Evelyn Saltzman

4.- Confusión

Desperté muy temprano en la mañana, aún estaba oscuro, vi a Ric dormido en el sofá, salí de nuevo, a pesar de que las manos me dolían por las pequeñas heridas que me había hecho una noche anterior, de nuevo trepé un árbol, aunque al brincar al otro resbalé y caí. Revisé mis dedos, pero un dolor punzante en el hombro me hizo casi morderme la lengua, tomé aire puse la mano contraria en el lugar, solté el aire de golpe, lo acomodé, escuché el sonido de mis huesos, una lágrima escurrió en mi mejilla, me había dolido realmente.

Volví de nuevo a la copa de los árboles, me colgué de cabeza un rato, hasta que dolió, respire tranquilamente, una vez que volví a bajar, caminé a lo que yo creí que era el camino hacia la calle, pero al ver más y más árboles empecé a desesperarme, me senté un segundo, mientras trataba de pensar en como escapar de aquel laberinto, entonces se me ocurrió una idea. Vi un árbol grande, frondoso, solté el aire de golpe, comencé a trepar, casi llegué hasta el tope, alcancé a ver una casa a mi lado derecho, cuando bajé, empecé a caminar hacia allá.

Cuando salí del bosque me encontré con una casa antigua, bastante hermosa, pero no me detuve, vi el camino y corrí por el hasta llegar a una calle, estando allí, respiré con tranquilidad, casi corrí de nuevo hasta que llegué a mi casa, estaba vacía, me di una ducha, relajándome con el agua cálida, a pesar de que las pequeñas heridas me ardían por la misma razón, el hombro empezó a dolerme de nuevo, después de vestirme, tomé aire, estrellé mi hombro en la orilla de la pared, solté un grito de dolor, pero al levantar el brazo, eso desapareció. Tragué saliva, corrí hasta la escuela, aun no empezaban las clases a lo cual agradecí, pues entonces no era tan tarde, mis piernas me temblaron cuando deje de correr, pero no permití que nadie lo notará, al final del pasillo vi a Caroline con Matt, charlando, con grandes sonrisas en sus rostros. 

Busqué el salón donde me tocaba clases y entré, volví a sentarme en la silla más alejada del pizarrón, de nuevo, las cosas eran aburridas, por alguna razón una imagen se instaló en mi cabeza, me sentía incapaz de sacarla, así que empecé a dibujar, comencé por la forma de la cara, luego cada mechón de cabello que se quedaba en su frente, vi a todos levantándose y los imité, cambié de salón, regresé a mi labor, seguí con la forma de sus labios con aquella sonrisa burlona, me detuve un par de segundos al buscar en mi mochila un color que pudiera al menos hacerle justicia al azul de sus ojos, elegí uno cuando la rutina de cambio de clase empezó de nuevo, apreté los labios, pero aún así me levanté repitiendo el procedimiento, un chico me miraba con insistencia pero trate de ignorarlo, concentrándome de nuevo en mi dibujo, el azul contrastaba de nuevo con el cabello negro, me quedé mirándolo, no era la primera vez que dibujaba su rostro, tenía una colección escondida bajo mi cama, evitando preguntas de Alaric, pero este es diferente, lo sentía más real, como si en cualquier momento fuera a soltar una comentario ácido o levantaría su ceja de manera burlona.

Iba a escaparme de clases, nadie parecía prestarme atención, estaba tan cerca de la salida, solté el aire, caminé casi sin detenerme, pero justo un metro fuera de la escuela, me detuve, una mirada inquisidora me hizo estremecerme, suspiré y me giré a verlo

-¿A donde vas?-me preguntó con los brazos cruzados

-Iba a casa, estoy agotada...

-Aún tienes clases-levantó la ceja

-Estoy agotada-repetí

-En el gimnasio hay propuestas de universidad, quizá...

-¿Universidades? Creí que ya te había dicho que quería ir a Julliard-algunas personas alrededor me miraban confundidos

-Música, lo sé-asintió con la cabeza-podrías ver otras opciones, eres realmente buena en casi todo lo que haces-lo miré intrigada-aun te falta aprender a socializar-solté una risa