12.- Isobel

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En la mañana siguiente, evite por completo a todos, salí con Alaric pero en cuanto estuvo dentro de la escuela, regresé a mi casa, lancé la mochila en mi cuarto, levanté mi cabello en una trenza, cambié mi ropa por una con la que pudiera correr sin problemas, salí de nuevo, caminé lentamente hasta mi usual camino en el bosque, esta vez no corrí, iba lento, absorbiendo todo lo que me rodeaba.

Me perdí allí, ni siquiera supe en que momento se había hecho de noche, me acomodé en las ramas de los árboles, estaba mucho mejor más tranquila, el sonido que me rodeaba era relajante. Perdí la cuenta de los días que pasaron, el hambre la detenía con algunas bayas que mi instinto me permitía comer, el agua del río que quitaba la sed, y aunque pareciera extraño, no sufría de frío.

-¿Evelyn?-aquella voz me sorprendió un poco, me giré a ver al dueño

-Hola Tyler-sonreí

-¿Que haces aquí?-me encogí de hombros-tenía mucho que no te veía, le pregunté al maestro Saltzman y dijo que habías ido a visitar a tus abuelos-fruncí el ceño

-Sí-mentí, mis abuelos habían muerto hacía algunos años y los padres de mi madre nunca los conocí, no sabía ni si estaban vivos-llegué hace un poco, salí a caminar, supongo que me perdí

-Estas cerca de mi casa, ven-lo seguí sin mucho ánimo

-Hola-saludé al entrar a la casa, los padres de Tyler me miraron con algo de susto

-¿Estás bien?-la señora Lockwood me abrazó-estás helada, ven-me guío a la parte superior de la casa, me metió en una habitación, estaba prácticamente vacía salvo por la cama-el baño está allí-me señaló la puerta dentro del cuarto-date un baño, te traeré algo de ropa al menos para esta noche-fruncí el ceño-¿tu padre se preocupará si te quedas esta noche con nosotros?

-No creo que le importe-sonreí de lado

-De acuerdo-salió, entre al cuarto que me indicó, exactamente era un baño, tenía una tina, la llené con agua caliente, me desnudé y me metí, el agua caliente relajaba mis músculos, que hasta ese momento me di cuenta que estaban tensos, estuve un buen rato allí, cada segundo, pensaba en lo que debía hacer, me había marchado para darme valor, tenía que acabar con los vampiros, eran peligrosos, no importaba si era Stefan o Damon o quien fuera, estaba decidida, era justo lo que tenía que hacer

Cuando salí del baño, vi la ropa que había en la cama, me puse la camiseta, era de Tyler, por si sola, me cubría hasta un poco más arriba de la mita de los muslos, un pantalón que no podía ser más incómodo, me lo quite, me tapé hasta la cintura, cerré los ojos, sentí que el cansancio acumulado estaba haciendo estragos, pero si quería completar mi misión, debía estar descansada.

Me desperté muy temprano en la mañana, aún estaba oscuro, dejé una nota en la habitación, disculpándome por salir sin despedirme, caminé lentamente por las calles, hasta llegar a mi casa, entré con sigilo, asalté mi clóset, un pantalón negro, una blusa blanca, con un suéter largo, negro, botas de cazador, del mismo color. Acomodé las armas en mi ropa, un par de inyecciones de verbena terminaron en mi mochila, escondidas.

Solté el aire para salir de la casa, llegué a la escuela, no había mucha gente, reconocí a Bonnie, me acerqué a ella, me sonrió, le devolví el gesto, no dijimos nada lo cual fue tranquilizador, pasamos junto a las personas que pintaban y creaban letreros, un carro para la señorita Mystic Falls, hasta ese momento recordé que no había felicitado a Caroline por haber ganado.

Sabía que debía ayudar a hacer la de historia, con Alaric, pero no quería verlo sentía algo en mi estómago que supe era coraje, porque a pesar de haber desaparecido unos días ni siquiera había intentado buscarme, sino había inventado un horrible pretexto para explicar mi desaparición.

Evelyn SaltzmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora