Denise tragó saliva, aun así, trató de verse tranquila, pero por su cabeza ya estaba pensando decenas de cosas que le permitieran salir de ésta. Medio minuto y todo lo que se escuchaba era el ruido de la fiesta que se colaba por el aire. Esto ya no era una coincidencia.
-Es una fiesta magnífica –dijo ella, tratando de sonreír, actuando un comentario casual –No he encontrado a los demás invitados –se dirigió a la mesa redonda que había cerca de una de las columnas y dejó encima todas las copas que le quedaban –Aquí dejaré la champaña –la chica caminó en dirección hacia él y le lanzó la bandeja como si estuviera lanzando un disco. Denise aprovechó de correr hasta la puerta, pero el sujeto esquivó la bandeja y alcanzó a agarrar a la muchacha, ella trataba de soltarse a como dé lugar. -¡Suéltame! ¡Auxilio! –gritaba. Él la dejó con brusquedad, recostada en el sofá que había cerca de la pared.
-Si quieres matarme...no lo conseguirás –le dijo la chica, por lo pronto, el hombre sacó un revólver, apuntándole en la cabeza –Bien...eso, cambia las cosas –añadió desesperanzada, tragando saliva.
-Dime...si eres hija de Lionel Rosner, qué andas haciendo de mesera en su fiesta.
-Eso, no es de tu incumbencia –le respondió con desprecio, provocando que el sujeto presionara más fuerte el cañón del arma en su cabeza. Por acto reflejo, Denise cerró sus ojos.
-Me has decepcionado...completamente –mencionó con una seriedad de acero. La presión del gatillo fue cada vez menos, hasta que apartó el arma de ella.
-¿Decepcionar...te? –preguntó confundida en medio del temor que la embargaba. La chica abrió sus ojos y vio al hombre sin sombrero y sin máscara. -¿Tú? –dijo con espanto. Las pulsaciones de Denise no se enlentecieron para nada, con lo que sus ojos estaban viendo.
-Vine a esta fiesta con la esperanza de verte con un vestido de corte hasta el muslo y de escote en la espalda, pero en vez de eso me encuentro con... esto –le respondió Caleb exhalando y sacudiendo la cabeza.
Denise, quedó en un breve shock, cómo es posible que él esté aquí, se preguntaba, en realidad no lo podía creer, pero ahí estaba él con su cabello castaño que ahora lo tenía más crecido, con su mirada azulada de un océano profundo clavada en ella y, sus modos tan característicos. Le resultó demasiado sorpresivo que Caleb apareciera en la fiesta. Viéndolo así, fue de muy mal gusto presentarse de ese modo. Se sentó en el sofá y trató de reponerse, entre el susto que le dio y la innegable sorpresa de verlo.
-¿No pudiste encontrar una manera más normal para saludarme? Como...hola Denise soy Caleb, tanto tiempo.
-Tú te lo buscas, por andar de mesera esta noche.
-Pues me asustaste, idiota.
-Es lo que te merecías.
Denise sacudió la cabeza y bufó mientras se acomodaba el corbatín de su camisa. Se levantó del sofá y fue por su bandeja que estaba en el suelo.
-¿Dulzura, dónde vas?
-Si no te has dado cuenta, tengo trabajo que hacer.
-¿Con ese desaire me darás la bienvenida a Johannesburgo? –le miró, con las intenciones de verse victimizado.
-Es lo que te mereces- levantó la bandeja y se volteó a verlo -Por comportarte como un idiota.
-Bien, empecemos de nuevo...-él se aclaró la garganta –Hola Denise, soy Caleb, tanto tiempo... ¿Quieres charlar un rato?
Denise se detuvo, sinceramente tenía preguntas sobre varias cosas y la curiosidad la estaba atrapando lentamente. Lo negoció un par de segundos en su cabeza y decidió acercarse hasta él.
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El Desafío
ActionSegunda parte de "La traceur" Después de un año, Denise vuelve a embarcarse en el misterio...recuerdos olvidados que han comenzado a tocar su puerta y que la obligarán a cuestionar todo lo que creía saber de su pasado, pero deberá tomar el camino la...