31.- Maldición

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Desperté en un sótano, atada de brazos y piernas, no lo podía identificar, no sabía donde estaba pero había ataúdes, esos debían de ser lo que buscaba el híbrido, primero tenía que salir, y esto podría utilizarlo para negociar con Klaus, pedirle que se fuera del pueblo, podría ser lo que necesitábamos para salvarle la vida a todos y de paso y un poco a mi pesar a Elena también.

Traté de soltarme un par de veces, pero las sogas estaban demasiado apretadas, y más que aflojarlas, solo me estaba haciendo un daño terrible, me ardía la piel, sentía que estaba a muy poco de abrirla, me quedé quieta, pensando en lo que había sucedido, quizá aquello me daría una pista para saber donde estaba, lo último que había visto era a Stefan...

-Despertaste antes de lo que esperaba-la voz del castaño me hizo estar alerta, una parte de mí me decía que estaba a salvo, la otra, no estaba convencida de ello-aquí nadie te va a encontrar

-Stef-sonreí con nerviosismo-no se que estés planeando, pero déjame ayudarte, si es venganza contra Klaus...

-Vas a venderme-escupió con odio

-Por supuesto que no, yo también odio a Klaus...-al escucharme, sonrió de una manera tan maliciosa que me hizo estremecer

-Claro, pero nunca harás algo que podría poner en peligro a Damon o Alaric-apreté los dientes con fuerza-sin importar que le pasa a los demás, ¿o me equivoco?-no respondí-eso supuse, si Klaus amenaza a alguno de ellos, vas a decirle donde estoy...

-Stefan, ni siquiera yo se donde estoy-asestó un golpe en mi rostro, me hizo voltear la cara, sentía un fino hilo de sangre escurrir por mi ceja, se levantó, tomó el teléfono y marcó un número

-Klaus-saludó en cuanto el otro respondió-mira, en realidad, estoy cansado de que no me estas tomando enserio, así que espero que esto te ayude a cambiar de opinión-se acercó a mí con el teléfono en la mano-¿Porque no saludas Eve?

-Vete al diablo Stefan-gruñí, él puso su mano en mi cuello y empezó a apretar, el aire se iba de mis pulmones

-Intenta de nuevo Evelyn-soltó ligeramente mi garganta, lo suficiente para tener que respirar con necesidad

-¿Evelyn?-la voz de Klaus me hizo estremecer, se escuchaba preocupado

-Klaus, estoy encerrada en un sótano con tu familia-despotriqué pero una bofetada me hizo callar

-Si le pones un solo dedo encima, te juro que voy a matarte-le escuché gritar al otro lado de la línea

-Entonces vas a hacer lo que yo te diga-dijo Stefan con aire de superioridad-sacarás a los híbridos de Mystic Falls-hubo silencio-pensaré si te devuelvo a Evelyn o quizá a Elijah sin su daga-miró el contenido de uno de los ataúdes, yo no podía ver, estaba casi en el suelo y estos estaban levantados por unas cajas debajo-o quizá solo debería prenderle fuego al lugar, los encontrarías, pero Eve-negó con la cabeza divertido-se acaba el tiempo-colgó

-Basta Stefan, estas sobrepasando tu límite-me quejé cuando volvió a acercarse a mí-estás siendo igual que él

-Quizá si, pero voy a conseguir lo que quiero, a costa de lo quien sea, y Klaus me arrebató todo, lo único que quiero es venganza...

-Stefan, yo estuve contigo, también me alejó de las personas que amo...

-Tu no perdiste a nadie-me interrumpió-al menos no por ahora-preparó una jeringa con lo que creí sería para volverme a dormir

-¿A que te refieres?-pregunté antes de que la aguja se enterrará en mi brazo

-Un sobrenatural no puede matar a alguien con un anillo Gilbert-sonrió con malicia, cuando entendí a que se refería, era demasiado tarde, el líquido ya recorría mis venas

Evelyn SaltzmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora