Sebastian Stan ONE SHOTS ; COMPLETA ✓ | EN EDICIÓN |

Nothing It's What's Seems (XVIII)

Personajes: Lance Tucker x Sofia Beraza

Advertencia: No.

Este es un pedido especial de: UnicornLucky que me pidió el favor de si podía utilizar su nombre real (Sofia Beraza)

Si tu quieres algo así, solo pídelo.

Lance Tucker....

¿Quién no conocía dicho nombre en el pueblo?

Arrogante, irritante, atrevido, despampanante, pero también agresivo casi al extremo de la violencia cuando le joden. Pero sobre todo era conocido por ser extremadamente guapo y uno de los mejores entrenadores de gimnasia.

Al igual que las demás jóvenes y algunas un poco más mayores, Lance no nos pasa desapercibido.

Pero si algo tenía claro, es que aquel entrenador de gimnasia arrogante y atrevido, no era para mí.

Aunque, teniendo en cuenta mi larga vida y experiencia como lectora, he aprendido que lo peor que puedes hacer es juzgar un libro por su portada, en especial si es a una persona. Pero...es que Lance me lo ponía muy difícil.

Yo era la hermana de uno de los amigos de Lance, Jake. A diferencia de las demás chicas, Lance solo coquetea o habla conmigo cuando Jake no está, debido a lo celoso y molesto que es.

Entre el y yo hay pero no hay... ¿Me di a entender?

No? Oc.

Me refiero a que su coqueteo e interés hacia mi es evidente, ya que en cada oportunidad que tiene me lo hace saber, pero a la vez estoy consciente de que solo busca sexo. Punto. Y yo no quería eso. Yo por otra parte, siempre le huía. ¿Por qué? Porque me daba miedo involucrarme sexualmente con el y que mi corazón al final no comprenda que solo es eso lo que quiere.

Sexo. No sentimientos, ni emociones aparte de la lujuria y pasión. No amor.

Ahora estabamos de campamento en el bosque Withstood, hoy era el último día y ya todos habían terminado de recoger y empacar. Todos estaban emocionados y relajados debido a los maravillosos días que habíamos pasados. Yo por mi lado, cruzaba mis piernas aguantando las ganas de ir al baño.

Temía ir y que al regresar, darme cuenta que todos ya se habían ido.

Al no poder más, a modo pingüino camine/corrí hasta el baño de una de las cabañas.

Cuando termine suspire con alivio y lave mis manos. Salí de la cabaña y mi sonrisa se borro al no ver el autobús.

Oh Dios no.

No.
No.
No.

Corrí tratando de alcanzarlo pero ya era tarde.

- Tiene que ser una maldita broma. - pensé en llamar a un taxi pero recordé que mi teléfono lo había dejado en mi cartera, la cual estaba en una de mis maletas las que a su vez, ya estaban en el autobús.

Quise golpearme.

Solté un gruñido cargado de frustración. Tenía que ser una maldita broma.

- Te llevó?

Cerré mis ojos y los apreté con fuerza. Mordí mi labio y aún sin voltear, respondí:

- No, gracias. Estoy bien.

- Enserio?

- Si.

- ¿Por qué no te volteas?