34.- Muerte

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Me separé de Klaus, para caminar alrededor de la fiesta, saludé con una sonrisa a algunas personas que reconocí, Elena me miró por el rabillo del ojo y noté como su agarre en el brazo de Damon se afianzó, pero no iba tras ese Salvatore, no por ahora, pensaba darle una sorpresa a Stefan, y vengarme un poco por los secuestros y mis próximas transformaciones

-Que bien se ven todos juntos-saludé, ambos me miraron sorprendidos-felicidades Elena, ahora luces más como Katherine-sabía que mis comentarios la herían pero no iba a detenerme

-¿Como...?-comenzó Stefan, se notaba que estaba sorprendido-¿Que estas haciendo aquí?-preguntó a la defensiva

-Recibí una invitación, como todos-sonreí con malicia-lo siento-fingí sorpresa-¿no esperabas verme?-asentí con la cabeza-claro, después de que te aseguraste de atarme en esa casa, fue casi imposible salir, ¿cual era el plan Stefan? ¿dejarme morir de hambre?-el aludido apretó los dientes-¿así no cargarías con mi muerte en tu consciencia?-Elena y Damon lo miraron exigiendo respuestas-oye, tranquilo, no pasa nada, era justo ¿no?-me encogí de hombros, restándole importancia-te querías vengar de Klaus y soy lo único que le importa-me mordí el labio-bueno, y Elena pero no podrías hacerle daño-me crucé de brazos-ni yo lo hubiera hecho mejor Stefan, doble venganza-todos fruncieron el ceño-venganza contra Klaus por lo que hizo y de Damon por besar a Elena

-Eve, déjame explicarte...-empezó el moreno, había culpa en sus ojos

-No hay nada que explicar-lo interrumpí, regresé mi mirada al menor de los Salvatore-voy a quedarme hasta la luna llena, con mi manada, después de eso me iré-levanté la ceja-yo tendría cuidado Stefan, la mordida de un lobo es fatal para los vampiros y la única cura que existe me quiere a mí-dije con cinismo-disfruten la fiesta-di media vuelta, me despedí con la mano, mientras me alejaba, escuché la voz de Damon llamándome, pero no me detuve, no iba a hablar con él en ese momento, ya habría otra ocasión

-Hola-saludó el chico con el que casi choqué-tu debes ser Evelyn-me sonrió-soy Kol-fruncí el ceño, lo había dicho como si tuviera que saber quien era-hermano de Niklaus-asentí-¿bailamos?-acepté su invitación, me llevó a la pista de bale, nos movíamos en sincronía-es gracioso que mi hermano se fijará en ti-dijo mientras bailábamos-cuando viajábamos, encontramos mujeres más hermosas, con dulces voces, piel suave-acarició mi mejilla, di un paso atrás-no entiendo porque tú...

-Eso es hermano, algo que no debería importarte-gruñó Klaus, mientras quitaba la mano de Kol de mi rostro-¿estas bien?

-Gracias pero sabes que puedo cuidarme sola-solté, él sonrió-si vuelves a tocarme clavaré una estaca en tu corazón-amenzacé

-Eso no me mataría-sonrió burlón Kol

-No, pero espero que te duela mucho...

-Es la primera vez que escucho algo así-me sonrió-tienes valor-miró a su hermano-ahora lo entiendo, me gusta-dijo con una sonrisa maliciosa antes de marcharse

-Disculpa, no tiene buenos modales-murmuró Klaus, con una sonrisa de lado

-Esta bien-asentí-iré a beber algo-suspiró pues cuando estaba por decir algo, una chica de la escuela cuyo nombre no podía recordar se acercó a él y le pidió bailar-adelante-hizo una mueca de desagrado mientras me alejaba de la escena

-Eve-aquella voz me sacó de mi pequeña burbuja-déjame explicarte, por favor-el moreno se acercó a mí con prisa

-No tienes nada que explicar-tomé su rostro y lo besé, sin importarme las consecuencias de aquel acto, que sabía que podía costarnos a todos la vida-te amo-murmuré en sus labios, pude sentir como sonreía, le di otro beso, que aunque corto fue intenso

Evelyn SaltzmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora