Había escuchado de Isobel desde que podía acordarme, pero el día que la conocí, no supe que pensar, había sido amable y atenta, incluso el día de la boda había dicho ante todos los invitados que le daba gusto tener una hija, aunque mi peor error fue haberle creído, en realidad.
Las cosas se complicaron cuando llegó a vivir con nosotros, mi padre y yo teníamos una rutina, nuestros lugares establecidos, todo, así que las cosas iban a cambiar, empezamos por lo muy básico, las horas de televisión, los postres, después aumentó mis horas fuera de casa, con entrenamientos doble, clases de música, baile, de todo, en casa, todo estaba lleno de sus cajas con documentos, donde a penas podía pasar.
Cuando salíamos de compras, jamás me dejaba elegir, simplemente íbamos por los pasillos tomaba ropa del área de hombres sin mirar la talla y la ponía dentro del carrito, solo una vez se me ocurrió oponerme, ese día, me gritó, me dio una bofetada tan fuerte que me hizo trastabillar, sin mencionar que amenazó con decirle a mi padre que había hecho algo, lo que fuera, lo suficiente creíble para preocuparme.
Pero el peor día de mi vida fue una vez que me quedé a solas con ella, mi padre había salido, aunque no recuerdo porque razón, salimos y nos detuvo un amigo de ella, le pregunto si yo era su hija a lo cual lo miró casi con odio y lo dejó allí, de pie, tomó mi mano con fuerza y me llevó hasta a casa, una vez allí, me dio un golpe tan fuerte que me hizo caer, después de amenazarme con mandarme a un internado si no hacía lo que ella decía, que era igual a empezar a llamarle Ric o Alaric a mi padre, dejar de entrometerme en sus cosas, y dejar un espacio en mi cuarto para sus archivos, sabía que podía defenderme, lo sabía, pero, también sabía que mi padre no estaría feliz si algo llegaba a hacerle a Isobel.
A partir de allí, me sentí de nuevo pequeña, ahora, me daba terror llegar a mi casa, buscaba la manera de evitar ese lugar, así que las clases se incrementaron, a un nivel en el que a penas llegaba a mi casa para dormir, a pesar de todo, mi padre... Alaric, siempre buscaba la manera de pasar tiempo juntos, aún cuando yo lo evitaba lo más que podía, hasta el día que escuche la conversación en la habitación contigua.
-¿No has pensado en tener hijos?-escuché la voz de mi padre
-Estoy muy ocupada con mi investigación-respondió ella-no tengo tiempo de cuidar niños-hubo una pausa-además, ¿no tienes suficiente con Evelyn?-dijo con un desprecio que me erizó la piel
-Eve es mi vida-murmuró Ric-aún no se porque dejó de llamarme papá, pero, por esa pequeña soy capaz de dar lo que sea-la sinceridad de su voz se clavó directamente en mi culpabilidad, quizá si le hubiera dicho de los abusos de Isobel no hubiéramos llegado a ese punto
-Es cosa de la edad-respondió ella fríamente-ahora, tengo que trabajar-salió de la habitación, me miró con odio antes de darme un empujón y marcharse, di media vuelta y escapé de allí, la escuela había sido aburrida, sentía que ya no había nada que pudieran enseñarme, ya solo era repaso de lo mismo, cuando salí de clases, fui a mi entrenamiento de box, como todos los días pero sucedió algo, tuvimos que irnos temprano de allí, muy a mi pesar volví a casa, rogando que estuviera vacía.
Abrí la puerta con lentitud, estaba todo oscuro, suspiré, pero no prendí la luz, caminé tratando de no tropezar con alguna de las cajas, escuché un pequeño ruido, me asusté un poco, me detuve en la puerta de la habitación, podía distinguir la figura de Isobel, pero había alguien más, un hombre, que olía a cuero y alcohol.
-Dijiste que no había nadie-su voz era grave, vi un par de orbes azules brillando en la oscuridad
-No es nadie-susurró ella, casi colgándose desde su cuello, estaba paralizada, podía sentir su mirada sobre mí
-Me gusta la niña-la alejó de ella, dio un paso hacía mí, se escuchó la puerta abriéndose y el hombre en la oscuridad desapareció
-Isobel-gritó mi padre desde la entrada, no tardó mucho en aparecer detrás de mí-¿Que pasó?-preguntó al verme quieta en la puerta
-Había alguien-susurré
Sin detenerse a escuchar nada más buscó por toda la casa, Isobel salió de casa aprovechando la distracción de mi padre, y apareció hasta un par de horas después, tenía el cuello cubierto, aunque no llamaba la atención, le pidió a Alaric que saliera a comprar algo, cuando así fue, me empujó con fuerza
-Estoy harta de ti-choqué con algo-no quiero tener ninguna conexión contigo-volvió a empujarme-al fin había conseguido lo que quería-algo cayó sobre mí y se quebró-espero pueda conseguir aún lo que quiero-sentí un pequeño líquido resbalar por mi cabeza, la empujé con fuerza, y me alejé, caminé hasta mi habitación, cerré la puerta, pero un olor me hizo estremecer
-¿Quien está allí?-susurré para tratar que Isobel no entrara a mi cuarto-Se que estas aquí-traté de escuchar pero no había sonido alguno-puedo olerte
-Yo también-lo escuché detrás de mí, cuando giré lo vi, sonriendo, tocó mi cabeza, sus dedos se mancharon de sangre y los llevó a sus labios-no se que sea, pero es más deliciosa-se acercó a mí, como un cazador con su presa, pero esta vez no me dejé intimidar, puse mis manos al frente, con los puños apretados, lista para combatir-¿que haces?-frunció el ceño y después sonrió
-No vuelvas a tocarme-él me miró sorprendido, pero había diversión en sus ojos
-De acuerdo-alejó sus manos de mi, lo vi morder su muñeca, vi sangre saliendo de ella, me tendió la mano, primero lo vi confundida, después el valor que tenía empezaba a desvanecerse-bebe o tu cabeza no dejará de sangrar-di un paso atrás-enserio niña-me miró directamente a los ojos-dije que bebas-por alguna razón lo obedecí, después de un par de segundos me detuve-¿me dejarás limpiarte o tampoco puedo tocarte?-en ese momento volví a la normalidad, me hice hacia atrás-de acuerdo-asintió, se sentó en mi cama
-Vete de aquí-gruñí, se dejó caer y se estiró por completo, cubriendo mi cama-voy a gritar si no te vas
-Entonces te mataré-se levantó de golpe, debajo de sus ojos se marcaron unas líneas y mostró los colmillos
-¿Que eres?-solté, aquellos signos desaparecieron, volvía a tener el mismo rostro que había visto desde el inicio
-Adivina-me enseñó de nuevo los colmillos y en mi cabeza sonaba una palabra pero mi lógica me decía que era imposible, totalmente imposible
-Vampiro-murmuré casi en automático, él sonrió-¿Que haces aquí?-pregunté sentándome junto a él, por alguna razón el miedo había desaparecido
-La mujer de afuera me trajo-se volvió a dejar caer en mi cama-estoy agotado, así que dormiré aquí-se quitó los zapatos y se acomodó en mi cama
-No te puedes dormir aquí-me giré a verlo
-Claro que no, debes apagar la luz-me crucé de brazos-vamos, se una niña buena-rodé los ojos y me levanté, apagué la luz, me quité las botas que traía y me acosté a su lado, frente a frente, su respiración acompasada me relajaba
-Ni siquiera se tu nombre-murmuré, pero empezaba a ganarme el sueño
-No te preocupes niña, ya veremos después-me enfoque en el olor a cuero y alcohol antes de poderme dormir-eres linda, aunque si fueras algo más femenina serías el centro de atención-no supe si lo había soñado
En la mañana, cuando desperté, él ya no estaba, solo el olor en mi almohada, el día transcurrió con normalidad, aunque estuve un poco distraída, durante el entrenamiento me dieron un golpe en la cara, que me desequilibró, antes de que perdiera el conocimiento lo último que vi fueron esos orbes azules.
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Evelyn Saltzman
FanfictionLa muerte no es algo que preocupe a la mayoría de las personas, pero el pensamiento se quedó instalado en mi mente desde que tuve consciencia de mi misma, la muerte de mi madre, mi vida con mi padre, el maltrato de su esposa, eran algo normal, pero...