Vulnerabilidad Pt. 3

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Personajes: Sebastian Stan x Ryan Stan.

Advertencia: No.


20 años después

¿Qué había pasado en esos dieciocho años?

Luego de que Ryan tuviera el alta fue trasladado a una casa hogar y, sebastian a regañadientes lo dejó ir.

Desde la distancia podía ver como el pequeño pasaba su mirada y volteaba su cabeza cada cuatro segundos, buscándole. Se escondió un poco más detrás de la pared para no ser visto. Su respiración se corto por un segundo al ver como era subido en la parte de atrás de la camioneta. A pesar del vidrio que había de por medio, aún podía notar sus ojos y mejillas llenos de lágrimas.

La camioneta arranco, y sebastian solo se quedó ahí.

Una leve sensación de cosquillas lo distrajo. Una lagrima.

¿Cuando fue la última vez que había llorado por algo o alguien?

No lo recordaba.

Y así pasaron los días.

× × ×

Abrió y cerró con fuerza la puerta principal de su gran penthouse y se arrojo al sofá, soltando un suspiro de frustración. Había intentado de todo para poder sacarse a Ryan de la cabeza pero es que nada funcionaba. Tomo su teléfono y marcó el número de la casa hogar. Pregunto por Ryan y lo que oyó no le gustó.

Cada día, Ryan en vez de mejorar, empeoraba.

No socializaba, era muy solitario, callado, tenía bastantes pesadillas con su padre y no paraba de repetir que quería irse con sebastian.

Quería irse con el. Con quien lo salvo.

Sebastian no pudo sentirse peor.

Colgó la llamada, se quedó mirando la pantalla de su teléfono y después de una batalla campal con su consciencia, marcó el número de Lydia, una amiga trabajadora social.

× × ×

Miró el gran edificio a través del vidrio sintiéndose cohibido. Después varias respiraciones profundas, abrió la puerta del auto y salió. Le agradeció al portero por abrirle la puerta y entró. Miró el papel con el número de su habitación y fue hasta allá. Quedó sorprendido ante la cantidad de niños que había. Todos jugaban, brincaban, cantaban, etc... Cuando llegó al piso que buscaba se quedó a mitad del pasillo. Ryan estaba ahí. Pero a diferencia de los demás niños, el solo estaba ahí. Mirandolos jugar. Estaba solo.

Sebastian tuvo miedo de acercarse. Pensó en correr. Pero no lo hizo. Segundos después Ryan al notar una mirada sobre el decide voltear quedando asombrado al ver quien es. Sin esperar mucho, se levanta del pequeño banco y corre brincandole encima. Sebastian por reflejos lo atrapa pero se queda inmóvil, sin saber que hacer.

Luego  de unos segundos de confusión, lo abraza.

Y siente que después de mucho tiempo, aquel vacío que había intentado llenar, por fin está rebozando con algo que puede definir como felicidad.

× × ×

— ¿Está todo listo?

— Si. Felicidades.

Cerró la llamada. Tomó sus laves y salió de la casa. Entró al auto y se puso en marcha a la casa hogar. Miró los papeles que estaban en el asiento del pasajero.

No podía dejar de sonreír.

Estacionó en una orilla del camino y los tomó entre sus manos. Los abrió y su sonrisa se agrandó. Sus ojos se volvieron llorosos.

Sebastian Stan ONE SHOTS ; COMPLETA ✓ | EN EDICIÓN | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora