0.- Introducción

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Nací el 16 de Mayo de 1992, producto de una aventura de preparatoria de mis padres, mi madre murió durante el parto, y a mi padre, jamás le gusto hablar de ella, cuando tenía 5 encontré algunas cartas y por lo que puedo recordar mi madre pensaba en abandonarnos de cualquier manera. Mi padre Alaric Saltzman, siempre había sido un padre dedicado y amoroso, a pesar de tener que cuidarme solo, siempre encontró tiempo de estudiar y trabajar. Sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas, desde que inicié la escuela fui objetivo de burlas, aunque realmente aún en día no entiendo muy bien. A partir de ese punto creo que lo justo sería contar como fue mi vida.

Cuando tenía 6 años, los niños del colegio al que iba comenzaron a golpearme y lanzarme cosas a la cabeza, estaba cansada, un día le detuve la mano a una de las niñas que iba a abofetearme, la empuje y salí corriendo, me detuvieron un poco antes de salir

-Evelyn-me llamó una maestra-¿Que te ocurrió?-fruncí el ceño, pero al ver de reojo a mi salvador, me solté del agarre solo para buscar consuelo en sus brazos

-¿Que ocurre princesa?-preguntó confundido, aunque después se convirtió en enojo-¿Que te paso?-me tocó la mejilla, hasta ese momento sentí el dolor

-Papi, quiero aprender karate-un par de lágrimas salieron por mis ojos-no quiero ser una niña débil-mi voz se rompió-quiero ser fuerte como tú

Esa fue la primera vez que vi a mi padre entre orgulloso y triste porque no podía ayudarme por completo, se sentía impotente, frustrado, podía sentirlo cada segundo que pasaba entre sus brazos. Esta de más decir que lo primero que hicimos después de que logró separarse de mí fue tomar mi palabra y llevarme a la primera clase. Fue terrible, demasiado pesada, terminé agotada, pero al otro día me levanté con otra actitud, porque sabía que las cosas estaban por mejorar.

Evidentemente no fue así hasta mucho tiempo después, hasta que fui capaz de detener las manos que se estrellaban en mi cara o en mis brazos, entonces algunas de las chicas comenzaron a temerme o simplemente me dejaron en paz; de algunas de esas niñas salió Marie, su madre, era soltera, siempre se preocupaba por mí; cuando cumplió 7, una invitación a la fiesta nos sorprendió pero nos alegró pues pensamos que las cosas eran diferentes, que al fin me habían aceptado.

Cuando llegamos, había muchos juegos y las niñas brincaban por allí con sus esponjosos vestidos, Marie, me invitó a brincar con ella, sonreí, me quité mis zapatos y corrí a alcanzarla, en cuanto estuve allí, miró detrás de mí, antes de que logrará ver que veía, me empujó, tan fuerte, que mi cabeza se estrelló con el piso.

-Tu me das asco-me escupió-no te soporto-varias de las niñas de allí aprovecharon que estaba en el suelo para patearme-mi mamá dijo que tenía que ser buena contigo porque quiere que tu papá sea mi papá, pero ya me cansé-dijo asestando otro golpe en mi estómago que me dejó sin aire-en verdad te odio-antes de que su pie se estrellará en mi cara, detuve su mano, la sostuve hasta que cayó al piso, me levanté rápidamente, las chicas salieron corriendo, en cuanto me vieron de pie, algunas de las mamás de las niñas me miraron con horror, era lógico, sentía un líquido resbalar por mi nuca, vi a mi padre, caminé con rapidez, pero solo avancé un par de metros antes de que él me mirara, me detuve cuando sus ojos casi salieron de sus órbitas, salió corriendo hasta donde yo estaba

-¿Que paso?-me abrazó, pero yo estaba en shock-Evelyn, por favor, que pasó

-¿Que ocurrió?-preguntó una de las mujeres a mi alrededor

-No sé-dijo una de las niñas-se cayó-moví lentamente mi cabeza, hasta mirarla, tenía el ceño fruncido, y debía parecer escalofriante porque comenzó a llorar-Marie nos convenció, dice que Evil es un monstruo, por eso se viste como niño y es tan lista...

-¿Evil?-repitió mi padre

-¿Ustedes la golpearon?-exigió otra madre

-No queríamos, bueno, sí, pensamos que quizá así podría despertar y dejar de ser Evil-chilló otra niña-No es nuestra culpa mamá, ella es un monstruo

-Seguro solo es un juego de niñas-excusó la madre de Marie

-Seguramente-gruñó mi padre, llevándome en sus brazos-si eso es lo que piensan las niñas es porque tienen madres como usted-casi escupió, dio media vuelta y me sacó de allí

Ese día en el hospital fue el más largo de mi vida, mi padre daba vueltas por todos lados, a veces apretaba los puños, otras me miraba con tristeza, se quedaba sentado me tomaba de la mano, mientras un doctor me revisaba la cabeza, hacía exámenes, vi a algunos policías llegar y mi padre se alejó, recuerdo que el doctor trató de distraerme, pero era imposible.

-¿Como te sientes princesa?-preguntó después de mucho tiempo en silencio

-¿Estas enojado?-se escuchaba mi miedo

-No contigo amor-me sonrió-Estaba pensando que debería cambiarte de escuela-lo miré confundida-te están haciendo mucho daño...

-No te preocupes papá, quiero seguir aprendiendo a defenderme y así no tener que verte enojado de nuevo-hizo una mueca de tristeza

-Yo debería estarte defendiendo-negué con la cabeza

-Tu ya haces mucho papi, tengo que ser una niña grande-me abrazó tan fuerte que me hizo un poco de daño, pero realmente no me moví, estaba contenta porque creí que él estaba orgulloso de mí

Saliendo de allí, no volví a pisar esa escuela, en mi nuevo colegio las cosas eran diferentes, es decir, nadie me molestaba pero tampoco me querían, simplemente era una niña más del salón, fue todo tan tranquilo, hasta que Isobel llegó a nuestras vidas.

Evelyn SaltzmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora