Capítulo 37

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Incesantes y añorados besos esparcidos por toda su cara fueron los que despertaron a Nicole, al abrir los ojos se encontró con la dulce mirada de su novio. La sonrisa de Nicole en ese momento se ensanchó y de sus ojos no tardaron en soltar sus lágrimas.

-Fede- Logra articular, sintiendo el nudo en su garganta más grande que nunca, el contrario volvió a sonreír, depositando un suave beso en su frente. -¿Por qué no me hablas? ¿A caso estás molesto conmigo? De verdad lo siento, mil veces hubiera preferido ser yo la que se encontraba en ese auto y no tu- Comienza a derramar sus lágrimas como cada noche desde que ocurrió aquel accidente, todas las noches se imaginaba cómo era que ocurría, odiándose cada vez más por haber sido la culpable de aquello.

Él tan solo lleva sus manos a sus labios, indicándole que no es necesario que hable y, para demostrarle que no le odia, juntó sus labios con los de ella, intentando transmitirle a través de él, que no le guardaba ningún rencor y que nada de esto era su culpa.

-Te amo- Susurró el joven una vez sus labios dejaron de estar en contactos con los de ella y se alejó, dejando aún un tanto confundida a la joven castaña que, minutos después, despertó de su sueño.

Nicole se levantó con el corazón en la boca y volteó hacia la camilla en la que descansaba su novio, a paso lento se acercó a él y entrelazó suavemente sus dedos, con temor de hacerle aún más daño del que ya le había provocado.

-Te necesito tanto- Y volvió a llorar, deseando como tantas veces estar ella en su lugar, deseando con todo su corazón que él despierte y todo vuelva a estar en orden. Dicen que los opuestos se atraen, pues no había personas más opuestas que Federico y Nicole. Mientras Nicole intentaba sentir el mismo dolor que Federico para no sentirse tan culpable por su estado, Federico le demostraba, aún estando en su camilla y en coma, que era una persona fuerte y que saldría adelante solo por ella.

-¿Estás bien?- Pregunta Susan, la médica que la acompañó desde el primer día en ese horrible lugar al que llaman hospital.

-¿Cuánto tiempo más podré aguantar? ¿Por qué tuvo que pagar los platos rotos él si su rencor era conmigo? ¿Por qué las mejores personas son las que se llevan lo peor de la historia, Susan? Yo lo quiero, lo amo más que a nadie y me parte el corazón verlo en esa camilla, me siento impotente, no puedo hacer nada para que despierte y su vida vuelva a ser la de antes. El médico me lo dijo, hay muchas probabilidades de que no vuelva a caminar y por mi culpa. ¡Por mi condenada y jodida culpa!- Comenzó a gritar la joven, siendo envuelta torpemente por los brazos de Susan, quien no encontraba palabras de aliento para su nueva amiga, y es que también ella estaba en shock por lo que le había ocurrido a su nuevo paciente. Si bien lo había visto una sola vez, no dejó de llamarle la atención el hecho de que nadie haya ido a verlo mientras podía.

-Saldrás de ésta, Nicole. Federico y tú saldrán de esta situación de mierda y su vida volverá a la normalidad. Veo el amor que le tienes, mantenlo firme, aunque no lo creas eso le dará fuerzas a tu novio y despertará, volverán a estar juntos, te lo prometo- Intentó animarle mediante sollozos, sus palabras no le ayudaron mucho pero su compañía si, el saber que contaba con personas que ella apreciaba ledaba fuerzas para seguir adelante y esperar por Federico.

💢💢

-Necesitas descansar, mi amor- Suplicaba Agustina, intentando arropar a su novio en las sábanas de su fría cama.

-Mientras yo descanso mi mejor amigo está peleando por su vida en un maldito hospital. No te esfuerces, no lograrás convencerme de dormir- Escupió con asco mirando su cama, viéndose tan acogedora, mientras recordaba el frío de la habitación de su mejor amigo, el cual se encontraba en ese lugar por su culpa.

-No te hagas esto, amor, a los sogas no les gustará verte mal a ti- Juega con sus manos, nerviosa, dudando si era el mejor momento para comentarle a su novio sobre el nuevo integrante de la casa que vendrá pronto.

-A ellos tampoco les gusta el saber que uno de sus ídolos se encuentra internado en un hospital de mierda por culpa mía- Tira de su ropa, a sabiendas que su mejor amigo tiene solo una bata para cubrirse del frío.

-Amor, tengo... algo que decirte- Agacha la cabeza, sintiendo que no puede ocultarle por más tiempo aquel secreto que le quita el sueño por las noches.

Él volteó a verle, de sus oscuros ojos destellaba tristeza, culpa y Agustina sintió que no pudo cargarle más peso a su corazón, por lo que guardó silencio una vez más, sintiéndose lo suficientemente fuerte como para guardar el secreto unos días más, como lo había hecho durante casi tres meses.

-¿Que ocurre, amor?- Ablandó un poco su mirada, dándose cuenta lo duro que había resultado con su novia, la cual solo intentaba brindarle un poco de paz a su alocada vida.

-No es nada, quería preguntarte si mañana íbamos a ir a ver a Fede- Intenta sonreírle, siendo envuelta por los brazos de su novio, el cual se propuso dejar de atormentarse con sus pensamientos para apoyar a su novia, la cual le demostraba con su mirada no estar del todo bien, no quería preguntarle que le ocurría, pues sabía que si ella no se lo decía era porque no se sentía lista para hacerlo.

Ambos durmieron abrazados esa noche, sintiéndose mal el uno con el otro al no recordar la última vez que habían dormido de esa forma. Mathias podía esperar para saber la noticia que cambiaría su vida y la de todos en esa casa.

AHHHH SIENTO QUE DENTRO DE UNOS DÍAS CONFIRMARÁN QUE FEDECOLE ES REAL, SE LOS JURO!¡!¡! NO SE, TENGO ESA CORAZONADA XD

Casi llegamos a las 6k de lecturas :') muchas gracias, los amo♡

Ojos que no ven|| FedecoleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora