Me inscribí a la Preparatoria de Mystic Falls, ambos empezaríamos en ese lugar el mismo día, llegué con un poco de nervios para ser honesta, ya había pasado por ser la chica nueva, y sabía que no era muy bueno, mucho menos cuando en aquel lugar la mitad del pueblo se conocía porque eran vecinos y la otra mitad en la escuela o los empleos, recuerdo perfectamente la primera vez que entré a la clase, mis manos sudaban un poco y también estaba nerviosa, sabía que tenía un punto a mi favor, era la clase de Ric.
-Buenos días muchachos-él se dio media vuelta y comenzó a escribir su nombre, mientras yo esperaba en la puerta, pude verlos a todos, se miraban confundidos, explicó a todos la manera correcta de pronunciar nuestro apellido y su origen, luego me miró, se podía notar que estaba casi tan nervioso como yo
-¿Puedo pasar?-dije finalmente, él asintió con la cabeza, vi un espacio vacío junto a una chica de cabello castaño, deje mis cosas y un segundo antes de sentarme, me detuvo
-Lo siento, ese sitio esta ocupado-la miré confundida-ocupado-repitió, solté el aire, sabía que no sería el mejor día de mi vida, levanté mis cosas de nuevo y me acomodé en el asiento más alejado de mi padre
Entonces las clases comenzaron, todo iba relativamente normal, hasta que en la hora del almuerzo, una chica, rubia me detuvo a mitad del pasillo, mientras iba a buscar a Ric, sus ojos de color verde parecían querer entrar dentro de mí, me inspeccionaban, pero no decía nada, me miró de arriba a abajo, como si de alguna manera me escaneara, traté de dar media vuelta y volvió a detenerme
-Hola, soy Caroline Forbes-saludó, me tendió la mano y la tomé
-Evelyn Saltzman-su sonrisa aumentó de tamaño
-Eso escuché, ¿eres pariente del nuevo profesor de historia?-no quise dar detalles, pero asentí con la cabeza-Eso es increíble, sabía que era muy poco probable que sus apellidos solo fueran coincidencia-y comenzó a hablar, y hablar, me dolió la cabeza tan solo de escucharla parlotear
-Bueno, estoy algo apurada-la interrumpí-lo siento
-Descuida, quizá deberíamos salir, presiento que seremos buenas amigas-sonreí de lado mientras me alejaba tan rápido como era posible de aquella extraña chica.
Para cuando llegué estaba con un estudiante, de cabello castaño, su rostro me parecía familiar, de alguna manera, se disculpó mientras salía del salón, y yo entré en su lugar, me senté frente a él y comimos en silencio.
-¿Te preguntó del anillo?-pregunté cuando terminé de comer
-Es lógico-asintió con la cabeza mientras limpiaba los restos de comida de su boca-en general, llama mucho la atención-acepté sin pensarlo
Regresamos a las clases normales, todo era aburrido, de nuevo, como en mi vieja escuela, no había nada que pudiera cambiar, simplemente me distraía dibujando algo en el cuaderno, o mirando fuera de la ventana, de alguna manera, era como si mi destino era llegar a ese lugar, lo sentía como algo que ya había visto, cada hoja del árbol fuera del edificio, cada nube que cubría un poco el sol, cada pequeño insecto que paseaba dentro del salón, era como si reconociera ese lugar.
Al salir de la última clase, Caroline estaba allí, murmuró algo como que me esperaba, me tomó del brazo y salimos del lugar, ella hablaba de algo que no entendía, una cosa que había sucedido con el ex de una de sus mejores amigas de lo cual no sabía como decirle, pero en general la ignoré la mitad del camino, hasta que salimos de la escuela, un chico rubio la saludó, dio unos pasos antes de que ella lo detuviera
-¿Que es eso?-me quedé quieta un par de metros lejos de ellos, pero los suficiente cerca para escuchar
-¿Que cosa?-preguntó él
-El "hola"-se quejó ella, dijo un par de cosas que mi cerebro bloqueó-ya dormiste en mi cama y nos abrazamos-entonces algunas piezas empezaban a encajar, él era el chico, el ex de quien hablaba, lo había visto en mi clase de historia, me había mirado de reojo pero no sabía su nombre-y te fuiste para no enfrentarme-me di media vuelta lejos de aquellos dramas, podía entender un poco al chico, es decir, no me hubiera gustado estar un segundo más cerca de esa chica tan parlanchina, que perturbaba mi paz.
Cuando caminaba, tratando de ubicarme, vi a la chica castaña hablar con un chico, era alto de cabello castaño claro y ojos verdes, su piel era demasiado blanca, algo en él me resulto extrañamente familiar, decidí sentarme en una de las bancas cerca de ellos, saqué un libro y fingí leerlo mientras escuchaba
-Voy a distanciarme-dijo él con voz calmada
-¿De la escuela o de mí?-hubo silencio-Gracias por decirme-murmuró ella incómoda
-Así es mejor-exclamó él-es más fácil si me odias-dio media vuelta y se alejó dejando a la chica con un millón de dudas, podía verlas en sus ojos
Me levanté de nuevo, tratando de alejarme, hasta que volví a toparme con la rubia, se quejó de haberme buscado por todos lados, me tomó del brazo, de nuevo y me condujo hasta su auto, dentro solo decía lo mal que se sentía por haber pensado que lo que el rubio (que ahora sabía que se llamaba Matt) había hecho, protegiéndola o lo que sea, estaba cansada de escucharla, me dolía la cabeza, pero no sabía como librarme de ella.
-Vamos a tener una pijamada en casa de Elena, ¿quieres venir?-esa era mi vía de escape
-Te lo agradezco mucho pero estoy agotada, el primer día...-me encogí de hombros-quizá en otra ocasión
-Será divertido-trató de convencerme
-En verdad, gracias pero no-hizo un puchero-¿podrías dejarme allí?-dije señalando un punto en la calle-mi casa queda cerca de allí-mentí, ella asintió con la cabeza
-Me encantaría que fueras-repitió mientras abría la puerta del auto
-Quizá después-sonreí y bajé tan rápido como pude
-¿Podrías darme tu número de teléfono? Ya sabes, cosas de amigas-fingí una sonrisa-Por favor-suplicó haciendo un tono infantil
-De acuerdo-le di mi número de celular, agradeció y se marchó, una vez sola en la calle solté todo el aire que mantenía contenido en mis pulmones-Ahora-susurré mientras trataba de identificar la dirección a la que debía caminar, era demasiado para mí, para un primer día.
De manera increíble sin caminar durante tanto tiempo, llegué a mi casa, estaba vacía, cambié mi ropa, salí de nuevo, troté hasta el bosque, no era como si me hubiera costado encontrarlo, me interné un poco y comencé a entrenar, esta vez no mis habilidades de combate, sino la resistencia de mi cuerpo, trepé árboles, brinqué desde la copa de alguno de ellos, me metí por debajo de algunos troncos, terminé con algunas uñas rotas y arañazos en la cara y brazos, cuando me sentí agotada me dejé caer en las raíces de un árbol.
Supongo que me quedé dormida un rato porque cuando abrí los ojos el cielo estaba oscuro, me sentía perdida, esta vez demasiado, no sabía donde estaba o como había llegado, traté de seguir mis pasos, aunque un poco en vano, me perdí terriblemente, hasta al fin llegué a una calle, aun cuando no me parecía en lo absoluto conocida.
El sonido de un auto me hizo girar, el conductor era mi salvador, por supuesto, me miró y estacionó, me subí al auto y avanzó, sin hacer preguntas, sin decir una sola palabra, aun cuando noté un pequeño rubor en sus mejillas, al llegar a casa, me crucé de brazos, él trató de escabullirse pero era imposible, no podía ocultarme nada
-¿Que pasó?-pregunté en la puerta de su recámara
Empezó a contarme, sobre la tía del chico al que había visto en el salón de clases hablando con él, se veía feliz, con un pequeño brillo en los ojos que tenía mucho tiempo que no veía, me contó lo linda y divertida que era, así fue hasta que la noche fue un poco más profunda, al final, me acosté en su cama, así, sucia como estaba, no sabía en que momento me había ganado Morfeo.
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Evelyn Saltzman
FanficLa muerte no es algo que preocupe a la mayoría de las personas, pero el pensamiento se quedó instalado en mi mente desde que tuve consciencia de mi misma, la muerte de mi madre, mi vida con mi padre, el maltrato de su esposa, eran algo normal, pero...