joven de 20 años, "Ojos que no ven", un programa en el que una persona se le puede declarar a otra después de una serie de juegos...